Capítulo 1

361 17 1
                                    


Todos los años venimos al pueblo a pasar el verano, mis padres se han ido a comprar, mi hermano está con sus amigos ¿y quien está limpiando la piscina? Pues yo, como siempre.

Odio el verano, siempre la misma rutina. Llegamos, todos se van y yo acabo limpiando y sudando más que un cerdo. Mis amigas están en la ciudad y solo hablamos por teléfono. No se que voy a hacer durante más de dos meses aquí sola. Y encima esta mancha de los azulejos no se limpia.

Froto con todas las ganas y la fuerza que tengo. ¡No puedo más! Voy a morir de calor.
Subo a mi habitación y me pongo mi nuevo biquini. Bebo un vaso de agua fría y vuelvo a luchar contra la estúpida mancha.

Froto, froto, froto, froto y nada, no sale. Me limpio el sudor de la frente con el brazo. Me rindo, si sigo aqui definitivamente voy a morir.
Habrá "Briseida a la plancha" para comer.

-Si sigues así te vas a destrozar las manos -me giro hacia el lugar de donde procede la voz.

En la ventana de la casa de los vecinos hay un chico, sin camiseta por cierto, que está mirándome. Es moreno, tiene el cuerpo muy bien formado, y cuando digo muy bien formado me refiero a MUY BIEN FORMADO, vamos que está muy bueno. Y tiene la sonrisa más perfecta que he visto.

-¿Y tú quien eres?

-Me llamo Alex.

Vale, Alex es un tío que está muy bueno y doy por terminada nuestra conversación. Porque cada vez que hablo con un chico guapo no paro de meter la pata y acaban pensando que soy imbécil.

-¿Cómo te llamas?

Hago como que no le he escuchado y sigo con la puñetera mancha.

-¿Cómo te llamas? -repite más alto.

Paro de frotar y le miro.

-No te lo voy a decir.

-¿Por qué no?

-Porque siempre que le digo mi nombre a alguien se lo tengo que repetir cien veces y no tengo ganas de hacerlo.

-Vale chica del nombre impronunciable.

¿Chica del nombre impronunciable? ¿En serio?

-¿Y qué haces?

-¿Es que no lo ves? -respondo cuando vuelvo con la mancha.

-Solo veo que estás perdiendo el tiempo. Si vas a limpiar así toda la piscina no vas a acabar nunca y menos si la esponja está seca.

Mierda. No me he dado cuenta que con tanto calor ya se ha secado.

-¿Por qué no la limpias a presión con la manguera?

Tiene razón. Pero nunca lo voy a reconocer en voz alta, jamás.
Tiro la esponja al cubo y voy a por la manguera. Apunto el chorro hacia la mancha y en poco tiempo ha desaparecido.

-¿Lo ves? Yo tenia razón. -sonrie con autosuficiencia cuando le miro- por cierto, los vecinos podrían verte.

-¿Qué? -pregunto sin comprender.

-Bueno, llevas un biquini muy sexy y los chicos de por aquí no se privan de mirar lo que les gusta.

¿Ha dicho sexy?

Noto como el calor me sube a las mejillas pero no creo que se note, con el calor que hace seguro que estoy como un tomate.

-¿Con quien hablas? -escucho que alguien le pregunta a Alex.

ImpronunciableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora