Damas y caballeros: el final ha llegado, en si este es el capitulo final pues los dos restantes son solo parte de un epilogo que se subira en dos dias. disfrutenlo, voten y comenten.
Estaba demasiado contenta por haber visitado Escocia y ver a mi familia pero aquello había acabado cuando puse un pie en el avión. Ditt entendió mi tristeza por primera vez, no me importó que me viera llorar desconsoladamente como cuando me apartaron de mi familia por primera vez, menos mal que no era apático y me consoló, no muy bien pero me sentí apoyada.
Ahora me encontraba rodeada de cien OMG que esperaban con ansias ña graduación pero yo no podía compartir su entusiasmo, tenía mucho en que pensar, las últimas palabras de madre hacia mí...
Zach y Ming se encargaban de sacarme de mis tristes pensamientos pero cada vez me hundía más en mi hoyo de tristeza y soledad.
— Vamos, cariño— me animaba Zach, un día antes de la gran graduación, él estaba en mi cuarto hablando conmigo pues sabía que lo necesitaba— no me metí a escondidas a tu cuarto para que sigas ignorándome— protestó.
— Gracias por hacerlo— le dije mientras me sentaba en mi cama— pero... Eso no hace que deje de preocuparme.
— tu familia estará bien, van a estar mejor ahora que saben lo segura que estás en realidad— me calmó al mismo tiempo que se sentó junto a mí.
— Pero no sé siquiera si volveré a verlos ¡no sé nada sobre qué pasará después!—grité preocupada. Unas cuantas lágrimas cayeron de mis mejillas. Intenté enjugármelas pero Zach lo hizo por mí, me observó con ternura pero luego un poco enojado.
— Fue un error hacer que ciertos OMG nacieran en una familia— lo observé confundida— perder algo que quieres te destruye, y uno de los nuestros sin esperanza es inservible.
Sus palabras no sonaban para nada como un consuelo sino como una advertencia.
— ¿perdón?
— El amor te debilita— continuó él, sin ningún remordimiento— tener seres queridos les da a tus enemigos una oportunidad de torturarte ¿por qué darse el lujo de amar a alguien si te va a perjudicar?
Le dediqué una mirada de enojo. No podía evitar sentirme herida por sus palabras ¿qué le pasaba? ¿La fama se le estaba llendo a la cabeza?
— ¿Te refieres a que amar personas es de débiles?— dije con voz rota.
Me sonrió burlonamente.
— ¿No me escuchaste?— dijo con arrogancia. Rechiné los dientes, su forma de hablar y comportarse convertían mi tristeza en furia.
— ¿amarme a mí te hace débil, capitán Zach?— le dije, furiosa. Vi que sus ojos se abrieron como platos.
— ¡Maigh!— empezó— no, no dije eso.
—Porque no me amas— continué.
Me miró como si estuviera loca.
— ¿bromeas?
Solté un gritito de frustración, su actitud creída no estaba ayudando, al contrario, solo empeoraba las cosas.
— ¡No, Zach!— exclamé— hablo muy en serio.
— No grites— me advirtió, viendo nerviosamente la puerta.
— ¿Tienes miedo de que los guardias te encuentren en mi habitación después de haber tenido sexo conmigo?— pregunté con sorna.
— ¡pues sí!— afirmó, de nuevo me lanzaba esa mirada de que estaba loca.
— El perfecto Zachary Wojtczak, el hombre que no ama a nadie y se cree lo máximo, por fin tiene miedo de algo— me burlé con la gran intención de molestarlo.
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Un poder para el mal
Aventura¿Qué pasaría si un día descubrieras que no eres quien creías ser? Maighread Ulster es una adolescente que cree vivir una vida normal en un mundo normal sin embargo a la edad de once años es obligada a escapar de su hogar y a refugiarse en Nueva York...