-¿Estás preparado?
Respira profundamente antes de meter la llave en la cerradura y abrir la puerta de su casa. Le cojo de la mano y entrelazo mis dedos con los suyos.
-Alex, llegas justo para cenar -dice su madre- oh, hola Bri.
La saludo con un ligero movimiento de cabeza y nos dirigimos al comedor, dónde el padre de Alex ya está sentado, listo para la cena.
-Tengo que contaros algo -dice Alex.
-Si vas a decirnos que estás saliendo con la hija de nuestros vecinos, ya lo sabemos -interviene su padre.
-N-no es e-eso.
Le aprieto la mano entre las mías.
-Hijo, ¿estás bien?
-No, mamá.
Sus padres le miran con verdadera preocupación mientras él aprieta sus labios intentando no llorar. Su padre se levanta y se acerca a nosotros.
-Hijo, sabes que puedes contarnos lo que sea. Siempre te vamos a apoyar.
Alex se da la vuelta y me arrastra hasta el salón, con sus padres andando detrás de nosotros. Me suelta la mano y se acerca a la chimenea para mirar una foto que hay colgada encima. En ella salen sus padres, una chica rubia que creo que es Carol y él. Parecen muy felices.
-¿Recuerdas cuando íbamos de vacaciones a casa de los abuelos? A Carol le encantaba, voy a echar de menos eso -dice cogiendo la foto.
Su madre se acerca a él, para mirar la foto más de cerca.
-Podemos volver cuando quieras.
-No -sonrie triste- no quiero ver cómo los abuelos sufren. Otra vez. Y vosotros también.
-¿De qué estás hablando? -pregunta su padre.
-Desde que Carol murió, nada ha vuelto a ser lo mismo. Y va a ser peor.
-¿Qué estás diciendo?
Alex deja la foto en su sitio y mira a sus padres mientras una lágrima recorre su mejilla.
-Estoy intentando deciros que me voy a morir.
El silencio reina en el salón durante varios largos segundos .
-¿Es una broma? -pregunta su madre- ¡No tiene ninguna gracia! -grita.
-Tengo cáncer mamá.
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Impronunciable
Ficção Adolescente-¿Recuerdas el lugar secreto que te enseñé? -Sí -sonrio. -No se lo enseñes a nadie. Va a ser solo tuyo. -Nuestro -le digo. -Si... Nuestro.