Capitulo 36: La primera cita

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Cuando llegué a casa, me senté de golpe en el sofá, analizando todo lo que había pasado con una enorme sonrisa en la cara. No podía creer que hubiese aceptado a salir conmigo. Era algo... ni siquiera podía describir cómo me sentía en ese momento. Estaba lleno de alegría, de euforia, casi flotaba, pero a la vez sentía miedo. ¿Y si hacía algo mal y Sam no querría volver a salir conmigo? Peor aún, a no volver a verme. Tenía miedo de que cometiese muchos errores y la cagase

"No va a ocurrir" -me animó mi interior

No quería echar a perder esta oportunidad que Sam me había dado, así que me esforzaría mucho en esta cita

3 días después

Se me hizo eterno el tiempo hasta que llegó el viernes. Tenía unas ganas enormes de estar con Sam a solas, pero a la vez, estaba cagado de miedo. No era diferente a cuando estuvimos en el parque hablando sobre mí y mi ex-trabajo

"Sí, pero esta vez, hablaréis de otro tipo de cosas más íntimas"

-¡Joder, es verdad! -me contesté a mí mismo

Iba a estar solo con Sam en plan romántico y personal, no como la última vez que estuvimos juntos y a solas. Ella estaba muy cabreada por mi repentina llegada y no podía asimilar todo lo que le conté de mí. Esta vez sería diferente. Ella ya sabía de mí y de mi pasado y aun así aceptó esta cita

-¿A dónde la vas a llevar? -me preguntó el cotilla de Nathan. Yo no se lo dije, pero se enteró gracias a su "amiguita" Cony

-No te lo voy a decir. Seguro que vas y se lo cuentas a tu "amiguita"

-¿Cony? Bah, eso sólo fue dos días. Resulta que su novio estaba fuera de la ciudad y ella se sentía sola, ya sabes. Cuando me enteré, dejé de verla -fue al frigorífico y rebuscó en ella- Anda, va. Dímelo

Al final, me lo sonsacó

-Pues la voy a llevar a un museo. Primero a un restaurante y luego a un planetario que acaban de abrir cerca de allí

Me comí la cabeza todos estos días intentando pensar qué podría hacer para que fuese una cita inolvidable y única, pero no me salía nada. Hasta que, caminando por la calle, un tipo vestido de científico o algo por el estilo me dio un panfleto. Era del nuevo planetario. Y ahí fue donde tuve mi idea

-¡¿Qué?! Vale lo del restaurante, pero ¿el planetario? Menudo muermazo. Se va a aburrir -Nathan movió la cabeza de lado a lado- ¡Cómo se nota que no has tenido una cita en tu vida! Como a ti te llovían fácilmente las tías...

-No es un muermazo. A Sam le fascinan las estrellas y los planetas y el universo y todas esas cosas. Un día me contó que si no hubiese sido abogada, hubiera sido astrónoma

Sí, un día en el lago al que solíamos ir para poder estar juntos y a solas

Flashback

Era plena noche y Sam y yo estábamos tumbados sobre la fresca hierba cerca del lago, con una brisa veraniega llenando nuestros pulmones de aire fresco. Sam tenía su cabeza apoyada en mi pecho, repasando el contorno de los dibujos de mi camiseta mientras que yo acariciaba su sedoso pelo perfumado de melocotón. Ella se había inventado que había salido con Lana de fiesta y yo le dije a Thomas que si podía dar una vuelta con la moto para despejarme. Y nos creyeron totalmente. A ambos. Ellos jamás sospecharían de nuestro clandestino amor ya que nos pasábamos el día casi discutiendo o Sam siendo sarcástica y maleducada conmigo, aunque luego me pidiese perdón, así que todo fue muy fácil. Y me encantaba como Sam me pedía perdón, llenándome de besos. Un beso por cada mala palabra hacia mí. Y eran muchas al cabo del día

SIN IDENTIDAD: La otra caraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora