Como la siguiente mañana nadie fue por mí para obligarme a bajar a desayunar no me molesté en bajar hasta que fuera mi primera actividad- y decía actividad porque aquí no les llamaban clases- la cual era derechos humanos, y la verdad era que no me importaba en lo más mínimo.
Me arreglé levemente pues ya que aquí no tenía mi maquillaje debido a mi huida precipitada de casa no tenía mucho que hacer. Conservaba un brillo para labios en mi bolsillo trasero del pantalón que usaba el día que Haley me acorraló afuera de mi escuela, mi cabello lacio era fácil de cepillar así que eso hice para evitar que se esponjara. En este lugar no se usaba uniforme, solo ropa deportiva para las actividades físicas pero como yo no tenía casi nada de ropa las oficinas de PAAG tenían que suministrarme un cambio nuevo cada dos días, este era el segundo que me daban en mi estancia. La ropa era una blusa rosa de manga corta y un pantalón blanco. Hasta eso no estaba nada mal, era probable que una mujer lo hubiera escogido- y por mujer me refería a Haley. -
Me puse la ropa y bajé a mi clase de derechos humanos aunque la verdad era que no deseaba ir, podría pintearmela pero no sabía si había guardias con varillas eléctricas que me atacaran en cuanto me vieran escapar. No sabía si había miles de cámaras viéndome en este momento, miles de ojos... estar aquí me había vuelto un poco paranoica. Estar aquí me hacía sentirme como una persona a la que yo misma desconocía.
Mientras atravesaba el patio lleno de plantas y césped perfectamente regado y podado escuché a alguien llamarme.
- ¡Meisie!- me volteé rápidamente y encontré a Sirhan sonriendo frente a mí.
- Debería preguntar qué significa Meisie- dije para mí misma.
- Significa chica en mi idioma- contestó Sirhan- creo que te toca enseñarme una palabra de tu idioma.
- yo creo que no- lo corté.
Continué mi camino hacia mi clase sin embargo Sirhan no me dejó sola como yo deseaba.
- Encontraré la manera de aprenderlo- me aseguró.
Reí suavemente.
- Suerte con eso Meisie- respondí.
Sirhan ya no me siguió sino que prefirió ir con sus amigos en el otro lado del patio. La verdad era que ese chico no era malo, lo encontraba agradable pero si quería irme de aquí no debería hacer buenos amigos, aunque viéndolo desde otra perspectiva quizá sí debería hacer amigos porque al ritmo a cómo iban las cosas era demasiado poco probable que me fuera a ir de aquí antes que PAAG me liberara.
Estaba por acercarme al salón, entonces vi a otra persona conocida, si es que así se le podía llamarme a alguien que me había golpeado y lanzado contra el piso. Zach me estudió con la mirada, al reconocerme sonrió. Yo no devolví la sonrisa, si iba a hacer un amigo no pensaba que fuera ese chico creído. Pero ya que él no sabía lo que pasaba por mi cabeza no tuvo problema con acercarse a mí.
Vaya error, ninguno de los dos imaginábamos lo que podría pasar después...
- hey...- saludó pero se quedó corto al olvidar mi nombre, o al no saberlo.
- Maighread- le recordé seria.
- aaah si es cierto, Ulster- repuso- ¿eres escocesa?
Asentí.
- ¿Tú que eres?- pregunté sin mucho interés que digamos.
Zach se vio sorprendido por mi interés si es que así podía denominarlo.
- Australiano- dijo.
- ¿qué tal los canguros?- me burlé.
Él se encogió de hombros, mi comentario no le había ofendido ni en lo más mínimo. No era como yo que me tomaba muy en serio eso de los estereotipos por los que todo el mundo identificaba a otros.
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Un poder para el mal
Avventura¿Qué pasaría si un día descubrieras que no eres quien creías ser? Maighread Ulster es una adolescente que cree vivir una vida normal en un mundo normal sin embargo a la edad de once años es obligada a escapar de su hogar y a refugiarse en Nueva York...