Capítulo 10

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Capítulo 10

Pesadilla.

Sentía que no podía respirar. Eso no podía ser verdad, era una estupidez Evan no podía ser un demonio del sexo, eso no existía, eso era mitología. Por qué inventar algo así. Evan coloco su fría mano sobre mi hombro.

—Estas mintiendo—Solté apenas.

—Jamás he ido más enserio. Puedo decirte cada detalle de lo que ha pasado aquí. —Dijo apuntando la cama.

Un escalofrió subió por mi espalda.

— ¿Dices que has entrado a mi habitación a manosearme?

—Soy un Incubo Bethany, tenemos que alimentarnos.

— ¿Alimentarse?—Dije horrorizada. —Oh, Dios ¿Tuve sexo contigo? Eres un maldito imbécil Evan ¿Cómo pudiste hacer algo así?

Me lance sobre él tirando golpes y empujándolo fuera de mi cama. Atrapo mis brazos y me lanzo sobre la cama aprisionando mis piernas entre las suyas mi corazón se detuvo.

Él era un maldito demonio.

—Ya cálmate, Campanita. Tu virtud está intacta. No tienes tanta suerte. —Dijo riéndose aplastándome contra la cama. —Bien ahora que me crees, hablemos sobre el verdadero problema.

— ¿El verdadero problema?— Me burle con nervios. —Evan tu eres un maldito demonio. ¿Qué puede ser peor?

—Karen, ella puede ser peor.

—Dijiste que te habías encargado de ella.

—No la mate si es lo que crees. La ahuyente, ahora Jessie se está encargando de ella. —Pensó en sus próximas palabras antes de hablar—Bethany. Ella va a regresar, está molesta y quiere asesinarte, lo dejo bastante claro hoy.

—Oh, ¿enserio Evan?—Dije molesta—Todo esto es tu culpa.

—Ya lo sé. Hay algo más que no entendemos. Veras, Karen tiene una habilidad, ella puede causar desde el más mínimo dolor hasta el dolor más agonizante con solo tocar. Ella pudo matarte.

— ¿Si puede hacer eso porque no lo utilizo hoy en vez de golpearme? Se pudo ahorrar el trabajo.

—Eso es lo que no entendemos, ella lo utilizo en ti en los vestidores y estoy seguro como el infierno que uso todo lo que tenía, pero no pareció afectarte. —Evan frunció el ceño pensativo.

— ¿Tu puedes hacer eso?—Pregunte curiosa.

—No. Mi habilidad es que soy jodidamente atractivo y atraigo a las chicas con solo sonreír. —Dijo sonriendo de lado y casi me derretí.

—Y ser un imbécil también.

—Acéptalo te atraigo. Dijiste que mis hoyuelos son lindos.

—El golpe me aturdió, idiota. —Dije enseñándole mi lengua.

—Supongo que no te afecto tanto como creí—Dijo inclinándose hacia mi rostro—Supongo que si te beso ahora no importa porque no te afecto.

—Con mucho gusto te lo demostraría pero me duele mi rostro con tanto golpe y tu peso sobre mí no ayuda así que... ¿Puedes soltarme?

Evan sonrió, y bajo de mí, la luz se encendió de nuevo. Me senté rogando por no estar tan roja como un tomate, se puso de pie y extendió su mano hacia mí. Observe su mano y despues a él.

Evan me sonrió.

Tome su mano y me puse de pie junto a él.

—Sígueme mentirosa. —Dijo riendo mientras tiraba de mi brazo hacia mi cuarto de baño.

Diabólica Tentación (¡Hell, Yes!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora