-¿Tenéis el dinero para pagar la cena? -nos pregunta el dueño.
Miro a Colton y él me mira a mi. Ninguno respondemos.
-Me tomaré eso como un no.
El hombre canoso de quizá unos sesenta años coge el teléfono y sale del despacho dejándonos solos.
-¿Ahora qué? -pregunto.
-A ti no te pasará nada, pero yo soy mayor de edad.
Me río.
-¿Qué te hace tanta gracia?
-Me parece gracioso que hayas estado en el contrabando de drogas y no te hayan pillado y ahora quizá te abrirán un expediente policial solo por no pagar una cena.
-¿Cómo sabes lo d...
-Alex me lo contó -le interrumpo.
-¿Y sabes que Josh...?
-Sí. Y también sé lo de su hermana.
-Vaya -sonrie.
-¿Qué pasa?
-Alex nunca habla de su hermana, con nadie. Le importas mucho si te lo ha contado, Bri.
Sé que le importo, y él a mi también, muchísimo. Y pensar que en cualquier momento podría... Cierro los ojos con fuerza. Quizá esta noche sea la última noche que lo vea, o mañana por la mañana, o por la tarde, o la semana que viene. Las lágrimas recorren mi rostro mientras Colton me abraza. Rodeo su cuerpo con mis brazos intentando esconderme.
-Ha llegado la policía -nos anuncia el viejo abriendo la puerta del despacho.
Le miro limpiándome las lágrimas de la cara. El viejo me mira con ¿compasión? Salimos a la calle por la puerta de atrás, supongo que para que los otros clientes no se alteren. Hay dos policías, uno cruzado de brazos y otro con las manos en la cintura. El dueño del restaurante se aleja un poco de nosotros con uno de los policías. El otro nos mira, todavía con las manos en la cintura.
-¿Como se os ocurre intentar hacer un simpa? -nos pregunta.
Los dos nos encogemos de hombros, no vamos a contarle que hoy nos hemos dedicado a hacer cosas por el estilo. El otro policía se acerca y se queda mirándonos.
-Teneis suerte de que el señor Hall no presente una denuncia contra vosotros. Podéis marcharos.
Nos vamos de allí sin darle tiempo al dueño a cambiar de opinión. En el aparcamiento buscamos el Range Rover de Alex, el cuál esta al lado de la salida. Los tres están apoyados contra el capó y se levantan al vernos.
-¿Que ha pasado? -pregunta Jenn.
-Nos cogieron -contesta Colton.
-Y nos soltaron -sigo.
-Creo que no nos ha denunciado porque te ha visto llorar.
Todos suben al coche y Alex y detiene antes de que yo también pueda hacerlo.
-¿Por qué has llorado? -frunce el ceño.
-Creia que me iban a abrir un expediente policial -le miento.
Le doy un beso y subo al coche, Alex se sienta a mi lado y yo me apoyo en su pecho mientras él me acaricia el pelo suavemente. Al final me quedo dormida de camino a casa.
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Impronunciable
Teen Fiction-¿Recuerdas el lugar secreto que te enseñé? -Sí -sonrio. -No se lo enseñes a nadie. Va a ser solo tuyo. -Nuestro -le digo. -Si... Nuestro.