Danny (7)

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Vuelta al instituto, las vacaciones de invierno se han terminado y los estragos de éstas se hacían notar por los pasillos. Y sobre todo en los de último curso, mi clase era deprimente, todos estaban dormidos sobre los pupitres excepto por algún cerebrito que se encontraba ordenando sus apuntes para el nuevo año.

Me había tomado tres tazas de café, lo suficiente para mantenerme despierto hasta las doce del medio día. Paul entró por la puerta dando un pequeño saltito de emoción, se acercó a mi, me dio una palmadita en la espalda y se sentó a mi lado.

"¿Cuantos cafés?" dije sabiendo que el motivo de su energía no era por su afán a la clase de matemáticas.

"Séis, y me siento vivo, me siento libre y me siento vivo"

"Has dicho vivo dos veces"

"Lo se, por que me siento muuuuy vivo" Paul abre los ojos con emoción y suelta un pequeño grito que hace que varios chicos a nuestros alrededor maldigan a su madre.

"¿Que tal la fiesta de año nuevo, recaudasteis mucho?" 

"Sí, bastante" dije encogiéndome de hombros "Ah y por cierto, gracias por dejarme plantado"

"Tío tenía cena familiar" asentí con la cabeza, a veces Paul no captaba una broma a la primera. 

"Lo se, es broma, sé estar sin tí"

"No mientas tu sin mi..." Paul deja de hablar en cuanto el equipo de futbol entra por la puerta chillando y lanzando el balón a la cara de uno que estaba medio frito al lado de la ventana.

"Malditas nenazas, despertaos de una vez, me estáis minando la moral con vuestras caras de fracasados" dice uno de pelo rubio casi rapado con cara cuadrada y dientes blancos. Se creían superiores a nosotros, obviamente, cuando pasan por el lado de Paul le remueven el pelo y le agachan la cabeza hasta golpearla con la mesa.

"Cabr..." estoy a punto de despotricar cuando Paul me tapa la boca con la mano antes de que los idiotas de mi clase se diesen cuenta de que iba a armar una buena.

Como de costumbre se fueron hacia atrás, y cuando el capullo de pelo rapado se fue a sentar, la silla y la mesa se desmontaron por completo haciendo que éste se cayera al suelo. Las piezas salieron volando de un sitio a otro y sus amigos se quedaron mirándole cual estúpidos.

"¿Que coño estáis mirando?" dijo el chico todavía tirado en el suelo. Todos los de clase se giraron hacia alante mordiéndose el labio intentando no romper en carcajadas.

"Por capullo" dije yo.

"¿Has sido tú?" me preguntó Paul más preocupado que emocionado.

"No pero me habría gustado, le hago un altar a quien lo haya hecho" Cuando giro mi cabeza hacia la pizarra Anita se encuentra ahí, no tenía ni idea de lo que hacía ahí sentada sobre la mesa del profesor. Frunzo el ceño y me doy cuenta de que juega con un par de tuercas entre sus manos,

"No puede ser" dije riéndome.

"¡Bratt, capullo!" gritó Anita llamando la atención no solo de mi clase si no de todo aquél que pasaba por el pasillo "Creo que esto es tuyo"

Ahora lo recuerdo, el imbécil tirado en el suelo es Bratt, con el pelo así de rapado ni le reconocía. Cuando me voy a girar para ver la reacción del que parecía el nuevo ex novio de Anita, veo como eñ idota intenta levantarse, pero sin pensarlo dos veces ella le lanza las tuercas haciendo que algunas le golpeen en la cabeza. El chico vuelve a perder el equilibro y cae de nuevo el suelo, esta vez sus amigos si reaccionan, pero no precisamente para ayudarle, más bien para reirse de la escena.

Anita le lanza un beso con falsedad y después me mira, me dirige una sonrisa torcida, pero para nada fingida, después sale del aula justo a tiempo antes de que nuestro profesor entrase.

"¿Que ha sido eso?" preguntó Paul a punto de sufrir un colapso mental.

"Eso amigo mío, ha sido el mejor que te den por culo en la historia de este instituto"

Last hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora