Calum (5)

31 3 1
                                    

Intenté llamar a Kian un par de veces para que me dijese si ya había entrado a la fiesta, pero éste chico era como si llevara una piedra en lugar de un móvil.

"Da igual, entramos nosotros y ya si eso le buscamos cada media hora" dije informando a Dylan quien miraba a su alrededor cual perrito asustado. Me acerqué a él y pasé mi brazo por su hombro "Tío, relájate, te lo pasarás bien, no me despegaré de ti ni en un solo momento"

Dylan me miró poco convencido de mis palabras y yo me reí, no aparentaba veinte tres años, hasta yo parecía más mayor. Nos acercamos al local donde indicaba la entrada, y la verdad es que no me resultó muy difícil encontrarlo puesto que Michael estaba apoyado contra la pared. Llevaba su chaqueta de cuero negro o como él la llamaba "la chaqueta de mojar", mejor no preguntar, y llevaba el pelo de distinto color que hace un mes.

"¿Qué haces en la puerta?" dije dándole un rápido abrazo.

"Mi primo me ha dicho que si hago de portero hasta media noche, él paga mis copas" dijo con cierta sonrisa infantil.

"Vas a arruinar a Danny"

"No lo sabes tu bien" ambos nos reímos y después Michael se quedó paralizado al ver a Dylan, pero no como quien ve a un asesino en serie, más bien como quien ve a un unicornio. Rodé los ojos y me tapé la cara con la mano.

"Michael, éste es Dylan, Dylan, este es el capullo de mi amigo Michael" Dylan le sonríe con amabilidad y Michael le aprieta la mano con emoción.

"Tu eres el misterioso compañero de piso de Calum, llevaba tiempo queriendo conocerte, es como ver a un fantasma" a cada palabra que Michael decía, Dylan me miraba más confuso y acabé por cogerle por los hombros y empujarle hacia dentro del local.

"Eh vosotros, las entradas" dijo Michael antes de que entrásemos. Yo le miré vacilante y él se rió, llevaba como casi dos años sin comprar entradas para ir a una fiesta, y la fiesta de Danny no iba a ser diferente "Portaos bien y no bebáis mucho, y usad protección"

"Que buen padre serás algún día" dije riéndome con burla.

"Dios aguarde a ese crío" dijo él mismo. Y en cuanto abandonamos a Michael obligué a Dylan a dirigirse a la barra del bar. Dylan pidió la carta de los cocteles pero yo le negué con la cabeza al camarero. Este chico llevaba mucho tiempo sin salir, a si que empecé pidiendo dos cervezas, ya aceleraríamos el ritmo a media noche.

Cuando ya comencé a llevar la tercera cerveza Dylan iba por su primera y media. Le di tiempo al chico, ya bastante que le había convencido de dejar a Carly y Noe pasar una noche de chicas. Miré a mi alrededor buscando a Kian, pero nada, a si que pasé al plan B. Busqué a tías buenas.

"¿Qué te parece esa de ahí?" dije señalando a una morena de ojos azules, vestido azul apretado y tacones de aquí a California.

"Señalar es de mala educación" dijo Dylan a mi lado. Le miré esperando a que fuera una coña, pero parecía bastante serio al respecto.

"Me refiero a su físico, mírala, esa chica va buscando un rollo de una noche, se le nota, es perfecta para ti" Dylan se atragantó con su propia saliva y se tapó la boca antes de que todos sus intestinos salieran por la boca.

"Espera, ¿Eres...?" dejé la pregunta en el aire esperando a que negara rápidamente.

"¿Virgen? No por dios, pero eso de enrollarme con una así por que sí no es mi estilo"

"No me jodas que eres de esos de relaciones largas" El chico se me quedó mirando con timidez, no le hacía falta hablar, esa cara llena hablaba por si sola. Sí que se había convertido en un anciano.

"Vale, pasamos al plan C" dije llevándome la cerveza a la boca.

"¿Plan C?"

"Sí. Soy yo quien se va con la chica fácil" hice amago de irme pero Dylan me agarró de la manga de mi camisa y me hizo retroceder "Vale, pues pasemos al plan D"

"¿Cuántos planes tienes?"

"Los que hagan falta amigo mío" le di dos palmaditas en la espalda y le dije que me esperara aquí que iría a buscar Kian. Dylan me miró con indecisión, pero le convencí de que se quedara aquí puesto que si se venía conmigo entre la multitud se acabaría perdiendo. Dios, es como si fuera mi hijo.

Pensé que no tendría que ser muy complicado el encontrar a Kian, su maldito pelo platino se debía ver a kilómetros. De hecho vi a Danny bailar con una chica bastante mona, lo que me extrañaba puesto que él llevaba una boa rosa enroscada al cuello, que más que atraer a chicas parecía espantarlas. Mira que era raro, pero total, era familia de Michael, era comprensible.

De repente noté que alguien me agarraba de la muñeca y me llevaba hacia una esquina del local.

"Dylan, ya te he dicho..." intenté hablar, pero fui pegado contra la pared y unos labios se posaron en los míos. Me habría gustado decir que era una chica ebria y desenfrenada decidida a hacérselo conmigo en los baños, pero no era así. Y no sabía si esto era mejor o peor.

Le aparte cuidadosamente y la miré a los ojos.

"Andie, ¿Qué haces aquí?" la chica se mordió el labio y me ignoró. Se puso de puntillas y me volvió a besar, igual que la primera vez. Tal vez me había llevado con fuerza fuera de la multitud pero sus labios jugaban sobre los míos con lentitud y suavidad.

"Andie..." intenté advertirla antes de que yo cometiese el error de seguirle el beso.

"A la mierda mi novio" dijo arrastrando las palabras. Y me volvió a dar otro beso corto.

"¿A la mierda tu novio?" intentó volver a besarme pero yo me eché hacia atrás, ella asintió sin hablar "Andie, estás bebida"

"A la mierda todo" Andie entrelazó sus manos en mi cuello y me agaché para recibir de nuevo sus labios. Agarré su cintura y la acerqué a mi, pero seguí sin devolverle el beso.

"Andie, esto no está bien, estás hasta arriba de licor de cereza" dije puesto que era obvio que aunque yo no le devolviese el beso sus labios seguía sobre los míos.

"¿Me estás diciendo que esto..." Andie bajó su mano hasta mi entrepierna rozando donde me temía que quería rozar "... no está bien?"

"A-an-die, N-n-no" me eché hacia un lado y aparté su contacto del mío. Pero ella agarró mi muñeca y no pude evitar no llevarle la contraria. Me giré para mirarla, se veía más viva que nunca, llevaba un vestido negro simple con el borde del cuello de color blanco, llevaba deportivas, lo cual le hacía ver más natural, y me gustaba como iba.

Esta vez fui yo quien pensó <<a la mierda>> y la agarré con una mano del cuello y la acerqué de nuevo a mí. Sus labios estaban fríos y sabían a cerezas, en dos segundos yo me encontraba profundizando el beso y Andie decidió jugar con mi labio. La acerqué a la pared y ella apoyó su espalda para luego enrollar de un salto sus piernas en mi cintura permitiéndonos a los dos cierta estabilidad.

"Lo estás haciendo por despecho, ¿lo sabes no?" dije llevando mis labios hasta su oreja. Ella echó la cabeza hacia atrás y me miró directamente a los ojos, después vaciló y se acercó a mi oído.

"Puede, pero sin duda..." Andie subió su cuerpo un poco más a arriba haciendo que mis caderas se adhirieran a las suyas haciendo que las únicas dos telas que me separaban de ella me parecieran un muro indestructible. "tu eres el único al que realmente quiero"

La chica mordió mil lóbulo y ahí es cuando supe que estaba bien jodido y que posiblemente iba a cometer un grave error, o puede que no tan grave.

Last hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora