Capítulo 34

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Es momento de retomar mi vida donde la deje...Desconozco si tomando el mismo rumbo, pero de lo que si estoy segura es de que quiero ver de nuevo a mi familia, a mis amigos, mi ciudad natal.

Me miro en el espejo en repetidas ocasiones antes de salir de la que fue mi habitación por todo este último año, no me reconozco, me veo y me siento distinta, siento que la dulzura está muerta en el interior hasta que recuerdo mi destino. Tomo mi maleta y me dirijo hasta el primer piso.

— ¿Papá? — Avancé por las escaleras hacia la puerta.

— ¿Estás lista? — Pregunta percatándose de mi presencia.

Asiente en silencio y subimos al auto que nos espera afuera, nuevamente veo la misma aeronave que me trajo a Las Vegas.

— ¿Esto es tuyo? — señalo tras unos minutos del despegue.

— Se podría decir que soy de los pocos afortunados que recibió una compensación económica tan grande por lo que sucedió.

Subimos con nuestras cosas y el equipo nos recibe amablemente.

— ¿Por qué me ocultabas el bastón? — Observo el objeto negro que se encuentra a su lado.

— Porque no siempre lo necesito. — Mantuvo su mirada fija a la ventana.

No hubo más preguntas durante el vuelo, no hubo más cuestionamientos, ni datos curiosos, ninguno pudo dormir, pero tampoco podíamos interactuar, era como si una serie de nudos estuvieran en nuestras gargantas, unos que nos insistían en que al contarle a nuestra pequeña familia la verdad sería necesario mucho tiempo y saliva.

Lo siguiente relevante en la travesía fue subir a otro auto a nuestra llegada, recorrer lo que conozco desde que soy una niña. Al llegar no solo se trataba de un nudo, ni de el clima nublado y ventoso, se trataba de una sensación de vacío y desesperación. Llegamos a casa y no había ningún auto en el parqueo exterior, subí las pequeñas escaleras y avance en el pequeño porche de la casa, las plantas estaban descuidadas, el correo parecía ya no entrar más en el buzón...Y todo se veía tan...lleno de polvo, aun así se veía como un lugar habitable, pero parecía no haber nadie en casa a nuestro arribo.

Mi padre se encontraba sosteniéndose en su bastón en la parte principal, se había acercado al césped y a las flores que hoy estaban marchitas. Toque la puerta en un par de ocasiones y también el timbre, no hubo respuesta, si bien ya no recordaba el código con demasiada exactitud prefería no intentarlo corriendo el riesgo de bloquear la puerta. Baje nuevamente y me acerque a papá.

— Es todo muy extraño — Miré a mi alrededor. — Podría subir por el techo, pero si me esperas unos minutos en el auto con tus acompañantes — Miré sus dos escoltas y al asistente. — Yo podría buscar la casa de alguna amistad y luego venir por ti, sería un buen comienzo en lo que mi madre llega.

— Si de aquí al atardecer no localizas a nadie sería importante que busquemos algún hotel.

— No te preocupes — Asentí. — No me tardaré...Solo...— Busqué algo en la mochila que traía conmigo.

Saqué el móvil y lo encendí, empecé a intentar contactar a algún conocido, pero al despedirme de mi papá  y al avanzar me di cuenta de que no había servicio.

— Mierda — Susurré.

Llegue a la casa de Connor y aunque sentía un subidón, uno que podía comparar con la pasión de las notas altas de un violín, también estaba aterrada solo podía imaginar lo molesto que podría estar conmigo...Aunque en todo caso para estas fechas debería estar en la universidad o al menos a punto de regresar. Nuevamente el mismo sentimiento de desesperación al tocar el timbre, los segundos eternos pero aquí parecía que nada había cambiado, el césped bien recortado y la fachada impecable.

— Buenas tardes — Fui atendida por una mujer joven.

— Hola — Apenas logré salir de mi impresión. — Soy Emily ¿De casualidad se encuentra Connor Smith? — Trate de lucir amable y sonreír pero los nervios me lo complicaban.

— Señorita si viene a ...

— ¿Quién pregunta por mi hermano? — Oí una voz

Los pasos avanzaron hasta que tuve a Molly enfrente.

— ¿Em? ¿Realmente? ¡Darcy! — Gritó. — ¡Muévete! ¡Él no la mató! ¡No la mató!

— ¿Me podrían explicar que pasa? —La miré.

— ¡Entra! — Jaló mi brazo para abrazarme.

— ¡Estas vivas! —Exclamó Darcy— ¡Mi hermano no te mato! — Oí su voz y sentí su choque contra mi cuerpo.

Avancé hasta la sala con ellas y me senté.

— ¿Les molesta contarme donde esta Connor? Al menos en que universidad...

— Connor no esta en la universidad, de hecho ni siquiera ha salido de la ciudad. — Molly y su hermana se sentaron frente a mí.

— ¿De qué están hablando? ¿Además quién mato a quién? Necesito que ustedes...

— ¡Escucha! — Darcy elevó el tono de su voz. — Lo siento...Emily esto es muy difícil de explicarte y no puedo ir al grano precisamente — Miró a Molly y ella asintió. — Cuando desapareciste Connor apareció aquí lleno de golpes y con tu auto, se ducho y se mantuvo encerrado hasta que apareció la policía, decomisaron tu auto y se lo llevaron a la estación.

No podía asimilar lo que escuchaba ¿Lo estaban culpando?

— No sé como pero lograron retenerlo porque no volvió a casa después de declarar, antes de eso tu hermano estuvo aquí como un león enfurecido, desesperado por ti. Mi hermano le comentó algo de que te habían llevado y él no le creyó pero su novia sí, nosotras escuchamos todo.

— Pero...Por falta de pruebas tuvieron que liberarlo ¿Cierto? — Miré a ambas y sentí como observaban ladesesperación en expresión.

— No fue tan fácil, aseguraron encontrar tus fluidos, tu sangre, fluidos de Connor, aseguraron que tu eras victima de su atrocidad y que sino te había asesinado probablemente te vendió.

— ¿De qué mierda están hablando? ¡Pero si nunca tuvimos ninguna intimidad!

— Emily los agentes que llevaron al caso presentaron toda esa evidencia...Y aunque tus amigos testificaron a favor y aunque todo apuntaba a que era una posibilidad su inocencia prefirieron encarcelarlo hasta que cumpliera la mayoría de edad y no cerrar tu caso, pero las búsquedas no continuaron, al menos no las comunitarias y la cobertura en los medios fue pésima.

Yo sabía exactamente por qué.

— Molly, dime que sabes cuando será ese juicio — Me levanté y comencé a caminar por todo el salón.

— Es hoy, empezó hace unos días pero no sabemos mucho de eso...Solo sé que hoy se determinaría la sentencia y si se confirmarían los cargos por secuestro, por trata o por homicidio. — Darcy se apresuró a responder.

— Chicas...Tengo que irme ... — Negué desesperada y abandoné la casa.

Sentí durante su narración que iba a descompensarme, a veces no oía con claridad porque el corazón me retumbaba en los oídos, los ojos no me dejaban ver con claridad por las lagrimas pero conocía el camino de regreso. Las ganas de vomitar, los temblores, los escalofríos al revivir nuestra separación...Jure que estaría bien, pensé que estaría avanzando con incertidumbre, pero nunca pensé que esto sería posible ¿En qué mente retorcida cabe inventar con "pruebas" aquellas acusaciones? Correr no fue buena idea pues mi padre pudo notar el pánico al verme llegar y subir al auto de golpe.

— ¡A la corte! ¡Rápido a la corte! — Le señale al chofer que sin dudarlo y consultándome el camino se puso en marcha.

— ¿Qué pasa? — Mi padre rompió el silencio entre la velocidad.

— ¡Connor esta siendo juzgado por mi desaparición!

En mis ansias solo podía pensar en como el hijo de puta de Johan se había atrevido a mentirme, a tapar por tanto tiempo el abuso que vivía una persona muy importante para mí.

AMIGOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora