Capítulo 16

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Capítulo 16

Sentir(Primera parte)

Una sonrisa apareció en su rostro preocupado, sus manos se deslizaron por mis hombros y tomo mi mano entrelazando nuestros dedos. Sin decir nada más me guio de regreso a la cama donde nos recostamos. No podía evitar que mi corazón latiera frenético contra mi pecho. Quería hacer esto por él.

Evan me observo mientras acariciaba mis labios con su pulgar, podía ver como empezaba a cambiar de opinión de nuevo. Atrape su mano y la aleje de mi rostro antes de inclinarme en busca de sus labios.

—No tienes que hacerlo. —susurro descansando su frente contra la mía.

—Ya habíamos terminado con ese tema. Hazlo ya. —Sus labios se fruncieron en una mueca. —Prometo detenerte.

Traga saliva audiblemente y se inclina sobre mí. Sus labios apenas rosan los míos y su respiración ya se encuentra acelerada. Esta vez espero a que él haga los movimientos, sé que esto debe ser algo difícil y no quiero arruinar nada y que decida terminar con esto.

Se aleja y su mirada busca la mía en la obscuridad. Sus ojos verdes brillan de esa manera extraña con una intensidad que creo que la habitación está más iluminada a causa de eso. Su mano se arrastra por mi cuerpo hacia mi cadera donde sus dedos se clavan en mi piel.

—Eres demasiado dulce, Campanita. —dice en un susurro.

Sonrió confundida ¿Acaso ya ha comenzado? No puede ser verdad, apenas me ha besado. Termino con mis pensamientos porque el presiona sus labios contra los míos con más fuerza esta vez y de manera posesiva. Abrazo su cuello en respuesta, no quiero que se aleje de nuevo, se acomoda sobre mí y termino con mis piernas enredadas en sus caderas. En cuestión de segundos la parte superior de mi pijama desaparece y me encuentro solo en mis boxers azules y diminutos. Los gruñidos de Evan vibran con fuerza en mis labios, el parece desesperado y de alguna manera frustrado. Libero su cuello y deslizo mis manos por su marcado pecho y abdomen hasta el elástico de su pijama. Sus manos atraparon las mías de inmediato y las coloco sobre mi cabeza con fuerza mientras continuaba besándome desenfrenado.

—No hagas eso, no te muevas, Bethany. —Jadea contra mis labios.

Descendiendo por mí cuello continúo bajando, tire de mis manos de manera instintiva al sentir sus besos en el canal entre mis pechos. Que dios me ayudara porque era imposible no moverme. Mi espalda se arqueo cuando su aliento frio erizo mi piel. Gemí cuando sus labios terminaron presionándose en uno de mis pechos atrapando mi pezón entre sus dientes. Su lengua era tan fría contra mi piel que lo único que podía hacer era estremecerme sin control. Intente liberar mis manos de nuevo pero Evan se reusaba a dejarme. Volví a gemir y él se presionó contra mí en un movimiento de cadera brusco. Los escalofríos volvieron a mi cuerpo pero a causa del gruñido ronco que Evan había liberado, todo había cambiado. Deje de intentar liberar mis manos y permanecí quieta, poco a poco note como comenzaba a desvanecerme, mis parpados pesaban, mi cuerpo se sentía demasiado ligero y era casi imposible moverme pero no podía dejar de disfrutar lo que sucedía, no quería que esto terminara, amaba a Evan y quería estar así con él por siempre.

— ¿Bethany?

Despierto con un horrible dolor punzando detrás de mis ojos. No tengo idea de que hora es pero sé que debo levantarme pronto para llevar a Sebastián al colegio y despues ir a clases. Solo pensarlo hace que el dolor se vuelva más insoportable. Tan pronto como puedo llevo mis manos hacia mis ojos y presiono intentando calmar el dolor que pulsa constantemente y se extiende por mi cabeza hasta mi nuca. Diablos. Sin lograr abrir mis ojos me incorporo en la cama suspirando, aun con mis ojos cerrados puedo sentir como si la habitación girara a mi alrededor.

Diabólica Tentación (¡Hell, Yes!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora