Narra Alex:
-No tío, no puedo hacerlo. No después de lo que paso la última vez.
-Lo sé. Solo quería que lo supieras.
Que Drew intente que vuelva con él no me hace ninguna gracia. Después de lo que paso hace un año Colton y yo decidimos salir de allí. Josh también se fue pero hace pequeños trabajos de vez en cuando.
Escucho un ruido en el lateral de la casa.
¿Eso ha sido un estornudo?
-Voy yo -le aviso a Josh.
Me acerco corriendo al lugar y veo a las chicas intentando escapar. Agarro a Bri por la muñeca y hago que se gire.
-¿No te han dicho que es de mala educación escuchar las conversaciones de los demás?
-Y-yo.
Le tapo la boca con la mano ya que estamos debajo de la ventana de la habitación de mis padres y la llevo al embarcadero. La poca luz de la luna se le refleja en la cara y está realmente guapa. Pero no, se supone que tengo que estar enfadado. No sé cuanto ha escuchado de mi conversación con Josh. Espero que no demasiado.
-¿Y bien? -pregunto esperando una explicación.
-Yo... Es que... Nosotras... Yo no... Lo siento.
Baja la vista, aun no me ha mirado a los ojos.
-Eh -susurro levantando su cabeza para que me mire- ¿que has escuchado?
-Nada. Solo que Josh te ha dicho algo de un trabajo y tu has dicho que no.
No lo ha escuchado todo, eso es bueno.
-Te lo contaré, algún día. Ahora no.
No sé si he hecho bien en hacer esa promesa. Cuanto menos sepa ella mejor.
Acaricio su cabello y le doy un suave beso en los labios.
-Ven -le digo para que me siga.
La llevo casi al otro lado del lago, al bosque. Donde hay una cabaña que construyeron cuando era pequeño. Ahora está casi abandonada, hace mucho que no vengo por aquí. Abro la puerta y la dejo pasar a ella primero. El aire está cargado de humedad pero por lo general la cabaña sigue estando bien. Al entrar hay una pequeña sala con dos sofás y un sillón. Luego hay un corto pasillo que lleva a un baño y a dos habitaciones.
Bri ya se ha sentado en el sillón, en el sillón que me sentaba yo todos los días hace algunos años. Sonrio ante los recuerdos con mis amigos y mi hermana.
No pienses en ella.
-¿Estás bien?
-S-sí.
Me acerco y me siento en el brazo del sillón para estar más cerca de ella. Y le rodeo los hombros con mi brazo.
-¿Que es este sitio?
-Aquí me pasaba la vida cuando era pequeño.
Levanta la cabeza y me sonrie. Ahueco mis manos en sus mejillas y poso mis labios en los suyos. El beso se intensifica notablemente y tengo ganas de más. Me siento junto a ella, ya que el sillón es lo suficientemente grande para caber los dos. La beso con más intensidad y ella responde. La agarro de la cintura y la atraigo hacia mi y ahora está sobre mi.
Voy dejando besos por su cuello y lo muerdo un poco para luego succionar y dejarle una pequeña marca. Subo mis manos por su espalda levantando su top. Y acabo por quitárselo. La levanto en el aire para darnos la vuelta y quedar yo encima. Me quito mi camiseta antes de volver a sus carnosos labios que me responden rápidamente. Bajo mi mano por su vientre hasta llegar a su pantalón corto y ella suelta un suspiro. No. No ha sido un suspiro, ha dicho «no».
Paro de besarla y aparto la mano.-No puedo -murmura.
-Está bien.
-Lo siento.
-Vale -hago que me mire a la cara- no pasa nada. Está bien.
Le sonrio para que sepa que no pasa nada. Si ella no quiere hacerlo no la obligaré. Aún no está preparada y yo voy a esperar lo que haga falta.
Me siento a su lado y la abrazo, pegando mi pecho a su espalda. Noto que su respiración se va relajando hasta llegar a un ritmo constante. Se ha quedado dormida. Dormir la hace parecer más pequeña de lo que es. Eso me gusta, hace que sienta la necesidad de protegerla. Le doy un beso en la frente antes de acomodarme y quedarme dormido.
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Impronunciable
Novela Juvenil-¿Recuerdas el lugar secreto que te enseñé? -Sí -sonrio. -No se lo enseñes a nadie. Va a ser solo tuyo. -Nuestro -le digo. -Si... Nuestro.