La vida de Jodie

C U A T R O

Aiden se enfadó conmigo. Casi le salía humo por las orejas, o por la nariz. Y me hizo perder la compostura.

*flaixbac*

- ¿Cómo se te ocurre hacer eso? - mi mejor amigo entró furioso a mi habitación.

- ¿De qué hablas? - pregunté.

- No te hagas la tonta. Pegaste a ese medico. - empezó a tranquilizarse y se sentó a mi lado.

- Lo que dicen no es verdad. Tú lo sabes. - miré al suelo.

- Jodie, mírame - me cogió de la barbilla y levanté los ojos. Me estremecí por aquella conexión -. Es cierto que yo sé que no estoy bien, pero puede que ellos tengan razón.

- ¡Venga ya! - me levanté de un salto.

- ¡Tú tendrías que haberte alegrado al oír eso!

- ¿Sabes porque no lo hice? ¡Porque te conozco mucho mejor que ellos!

- Tú no eres un especialista. ¡En lo único que eres especialista es en ver siempre lo malo de la vida! - me soltó.

- Vete. - susurré.

- ¿Qué?

- ¡Qué te vayas! - grité furiosa. Él resopló.

- Jodie... Lo siento. No quería...

- ¿Porqué sigues aquí? - pregunté sin mirarle.

- Piensa bien lo que estás haciendo. Y ahora, me voy. - salió por la puerta dando un portazo.

Intenté no llorar, solo solía hacerlo a solas. Pero no lo logré, algunas lágrimas rodaron por mis mejillas, me las sequé y salí por la ventana para no tener que responder a las preguntas de mi madre.

Volví a la cima de la montaña. Donde me encontré con... Dave.

- Hola. - sonrió. Puse los ojos en blanco.

- ¿Qué haces aquí?

- No eres la única que conoce este sitio. - se rió.

- Vale. - bufé.

- ¿Qué te ha pasado? - preguntó con ojos curiosos.

- Me he enfadado con Aiden. - nos sentamos en un banco mirando al lago.

- Vaya... ¿y eso?

- Pues... porque... por cosas.

- Ah.

- ¿Y tú qué tal? - pregunté.

- Pues tirando - sonrió -. Hace dos días que no bebo.

Dave tiene problemas con la bebida. Todos mis amigos tienen problemas.

- Eso es genial. - le miré. Pero no sonreí.

- Sí - jugó con sus manos -. ¿Y Olive?

- Bien, también.

- Me alegro por ella.

Volvió el incómodo silencio...

- Bueno, te dejo sola. - dijo. Me levanté y él me abrazó y me dio dos besos.

Se alejó y de alguna extraña manera, sonreí.

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