Me dirigí a ella con una mirada fría pero sonriendo y empecé a besarle el cuello suavemente, bajando hacia el abdomen y los muslos. Ella empezó a gemir de placer (como no) y le fui quitando poco a poca las bragas mientras ella me quitaba mis calzones. Empecé a hacerle el amor (yo lo llamo sexo pero bueno) y después de un rato paré al verla ya tan cansada y dolorida. No es que me importara mucho, simplemente me cansé. Me levante poniéndome los calzones y los pantalones y encendí un cigarro mientras miraba por la ventana. Eran más o menos las 6:30 pm y en veinte minutos había quedado con mi mejor amigo para ir a beber algo. MIERDA – me dije a mi mismo.
- Esto... - dije mirándola satisfecho. – la verdad es que he quedado con Dylan.
- Entiendo – dijo mientras se vestía. Se veía triste, pero bueno la vida sigue.
- Gracias –añadí para animarla un poco, tanta tristeza me deprimía.
Salí del cuarto mientras ella se vestía, me di una ducha rápida después me coloqué rápidamente unos vaqueros color granate con un jersey blanco casi carne y con unas superga.
Salí corriendo para coger el tren y llegar más o menos a tiempo, así, mi amigo Dylan no me reprocharía nada.
Llegué al sitio donde debíamos encontrarnos y vi a mi mejor amigo rodeado de chicas.
- - ¿Qué pasa?- le saludé riendo, él era igual que yo, no confiaba en nadie más que en mí y en sí mismo.
- - Pasando el rato, ¿tú? – me contesto sonriendo.
- - Pues lo mismo, pero esperaba pasar el rato contigo, solos. No me esperaba que te trajeras el grupo contigo.
- - Pues mala suerte – me dijo y se empezó a reír.
- - Estas de buen humor – siguió conversando conmigo como si solamente estuviéramos los dos solos.
- - La verdad es que sí.- le dije mostrando mis perfectos dientes. - Amigo mío, me debes dinero – le dije con un tono superior. Sonrió.
- - ¿Leia? – siguió - Que cabrón eres. - me dijo riéndose.
- - Pues claro – contesté inmediatamente.
- - ¿Cuándo? – siguió preguntando.
- - Hace por lo menos media hora, en mi casa. – volvió a sonreír.
- -¿Y qué tal? – preguntó contento
- - Como siempre, nada nuevo bajo el tejado de mi casa. – se empezó a reír.
- -Pues te presentaré a una amiga mía, te va a encantar es la mejor. Eso sí, no toques ningún pelo suyo o tu y yo tendremos problemas. – dijo con un tono serio.
- - Relájate, es una simple chica.- Le dije algo molesto
- - No lo es – me contestó enfadado.
- - Vale, vale. Te prometo que no la tocaré a menos que ella lo desee.
- - Ni en ese caso.... Por favor Eithan, por tu mejor amigo. Júrame que no la tocaras.
- - Yo no juró y lo sabes. Yo TE PROMETO tío que no la tocaré. Sabes que yo cumplo mis promesas. ¿Verdad?
- - Allí viene – me dijo sonriendo y se le iluminaron los ojos.
Joder si hubiera sabido quien era antes no lo hubiera prometido. Estaba buenísima, sexy. . . joder Dylan, que ¿no tienes gustos cabrón? Su amiguita era una morena de largas y hermosas piernas, llevaba una blusa blanca con una falda azul marino que completaban el conjunto perfecto. Con una leve brisa se pudo apreciar su ropa interior de un color blanco puro. Hijo de puta, Dylan jugaste sucio capullo.....
- -Hola preciosa – le dije estudiándola de pies a cabeza.
- -Hola. Supongo que tú eres el famoso Eithan, ¿verdad? – me preguntó con un acento ingles
- -El mismo, ¿y tú eres? – la pregunte sonriendo
- -Yo soy Daira, tengo 16 años y soy de Londres. Soy amiga de la infancia de este engreído de allí que va con el grupo a todos lados. Encantada Eithan.
- -¿Tienes 16 años? – pregunté asombrado, mirándola de pies a cabeza y volviendo mi mirada hacia Dylan que me respondió moviendo la boca sin soltar sonido alguno: "Si, te dije que no la podías tocar, ¿verdad?"
- -Sí, tengo 16, - me contestó la morena mostrándome una sonrisa de oreja a oreja.
Por el amor de Dios ni que me sienta atraído por una niña, soy gilipollas. Reacciona Eithan, es una niña, una puta niña que parece tener 18 años y me la follaría ahora mismo si no fuera por mi estúpida promesa. ¿En qué pensaba?
- -¿Eithan? – escuché una voz dulce pronunciando cada letra de mi nombre.
- -Perdona – dije mirando a otro lado – no estaba escuchando, ¿Qué decías?
- -Decía que si quieres que vallamos a tomar algo... - me susurró la maldita. Me estaba probando.
Y ahora, ¿qué hago? Me di la vuelta y vi a Dylan con una sonrisa enorme en la cara como diciéndome "Estas jodido, idiota. A ver cuanto aguantas.".
- -Claro, vallamos. – conteste cogiéndola de la mano.
- -Eithan – se escuchó una potente voz detrás de mí, sonaba cabreado
Por el amor de Dios ni que hubiera hecho tantas cosas malas para que esto me pasara a mí y exactamente en este momento. Me volteé y vi a mi "padre" enfadado, medio borracho y con una bolsa llena de cerveza (como siempre) en la mano.
-Dime – contesté mirándolo con desprecio e ira.
- Es tarde, tienes que volver a casa. – me dijo mi padre con esa mirada fría que tenía siempre.
-Esta noche me quedo en casa de un amigo a estudiar, papa. – conteste y me fui antes de que dijera algo más.
Después, me encontré con Dylan y su grupo en el Mc Donald.
(............)
Desperté por la mañana en la cama de Andreea ( mi profesora, ya la había mencionado anteriormente)
-Buenos días - me dice la muy puta andando por allí en mi jersey.
-Sí, sí - contesto irónico.
ESTÁS LEYENDO
Eithan el playboy.[+18]
Ficção GeralEithan Russell es un egocéntrico, narcisista que nunca confió en una mujer. Lo único que hizo fue jugar con ellas, apostar con su amigo a ver quién sería la siguiente que caería en su juego, en su cama. Pero apareció ella. ¿ Será capaz de domar al...