Eithan el playboy.[+18]

Viviendo en su casa

Después de una noche loca junto a Eli y algunas más que no me acuerdo de como se llaman, llegué  a mi casa. Mi padre me estaba esperando en la cocina. Lo miré detenidamente y me pareció que no estaba enfadado, pero me equivoqué ya que al acercarme a él percibí el olor a alcohol y entonces ví venir lo que pasaría. Recibí un puñetazo después otro y después otro así hasta que se cansó y se fue. Me dejó en el suelo, inconsciente.

Después de tres días de estar en cama había mejorado un poco aunque seguía teniendo la cara morada y me dolía todo.Oí el timbre sonar varias veces y al ver que nadie contestaba, bajé. Al abrir la puerta vi la cara de Rachel que me miraba preocupada y empezó a ponerse pálida. 

- Eithan - dijo y empezó a llorar 

La dejé pasar y volví a subirme a mi habitación. Mi padre se había encargado de poner todo patas arriba. 

Rachel siguió llorando mientras curaba mis heridas. Esto era penoso, " yo soy penoso" me dije a mí mismo. 

Me acosté sobre la cama y ella a mi lado. 

- ¿ Ha sido él ? - preguntó sollozando - claro que ha sido él - se respondió a sí misma.

- Eithan, tienes que irte de aquí, ¡no puedes dejar que te pegue cuando le apetece ! 

Yo me limité a mirarla. 

- Eithan por favor - continuó ella. 

Sonreí débilmente y le besé la frente. Está me miró con compasión. 

- No me mires así. - dije furioso- estoy bien 

- ¡ Claro que no ! - gritó mientras se levantaba de la cama.  - Llamaré a Dylan y le diré que me ayude a sacarte de aquí - dijo

- No - reaccioné inmediatamente.

- ¿ Eithan ? - preguntó al ver tal reacción. 

- No necesito la ayuda de Dylan - dije mientras me levantaba suavemente. 

- Entonces nos vamos los dos - dijo y corrió para ayudarme.Me apoyé en Rachel y ambos salimos. 

Caminamos durante un tiempo hasta que nos encontramos con Carina. 

- ¿ Qué ha pasado ? - preguntó examinandome rápidamente, 

- Nada - contesté antes de que Rachel abriera la boca. 

Me miró y después giró su cabeza para ver a Rachel que suplicaba por ayuda con los ojos.

- ¿ Necesitáis ayuda ? - preguntó preocupada.

- No - dije yo

- Si - gritó Rachel.

- Mi casa está cerca, si queréis venir. . - dijo mirándome con compasión

Odio que la gente me mire con compasión al igual que ella.

- No - volví a decir

- Si - volvió a gritar ella.

- Vale - contestó Carina.

- De verdad que te agradezco muchísimo esto Carina - dijo Rachel - Y tú - continuo apuntándome con el dedo - quiero que estés quieto. Volveré mañana - y tras acabar cerró la puerta dejándome a mí con Carina SOLOS en SU casa.

- Es muy divertida - dijo ella. 

- Y pesada - contesté

- Pero es una buenísima amiga - continuó ella

- Eso no lo dudo - respondí .

 Después hubo un silencio incómodo en el cuál ninguno sabíamos que decir.