Eithan el playboy.[+18]

Extra nº3

Hola de nuevo ♥ Bueno, aquí tenéis este nuevo extra. Espero que os guste :)

Esta vez SI es Eithan quién contará el extra.

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Era un frío día de diciembre, precisamente 24 de diciembre. Rusia estaba cubierto en una buena capa de nieve blanca. Carina, Debora y yo contemplábamos el hermoso paisaje cubierto de un blanco puro que me recordaba a las dos mujeres que tenía a mi lado. Los tres habíamos venido de vacaciones a Moscú. Pasaríamos aquí las navidades y volveríamos a tiempo para que Debora pudiera acudir a la guardería de nuevo. 

-  Eithan - gritó mi esposa y yo me volteé para mirarla. Una bola de nieve impactó en mi cara, lo que hizo que mi niña comenzara a reír. 

Agarré a mi hija y la subí a mis hombros para después correr detrás de Carina. Esta comenzó a gritar como una loca mientras el ángel que llevaba sobre mis hombros reía sin cesar. 

Mi mujer cayó al suelo, cubierta de nieve se giró y nos dedicó una preciosa sonrisa que me hizo devolverle el gesto. Bajé a la pequeña Debora de mis hombros y esta corrió para ayudar a su madre. Un intento fallido ya que cayó al suelo también. 

- ¿ Un poquito de ayuda ? - preguntó mi mujer mientras me extendía el brazo. Yo negué con la cabeza y me agaché para darle la mano. Ella, aprovechando el poco equilibrio que tenía en ese momento tiró con fuerza de mi mano haciendo que mi cara impactara contra el suelo. Permanecí unos segundos en esa posición, disfrutando del roce de la fría nieve en mi rostro. 

- ¿ Papá ? - gritó Debora asustada y yo saqué la cabeza del hoyo que había creado. 

Sonrío al ver mi cara nevada. 

- A la de tres, Debora - susurró mi mujer. - Uno...dos.. y tres - gritó antes de lanzarse a mi. Primero se subió ella y después nuestra hija. Yo fingí un grito y esta ultima estalló en carcajadas. 

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Eran las  diez de la noche cuando por fin, entre insistencias y promesas la pequeña Debora se durmió. 

Mi mujer y yo salimos despacito del cuarto sin hacer ni el menor ruido. Una vez en la sala de estar, Carina me sirvió una copa de vino y se sentó a mi lado en es sofá mientras ambos miramos la televisión, a pesar de no entender ni pizca de lo que decían. Una copa después miré a mi mujer que tenía el ceño fruncido. 

- ¿ Quieres hacer otra cosa ? - pregunté y una sonrisa apareció en su rostro. 

Asintió. 

- ¿ Estrenamos la cama ? - pregunté empleando un tono seductor. Ella se puso colorada, esta era una de las cosas que no me cansaría nunca de ver. A pesar de que llevamos un par de años casados, cuando trato "ese" tema mi esposa se sonroja siempre. 

Alcé una ceja, invitándola a responder. Ella asintió y fue lo único que necesité para cargarla como la reina que era hasta nuestro cuarto. 

Al llegar cerré la puerta con suavidad para no despertar a la  princesa que se encontraba en el otro cuarto. Dejé a Carina de pie en el suelo y sin esperar más pegué sus labios a los míos en un posesivo beso. 

Nuestro trabajo y Debora nos quitaban casi todo el tiempo, por lo tanto había pasado por lo menos una semana desde nuestro último encuentro intimo. Yo estaba necesitado, ella también y esa cama tamaño extra-grande saciaría nuestra necesidad del otro.