Capitulo 26: Ethan y Ryan

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-Hola, Paul

-No soy Paul. Soy Colin -le corregí inmediatamente

-Para mí, siempre serás Paul. Tengas memoria o no

-Eso tendrás que demostrármelo

Nathan sonrió

-Siempre tan exigente... -se cruzó de brazos y se apoyó en la pared en actitud chulesca- ¿Qué quieres saber?

-Todo. Quiero saber quién soy, qué me ocurrió, por qué sueño con estas cosas... -le tiré el diario de sueños que había cogido. Nathan lo cogió al vuelo

Lo estuvo ojeando durante unos minutos, analizando cada uno de mis sueños, como si fuera un psiquiatra

-Veo que ni sin memoria puedes olvidar estas cosas

-¿Ya las soñaba antes? ¿Por qué?

-Sí, son daños colaterales de tu trabajo

-¿Trabajo? -no sabía a qué se refería

-Son trabajos que hemos hecho. Tú y yo, Paul

"Este tipo está como una cabra. Son sólo sueños, Paul"

Incluso mi interior empezaba a llamarme Paul

-¿Qué coño estás diciendo?

-Estoy diciendo que todas estas cosas tan "macabras" como tú las llamas, son trabajitos que tú les has hecho a personas

-¿Estás insinuando que soy un asesino?

Las palabras de Sam nada más conocerme vinieron a mi cabeza

"¿Y si es un asesino?"

-No, Paul, no eres un asesino

-Entonces, ¿qué coño soy?

-Eres un sicario. O mecánico, como lo prefieras. Tú utilizabas este último término. Decías que quedaba más glamuroso y menos llamativo -dijo riéndose

Creo que mi cara no podía estar más blanca en mi vida. No lo podía creer. Era un sicario. Mataba por dinero y encima este tipo se chuleaba, como si fuera un trabajo de lo más natural

-Soy... un... asesino... -tuve que apoyarme en un cubo de basura porque casi me caía de la sorpresa

-No eres un asesino. Eres un mecánico

-¡ES LO MISMO! -grité- ¡He matado a personas inocentes! -dije un poco más bajo

-¿Inocentes? -soltó una carcajada- No, Paul. No eran inocentes

-¿Y qué eran?

-Lo peor de la sociedad: pederastas, traficantes de drogas, miembros de mafias, políticos corruptos, asesinos en serie... La lista es infinita

-¿He matado a mujeres? -pregunté un poco más tranquilo, intentando asumir todo esto

-Alguna que otra, pero muy pocas

"Joder"

-¿Y... niños? -me daba miedo oír la respuesta

-No, nunca. Siempre rechazaste trabajos en los que el objetivo era un niño, como por ejemplo un secuestro o algo parecido

"Menos mal"

Pero eso no justificaba toda una vida de muertes. Fijé la vista en el suelo para poder estabilizarme y no vomitar

-Paul, tranquilo -fue a tocar mi espalda, pero yo no lo permití, sino que lo agarré del cuello y lo estampé contra la pared

-No soy Paul -gruñí

SIN IDENTIDAD: La otra caraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora