Por fin viernes, último día de la primera semana de clases. Alex me ha estado llamando todos los días, tal y como prometió cuando yo le llamé al volver a casa. Este domingo va a venir aquí, supuestamente para estar con Josh, pero todos sabemos a quien viene a ver en realidad.
Las clases pasan lentas y aburridas. Y quedan cinco minutos para que suene el timbre.
-¿Te vienes de compras con nosotras? -me susurra Jenn.
-Tengo que ir a casa.
-Pues no vayas.
-Briseida y Jennifer, ¿tienen algo que compartir con la clase? -nos pregunta el profesor.
-No -contestamos las dos a la vez.
-Despues de clase se quedarán aquí.
Nos miramos y suena el timbre. Todos salen de la clase menos nosotras dos que nos quedamos cada una en su sitio. Le hago una seña a Jenn para que vaya a hablar con el profesor y nos deje salir. Ella niega con la cabeza.
27 minutos más tarde.
-Dile algo -susurro.
-Ni de coña.
-¿Prefieres quedarte aquí todo el día?
-Dejen ya de hablar y márchense.
Miro a Jenn y cojo mis cosas rápido y salgo corriendo del aula. Jenn me alcanza en medio del pasillo vacío. Abro la puerta de entrada y al salir las dos nos quedamos paralizadas al ver a dos chicos guapísimos al lado de un Range Rover Evoque negro.
Corro lo más rápido que puedo y me lanzo a los brazos de Alex.
-¿Primera semana y ya os han castigado?
-Vivimos al límite -contesta Jenn mientras yo beso a Alex- Hola -saluda a Colton.
¿Ya esta? ¿Solo un simple hola? Esta no es Jenn. La Jenn de siempre se lanzaría a los brazos de un chico como Colton, a no ser... que este enamorada y le de vergüenza.
-Colton -digo separándome un poco del cuerpo de Alex- ¿cuando vas a besar a Jenn?
-¿Qué? -sonrie.
-¡Bri! -me regaña mi amiga.
-Venga ya, a ti te gusta y ella está loca por ti. No sé a qué estáis esperando.
Los dos se miran y se sonrien. Yo vuelvo a fijar mi vista en los ojos de Alex. Él sonríe pero sus ojos están tristes, lo veo. Bajo mis manos por su pecho hasta llegar al abdomen.
-¿Te duele?
-Un poco.
Por una parte me está mi mintiendo, sé que lo hace para no preocuparme pero ya sé que el tipo de cáncer que tiene es doloroso.
-He pensado que podríamos ir al cine.
-Vale -sonrio.
(...)
-¿Cuál quieres ver?
-¿Cuál quieres ver tú?
-La que tu quieras.
-¿Vamos a convertirnos en una de esas parejas que hablan así todo el tiempo?
-No por favor -se ríe.
Al final decidimos ver San Andres. Apagan las luces de la sala y vemos la peli.
Quedan veinte minutos para que acabe la película y Alex lleva un rato moviéndose en su asiento y ha dejado de prestar atención a la pantalla.
-¿Estás bien?
-Si -me sonríe.
-¿Quieres salir?
-No.
Se agacha pegando su pecho a sus piernas y con la cabeza hacia abajo. Está mal, y no puedo quedarme aquí viendo cómo sufre.
-Vámonos.
Me levanto y agarro su brazo para que él también lo haga. Pongo su brazo derecho alrededor de mi cuello y lo agarro por la cintura. Él tiene la otra mano en su abdomen. Salimos de la sala al pasillo vacío iluminado por unas pequeñas bombillas blancas. A mitad de camino hacia la salida Alex se desploma en el suelo. Todo se ralentiza a mi alrededor, veo a alguien corriendo hacia nosotros.
-¡Llame a una ambulancia! -le grito al desconocido.
Me agacho junto a Alex y aguanto su cara entre mis manos.
-Alex, mírame. Mírame, por favor.
Sus ojos me buscan por todas partes.
-Estoy aquí.
Las lágrimas empiezan a salir de mis ojos. Una mano de Alex toca la mía.
-Te quiero, chica del nombre impronunciable -sonrie.
Se me escapa un sollozo junto con más lágrimas.
-Yo también te quiero, mucho. Te amo.
Dos paramedicos se acercan corriendo a nosotros y traen una camilla. Lo tumban en ella y salen corriendo, yo voy detrás. Intento subirme a la ambulancia pero una de los paramedicos me detiene.
-Solo los mayores de edad pueden subir.
-¡No voy a dejarlo solo!
-Lo siento.
Cierra la puerta y se marchan con la sirena encendida. Me quedo en medio de la calle viendo cómo se aleja.
Cojo mi móvil y busco el número de Jenn. A los cinco toques contesta.
-Necesito que vengais al cine a recogerme. Se han llevado a Alex al hospital.
Solo oigo un pitido. Ha colgado. Llamo a Josh y le pido que avise a sus padres. Siete minutos más tarde veo el coche de Alex entrando en la calle, con Colton al volante y Jenn a su lado. Me subo a la parte de atrás, sin darle tiempo a Colton a frenar del todo. A los quince minutos llegamos al hospital. Jenn se queda conmigo mientras Colton pregunta por Alex en recepción. Un poco más tarde se sienta a nuestro lado en la sala de espera.
-Dice que el médico está con él y que no puede decirme nada más porque no soy de la familia.
Espero sentada con las manos en mi regazo, veo que la puerta de entrada se abre y aparece Josh. Nos ve y viene hacia aquí. Se arrodilla a mi lado y me abraza fuerte.
(...)
Ha pasado casi una hora y no sabemos nada. Los padres de Alex acaban de llegar y están hablando con una enfermera. Bea se acerca a mi y yo me levanto.
-Dice que en unos momentos lo van a trasladar a cuidados intensivos.
-¿Está bien?
Me mira a los ojos y pasa un mechón de mi pelo entre sus dedos.
-No lo saben -susurra.
Sus ojos se llenan de lágrimas al mismo tiempo que los míos. Sé que Colton, Jenn y Josh lo han escuchado, porque los siento detrás de mi.
-Deberíais iros a casa y descansar -nos dice.
Niego con la cabeza, todas y cada una de las personas que hay aquí y que me conocen saben que no me voy a marchar, así que no discuten.
Hace rato Josh acompañó a Jenn a su casa y Colton y yo seguimos aquí, esperando alguna noticia.
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Impronunciable
Ficção Adolescente-¿Recuerdas el lugar secreto que te enseñé? -Sí -sonrio. -No se lo enseñes a nadie. Va a ser solo tuyo. -Nuestro -le digo. -Si... Nuestro.