capitulo 13: Llegada a la ciudad parte dos

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Cuando bajamos del camión un poco lastimados por los tropezones, empujones y pisotones que nos dimos en el proceso lo primero que hicieron todos fue ver maravillados la ciudad. Como yo había dicho antes, era vieja, según supe aún estaba habitada cuando fue la guerra fría pero la ciudad se fue abandonando poco a poco lo que conllevó a su deterioro. Aunque sea los edificios no estaban cayéndose, aunque me daba un poco de miedo que fuéramos a dormir en un edificio abandonado y destruido.


Los tenientes nos ordenaron ponernos en filas según el camión del cual habíamos bajado, una vez que todos estuvimos ordenados el teniente Scott caminó de un lado a otro con las manos en la espalda, observándonos con una sonrisa de suficiencia.


—aquí estamos—dijo—en Kadykchan.


Observó al horizonte y frunció el ceño aunque no por molestia.


—tienen preguntas, lo sé, por eso pienso dar las indicaciones de forma clara para que sus dudas se desvanezcan tan rápido como aparecieron al ver la ciudad— señaló los edificios con la mano— los edificios están sucios, puede que huelan mal, están hechos un desastre. Pero son habitables, será trabajo de ustedes–y no les diremos cómo– planificar la forma en que sobrevivirán, busquen lo necesario para vivir, adecuen su área de acuerdo a sus necesidades.


Alguien levantó la mano para hablar pero no le permitieron abrir la boca.


—a cada uno de los grupos se les dará una parte de la ciudad en la que podrán vivir, será su territorio. Más adelante podrán usar esto a su favor pero por el momento ocúpense de encontrar su zona y comenzar a trabajar en adaptarse a ella—la teniente que había hablado era la teniente Wallace, una mujer pelinegra y fortachona con cabello corto.


—asignaremos inmediatamente las zonas pero antes deben escuchar las siguientes precauciones y reglas—todos soltaron un quejido, el teniente que había hablado cuyo nombre aún no conocía los silenció con una mirada severa—silencio—ordenó—si no quieren hacer lo que les decimos pueden subir de vuelta a camión como las gallinas que son, o pueden demostrarnos que no son tan gallinas y aguantar lo que les diga.


Los chicos del equipo de Onur que se habían quejado asintieron en silencio, sabíamos que eso chicos odiaban las reglas.


—primero que nada: no se puede asesinar a nadie, tampoco causar heridas mortales, el OMG que rompa esta regla será eliminado del juego. Está prohibido envenenar a sus compañeros o hacerles cualquier cosa que los afecte. Si van a hacer una distracción en el juego intenten que sea algo que no se salga de control. Robar es de lo más bajo pero en la guerra muchas cosas están permitidas.


— ¿Robar?—le susurré a Ming. Esta hizo una mueca, tampoco estaba de acuerdo.


—no sean tontos ¿Okay? Si van a atacar piensen al menos de que quieran hacer una estupidez y perder el juego. Ah, y otra última cosa, hay una mina abandonada, no se les ocurra entrar en ella, solo en la superficie pero no bajen por el elevador o usen cosas inflamables ahí porque pueden provocar una explosión. También tenemos ciertas reglas en cuanto  a la relación entre ustedes: los hombres y las mujeres preferentemente deberán dormir en espacios reparados al menos que se decida lo contrario por ciertas razones como que el número de mujeres sea demasiado menor en comparación a los hombres y estas puedan quedar desprotegidas, bueno, les recomendaríamos no tener sexo aquí pues deben tomar en cuenta que los vamos a vigilar y que... no es correcto.

Un poder para el malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora