Capítulo 15: "Sueños siniestros"

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Abrí los ojos de golpe. Aún estaba tumbado en mi cama, pero todavía estaba un poco alterado por mi sueño. Había soñado que estaba lleno de cortes por el cuerpo y por el cuello y las muñecas, pero sólo era mi camiseta la que tenía sangre. Líneas finas y gruesas manchaban mi ropa y manchorrones habían aquí y allá. Miré mis muñecas detenidamente y no vi absolutamente nada. Me levanté y me miré en el espejo. Examiné mi cuello, pero nada. Lo único que había era sudor. Luego me levanté la camiseta y me di cuenta de que allí no había nada, igual que en los demás sitios. Sólo un torso ejercitado

Volví a sentarme en el escritorio. ¿Por qué mis sueños eran tan siniestros y raros? ¿Por qué soñaba con cosas malas como lo era la sangre? ¿Por qué? Me hubiese gustado poder relacionar y enlazar todos los sueños que tenía, pero los olvidaba en seguida. No me acordaba ni siquiera del de ayer. Y éste no duraría mucho

Ya no volví a quedarme dormido. Intentaba cerrar los ojos, pero no me entraba el sueño. Lo único que hacía era pensar y pensar, y eso me estaba desquiciando por completo. Así que cogí unos pantalones cortos y una camiseta básica y me fui hasta el lago corriendo. Necesitaba un poco de tranquilidad y aquel lago era perfecto. A estas horas seguro que la vista del amanecer sería espectacular. Me alegró de que Sam me lo enseñase

No sé cuánto tiempo estuve allí, pero estaba completamente cansado. Estaba estirando mis piernas para no tener ninguna lesión después cuando en la lejanía ví a alguien acercarse y luego alejarse. Creo que era Sam. La saludé y efectivamente, era Sam

-¿Qué haces aquí?

"Con esos shorts y esa camiseta de tirantes tan jodidamente sexy" -quise añadir, pero no era apropiado. Tenía que contenerme

-Pues estaba corriendo. Ya te dije que me gustaba venir aquí para desestresarme. Pero me has robado el sitio -bromeó- ¿Y tú?

-No podía dormir. Y me ha parecido que este lugar me relajaría, igual que ayer

-¿Y qué tal? ¿Ha funcionado?

Había funcionado muy bien. Liberar energía y concentrarse en el ejercicio, junto con el aire puro y los colores amarillentos del amanecer fueron increíbles

-Sí, la verdad es que sí. Y tú, ¿por qué estás aquí? -dije mientras me secaba el sudor con la camiseta. La próxima vez tendría que traer una toalla o algo

-Estoy nerviosa por las prácticas

-¿Qué tipo de prácticas?

-En un despacho de abogados. Estudié derecho en Harvard

Además de ser sexy y guapa, era muy inteligente. Era la chica diez

-Oh, vaya. ¿Quieres ser abogada? -ella se escaqueó al embarcadero y se apoyó en la pasarela de madera

-Quiero poder defender a los que de verdad se lo merecen y ser justa en los casos. No dejarme corromper con unos fajos de billetes o por gente importante e influyente -contestó con frialdad en la voz. La miré y tenía el ceño fruncido

-¿Dejarte corromper? -me coloqué a su lado. Ojalá no le molestase mi olor a sudor

-El conductor borracho que mató a mis padres era un familiar cercano a nuestro "querido" alcalde -su voz estaba teñida de rabia- El abogado que le defendió estaba totalmente corrompido por ser quien era. Él sabía perfectamente que iba borracho, incluso había pruebas de ello, pero ese abogado se las ingenió para que pareciese un incidente en el que él no fue culpable. Dijo que fue culpa de mi padre por haberse despistado y que fue mi padre quien chocó con él. Y además el juez falló a su favor, también huntado con billetes de cien. Los muy bastardos... -dijo entre dientes. Se notaba la furia que desprendía por la injusticia del accidente de tráfico. Intenté calmarla

SIN IDENTIDAD: La otra caraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora