CAPITULO 4

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CAPITULO 4

La Reunión

El sábado en la mañana prepare el desayuno para Sebastián y mamá quien aún dormía. Después de desayunar Sebastián me arrastro hasta el centro comercial para encontrar el regalo perfecto para su amigo Henry, mi fastidioso hermano estaba decidido a encontrar el juguete más genial del mundo aunque eso costara una fortuna, después de horas de mostrarle juguete tras juguete por fin se decidió por un dinosaurio enorme que según lo que entendí era como una mascota. Esa cosa era horrenda pero Sebastián se veía emocionado así que lo compre. Cuando llagamos a casa mamá ya estaba despierta viendo T.V con una taza de café en su mano.

— ¿Cómo les fue? ¿Encontraron algo genial para Henry?—Mamá nos observó mientras bebía su taza de café.

—Sí, mira es genial, después... ¿Puedes comprar uno para mi mamá? Beth no quiso comprarme uno. —Rodé los ojos con el capricho de mi hermano.

—Claro que si amor, te comprare lo que quieras. — Sebastián se lanzó a los brazos de mi madre haciendo que derramara un poco de café.

—Sebastián. Sube a ducharte, ya casi es hora. —Me miro sonriendo y asintió caminando hacia las escaleras con el juguete en sus manos. —Hey, dame eso, lo voy a envolver.

Con una mueca en su rostro me entrego el juguete y subió corriendo. Estaba segura que tenía pensado jugar con él antes de entregárselo a Henry, camine a la cocina con mi madre siguiendo mis pasos de cerca.

—Las cosas para envolver están en el último cajón, también hay listones y moños. —busque el papel con estampado de pequeños coches y tome un moño celeste, Mamá se sentó en el taburete frente a mí. — ¿Y? ¿Tienes algo que contarme?

Mire a mi madre de manera extraña antes de comenzar a envolver el regalo de Henry.

— ¿De qué hablas?—pregunte nerviosa sin saber por qué.

—Ya sabes, quiero saber si mi hija está interesada en alguien después de casi dos meses en preparatoria.

Rodé los ojos y suspire.

— ¿Por qué tanto interés?

—Bueno mientras no estabas hablo un chico llamado Andy, pregunto por ti. —Los ojos de mi madre brillaron al decir su nombre.

—Andy es solo un amigo, mamá.

—Es muy amable, al menos por teléfono. —Su sonrisa me molesto.

—Si Andy es amable, pero solo es mi amigo, así que olvídalo.

Después de unas cuantas preguntas vergonzosas más mi madre se rindió y subió a prepararse para su turno en el hospital, el regalo me había quedado tan bien que no quería que lo destrozara Henry al abrirlo.

Subí las escaleras y tome una ducha rápida antes de que tuviera que dejar a Sebastián quien ya se escuchaba impaciente en la sala. Me coloque unos pantalones cortos de mezclilla, una camisa negra ajustada con la palabra "Fuck You" en el pecho y unas sandalias. Baje las escaleras y me encontré con Sebastián tomado de la mano de mi madre y sujetando el regalo en la otra mano.

— ¿Que sucede?—Pregunte observando la sonrisa extraña en ambos.

—Decidí acompañarlos hasta la casa de Henry.

Mamá le dedico una sonrisa a Sebastián que estaba más que feliz, salimos a la calle y empezamos a caminar por la acera.

— ¡BETHANY!

Mi estómago se apretó cuando escuche la voz de Evan gritando mi nombre, apresure el paso empujando a mi madre y Sebastián esperando que no hubieran escuchado.

Diabólica Tentación (¡Hell, Yes!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora