Capítulo 17 (Parte II)

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Capítulo 17 (Parte II)  

—Y yo a ti. —susurro alejándose.

Quise abrir mis ojos y preguntarle si había escuchado bien, me moví en la cama y estire mi brazo pero no encontré nada, quería despertar desesperadamente, ¿había sido mi subconsciente jugando conmigo? ¿Por qué Evan se había ido? Escuche mi nombre a lo lejos, me moví intentando volver a mi sueño profundo, mi piel se erizo y unos dedos se enredaron en mi nuca. Lentamente comencé a parpadear acostumbrándome a la luz brillante que fue bloqueada por un hermoso par de ojos verdes. Evan sonreía mostrando sus hoyuelos y su cabello estaba alborotado haciéndolo ver malditamente sexy. Descanso su peso sobre su codo y su mano en mi nuca se deslizo hacia mi hombro y después bajo por mi brazo para enredarse en mi cintura.

—Buenos días. —dijo en un ronroneo.

—Buenos días... Creí que te habías ido. —murmure curiosa por su respuesta.

— ¿De qué hablas? No me moví, y aunque lo hubiera intentado habría sido imposible porque te encontrabas sobre mí.

—No estaba sobre ti.

—Si lo estabas, aunque no es que me moleste y lo sabes.

Mordí mi labio y lo observe. Lo único en lo que podía pensar era en lo que creí haber escuchado ayer pero si él no se había ido posiblemente todo se habría tratado de un sueño. Mis pensamientos fueron interrumpidos por el repentino beso que llego. Evan me abrazo contra su cuerpo y profundizo el beso pero no hizo nada más. Simplemente me besaba. Abrace su cuello cuando sentí que comenzaba a alejarse.

—Tu madre esta despierta, debo irme, vendré a buscarte a las 6.

Me dio un beso corto y se puso de pie. Lo contemple mientras se colocaba su camisa y caminaba hacia el balcón. Se giró a observarme y dijo: —Nos vemos, Campanita.

Asentí y lo intente.

—Te amo.

Una media sonrisa apareció y su mirada viajo de mi rostro a la puerta de la habitación, volvió a mirarme aun sonriendo y después salto por la barandilla del balcón. Bueno, ahora sabía que todo había sido un sueño, pero no importaba, sabía que el sentía algo por mí que jamás había sentido por nadie y eso era suficiente para mí.

Termine de vestirme y espere a que Evan apareciera. Sabía que hoy tendría que decirle así que me tome mi tiempo eligiendo la ropa, quería verme bonita para él. Tal vez no serviría de nada después de que le dijera o probablemente ayudaría. Alice mi vestido blanco que me llegaba un poco más arriba de la rodilla. Había elegido un vestido de verano que papá me había regalado meses antes de... irse. Trague el nudo en mi garganta y peine mi cabello con mis dedos distrayéndome de mis pensamientos. Estaba sumamente nerviosa.

Salte en mi lugar cuando golpearon la puerta.

Me puse de pie y camine mientras inhalaba y exhalaba repetidas veces antes de abrir. Evan estaba frente a mí con una camiseta sin mangas del grupo LED- ZEPPELIN y unos pantalones negros desgastados que abrazaban sus musculosas piernas. ¿Dios, como puede verse tan bien siempre?

— ¿Terminaste de desnudarme en tu mente? —pregunto con tono burlón. Salí de la casa y bese su mejilla.

—Solo me estaba preguntando ¿cómo es que tu hermana continua dejando que uses sus pantalones?

El lanzo su cabeza hacia atrás soltando una carcajada pura y potente que me acelero el ritmo cardiaco. Abrazo mi cintura y beso mi cuello.

—Sigue pensando en mis pantalones mientras llegamos a casa. —Sujeto mi mano y entrelazo nuestros dedos mientras comenzaba a caminar a grandes zancadas a su casa, le seguí el paso y agradecí estar usando sandalias bajas. —Por cierto, te vez malditamente sexy en ese vestido.

Diabólica Tentación (¡Hell, Yes!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora