Capitulo 19: fuego

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El tiempo pasa muy rápido, sobre todo en la Jugada Maestra, cuesta trabajar creer que la tregua está por acabar lo cual nos pone a todos en peligro nuevamente. Navidad ya pasó, año nuevo ya pasó, ahora estamos en el año 2017 y me dí cuenta de que extrañaba a mi familia más que nunca. Solo quedaban menos de dos meses para que la jugada maestra por fin acabara, en cuanto eso pasara yo iba a volver a la isla junto con mis amigos y mi novio, después terminaría con mi entrenamiento y podría reunirme nuevamente con los que quería.

Y hablando de nuevo novio... nunca pensé que Zachary Wojtczak se convertiría en una persona tan importante para mí, no me hubiera pasado por la cabeza cuando lo conocí y me dio una paliza en el entrenamiento. Pero las cosas cambiaban, conocíamos a la gente y los sentimientos cambiaban. Seis meses junto a él y me enamoré irremediablemente. Quisiera dedicar el tiempo que teníamos aquí a estar juntos pero estábamos en el juego por lo tanto las relaciones eran complicadas, éramos novios pero no podíamos actuar como tales, todos lo sabían, claro, lo malo era que no podíamos darnos el lujo de tener citas o estar de melosos. Lo primero era ganar el juego.

Ming estaba feliz por nosotros pero Ditt... no estaba enojado pero tampoco muy contento con la situación. Se había distanciado de mí, con Zach seguía siendo el mismo pero ya no estaba tanto tiempo con él como solía estarlo antes. En cierta forma me sentí mal porque modifiqué su amistad. Ming me decía que debía darle tiempo a Ditt, al cabo él no era rencoroso y terminaría digiriéndolo. Decidí hacerle caso y darle tiempo a mi amigo de acostumbrarse a la situación.

Estábamos a un día de que la tregua acabara, Zach y Ditt planeaban un nuevo ataque, sabíamos que Onur no perdería tiempo en atacar, por lo tanto ellos ya estaban moviéndose desde hoy hacia el sur para investigar y ver su posición.

Yo me dedicaba a entrenar pues no era tan ágil como para unirme a los ataques pero sí podría defender nuestra área si se diera una emergencia.

Pasadas las ocho de la noche, después de que los exploradores hicieran dos viajes pues Onur ya no estaba en el sur, estos avisaron que nuestro contrincante se encontraba en el norte, donde nosotros solíamos estar. Así fue como planearon atacar en cuanto saliera el sol, diez soldados se marcharon al sur para ello. Entre ellos Zach. Me preocupaba que él se fuera pues sabía lo mucho que Onur y él se odiaban, si a una chica insignificante como yo y a alguien tan agradable como George nos había torturado para sacar respuestas no quería imaginar lo que le podría hacer a Zach.

Cuando Zach se iba a marchar llegué rápidamente a despedirme de él.

—Suerte—le dije tras darle un abrazo— y ten cuidado, por favor.

Zach sonrió con dulzura mientras me estrechaba de nuevo contra él.

—tranquila, solo le patearemos el trasero a Onur, volveré.

— ¿Me lo prometes?—dije, batiendo mis pestañas como niña pequeña.

El rió junto a mi oído.

—te lo prometo.

Le dí un beso rápido en los labios, aquello fue suficiente para enloquecerme. Zach me sonrió coquetamente antes de salir por la puerta, portando su pistola y uniforme. Lo observé marcharse en silencio. Cuando desapareció de mi vista decidí irme a entrenar pues sabía que no estaría en paz hasta que él volviera, y solo podría calmarme si me concentraba haciendo otra cosa.

Patear "sacos" hechos con restos de colchones y muebles lograba hacer que olvidara un momento el asunto de Onur. Pensaba en lo mucho que me gustaría ver a mi familia cuando todo esto acabara, en lo mucho que me gustaría estar libre de PAAG, aunque sabía que no sería así pues cuando acabara mi entrenamiento y viera a mi familia sería para darles el adiós definitivo pues haría lo que los OMG deben hacer: proteger el mundo.

Un poder para el malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora