Eithan el playboy.[+18]

Sexo del bueno y disculpas

- Eso solo cambia si Yo quiero - me respondió. 

Chica con carácter, guapa y lista. Demasiado perfecta para ser verdad, algo está ocultando y yo lo voy a averiguar. Además necesito ganar esa apuesta o tendré que trabajar para pagar a Dylan. Mierda, esta chica no me lo está poniendo nada fácil.

- Claro que lo vas a querer cambiar - contesté mirándola a los ojos. Me volví a acercar, estaba tan cerca que podía no solo oír sino también sentir su respiración. - Porque yo, voy a hacer que tu cambies de opinión - es más, haré que me supliques que te ame. 

-Adelante - dijo levantándose para coger la botella de agua.

Me dirigí al baño donde me cambié y salí  rápidamente. Eran las cinco y media de la mañana y yo estaba discutiendo con Carina en vez de echarme un polvo.

" Eithan, ¿ te has vuelto un idiota o que? " 

Salí del cuarto y me dirigí al salón, donde gracias a Dios quedaban unas cuantas chica preciosas. 

Me dirigí a una morena de cabello largo y vestido dorado cubierto con lentejuelas del mismo color.

- Hola - solté usando mi tono seductor.

Eithan modo folleti ON

- Hola- contestó ella utilizando el mismo tono. 

- Yo soy Eithan -dije  acercándome para darle un beso en la mejilla. 

- Yo soy Eli - dijo ella devolviendome el beso,

- Estas guapísima con este vestido Eli - comenté observándola de pies a cabeza pasando lentamente por esas hermosas curvas.

- Gracias Eithan, tu también estas guapísimo - contestó y después se acercó para susurrarme al oído- Estoy segura de que estas mucho más guapo sin toda esa ropa encima

Pasé una de mis manos por sus curvas para luego pegarla más a mí y besarla. Continué con ese excitante beso mientras mi mano subía y bajaba desde su trasero hasta sus pechos masajeando brutalmente ambas partes. No lo soporté más, simplemente le pellizqué el trasero para luego meter mi mano debajo de su falda y levantarla sobre mi hombro así siendo mucho más sencillo llevarla a la habitación. Al llegar cerré la puerta dando un portazo y no esperé a que ella se desnudara sino que le arranqué el vestido con los dientes y metí mi mano es su zona para profundizar, en un movimiento brusco mis dedos penetraron lo mas profundo de su ser. Continué besandola y empecé a bajar hasta llegar a sus pezones que succioné para llegar a su entrepierna y con mi lengua hacerla sentir placer. Cuando llegó su turno ella besó mi cuello bajando rápidamente hasta mi miembro que ahora estaba tan duro como una piedra.Sin pensarlo dos veces lo introdujo en su boca y comenzó a subir y a bajar haciéndome sentir placer del bueno. Al no aguantar más, llené su boca con mi esperma que ella disfrutó,

La coloqué debajo mío y sin pedir permiso ni ser cuidadoso, la penetré con mi miembro, está empezó a gemir de placer y yo me ocupé de que se callara la puta boca y me dejara disfrutar.

Brutalmente movía mi miembro dentro de ella sin ningún cuidado y sin hacer caso a los quejidos que esta soltaba entre gemidos.Después de un tiempo estando así, quedé satisfecho y me dejé caer sobre la cama. Ella estaba más que satisfecha y me sonreía.

- Eres buena - dije 

- Tu también - contestó. - deberíamos volver a vernos algún día 

- Claro - dije mientras le pasaba mi móvil para que escribiera su número.

Después de que ella terminara, me vestí y salí corriendo. En el pasillo me encontré con Dylan.

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El reloj marcaba las ocho de la mañana. 

Dylan y yo habíamos ido a una cafetería para que cada uno contara su noche. 

- Me follé a tres chicas y de alguna forma he hecho que Carina me mire con otros ojos.

Después de que le contara todo lo sucedido con detalles Dylan me contó que a Rachel se la llevó la ambulancia. 

Ante tal noticia salí corriendo a visitar a Rachel pero no sin antes preguntar a Dylan en que hospital estaba.

Llegué rápidamente ya que el hospital quedaba cerca de la cafetería.

Cuando entré vi a Rachel en una cama blanca con los ojos cerados y conectada a unas máquinas conectadas que no paraban de hacer el maldito ruidito del "pim, pim, pim" y con una perfusión 

Me acerqué a ella y cogí su mano. 

- Lo siento Rachel, siento haberte dejado sola.Siento haber dejado que esto pasara. Por favor, no me dejes, no puedo perderte a ti también, no ahora. 

En ese momento la puerta se abrió y un hombre vestido de blanco entró. 

- ¿ Como está, doctor? - pregunté desesperado.

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