Capitúlo 5

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Capítulo 5

 

Amiga, Enemiga.

La ira me abordo de nuevo a la mañana siguiente, no importo cuan molesta o cuanto odiara a Evan, a mi subconsciente pareció no importarle porque en cuanto me dormí soñé con él, no fue el típico sueño erótico de siempre pero había soñado con Evan, él había entrado por mi balcón como siempre lo hacía, pero ahora era diferente, él me había dado un casto beso en los labios antes de acostarse a mi lado y atraerme hacia él para después abrazarme y consolarme mientras yo lloraba y parloteaba cosas sobre mi padre. Evan me abrazaba y frotaba mi espalda mientras yo sollozaba en su pecho incluso le dije un par de malas palabras recordándole lo imbécil que era y el solo se había reído diciendo que lo sabía.

La tarde del domingo fue una completa mierda habían dejado a Sebastián en casa y la tranquilidad se había esfumado, cuando mamá despertó se encargó de lidiar con él y yo me senté a ver las demás películas de Evan... ¿Qué? No por odiarlo voy a desperdiciar mis películas favoritas, los Zombis no tenían la culpa. Las películas eran realmente buenas, pensé que ya había visto todas las películas sobre Zombis pero Evan tenía 3 que yo jamás escuche mencionar y eran excesivamente sangrientas justo como me gustaban.

Cuando termine de ver la última ya estaba obscuro y mamá se había ido a trabajar dejando a Sebastián dormido en su cuarto, me levante y quite la película dispuesta a subir a mi habitación, apague el equipo y las luces de la sala. Subía por las escaleras cuando sonó el timbre, soltando un suspiro de molestia baje los pocos escalones a un paso lento el timbre sonó insistente, abrí la puerta con un fuerte ¡QUE! Evan sonrió del otro lado.

— ¿Interrumpo?—Murmuro sonriendo ocasionando que sus hoyuelos se asomaran.

Observe a Evan con ojos entrecerrados y después cerré la puerta azotándola en su cara tan fuerte que desee lograr golpearlo, me deslice por la puerta hasta el piso, Evan respondió con una fuerte carcajada del otro lado de la puerta.

— ¿En serio Bethany? Esa reacción solo me hace pensar que estas celosa.

Enfadada me puse de pie de un salto y abrí la puerta, él me sonrió de lado satisfecho mientras hacía un flip con su cabello, me cruce de brazos y me recargue en el marco de la puerta.

—Sabía que saldrías si te provocaba.

Ladee mi cabeza sin responder y Evan se cruzó de brazos imitando mi acción ladeando su cabeza de manera jodidamente sexy.

—Quería explicarte algunas cosas, Bethany—Murmuro y después balanceo su peso.

—A mí no me tienes que explicar nada Evan, tu vida me da exactamente igual. —Dije de manera más calmada y el apretó sus labios.

—Entonces. ¿Por qué carajos estás molesta?

Solté una risa nerviosa tratando de escucharme burlona.

—No estoy molesta.

—El enseñarme tu dedo medio anoche y cerrar la puerta en mi cara hace unos minutos me dice lo contrario, Bethany.

— ¿Y por qué te sorprende? No es la primera vez que te enseño mi dedo, todo sigue igual Evan, lo que paso en el sofá no cambia nada, aun creo que eres un imbécil y me caes terriblemente mal.

Eso era la respuesta más estúpida que había dado en toda mi vida y esperaba que Evan no lo notara, el me observaba detenidamente escaneando mi rostro en busca de algún indicio de que mentía, después soltó una risa negando con su cabeza.

—Ah Bethany, eres tan extraña.

—Deja de decir que soy extraña, el que no me arrastre ante ti como todas no me convierte en extraña.

Diabólica Tentación (¡Hell, Yes!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora