Elena (7)

52 7 5
                                    

Esta vez todo fue más simple. Me informé detenidamente de la dirección al centro de la ciudad, sin equivocaciones que nos condujeran a la mitad de la nada como la última vez. Mi madre estaba de acuerdo en que fuese al centro, le comenté que iría a visitar a unas amigas para felicitarles el año nuevo puesto que esta noche no saldría, pero lo cierto es que era una excusa para que no supiera que iba a ir al centro a solas con Shawn. Antes no creo que hubiese tenido problemas en decirle que mi única compañía sería Shawn, pero últimamente no paraba de incordiarme con el tema de la cena de Navidad.

Llegué al coche de Shawn puntual, el chico ya me esperaba en su interior mientras ojeaba un par de botones de su navegador.

"¿Preparado para nuestra tarde de compras?" me agaché para sentarme en el asiento del copiloto y miré a Shawn con diversión. El chico se había tensado con mi comentario, abrió los ojos y arqueó las cejas con exageración, lo que provocó que se me escapase una pequeña carcajada.

"Era broma, nada de compras. Tan solo daremos una vuelta por el centro y te enseñaré algún que otro sitio" Shawn volvió a coger aire y arrancó el motor. Me impresionó la reacción de Shawn, ¿en serio sería tan malo ir de compras conmigo? No voy a negar que me gusta bastante comprar varias cosas en un día, pero ¿tanto le asustaba la situación? De todas formas no era algo a lo que quisiera dar vueltas, al fin y al cabo me hizo gracia su reacción.

Una vez que Shawn configuró su GPS con la dirección que le di, pareció que las cosas marchaban realmente bien. Comenzaba a reconocer los edificios de mi alrededor y sus monumentos. Shawn preguntó por algún sitio donde aparcar, le dije que con suerte encontraría alguna plaza libre en el parking público del centro comercial, pero dudaba que eso fuera posible puesto que la gente llevaba buscando sitio para aparcar en el centro desde hace más de dos días debido a las fiestas.

Las mejores fiestas de fin de año se celebraban cerca de donde nos encontrábamos y todo estaba a rebosar de gente, de hecho tuvimos una pequeña conversación sobre haberle avisado de esta situación antes, pero últimamente no tenía la mente muy centrada y ni se me ocurrió pensar en eso.

Shawn metió otra dirección en su GPS que yo desconocía, después nos guió hacia un parking privado que en mi vida habría descubierto. Estuve a punto de preguntarle si de verdad quería pagar por entrar en un parking, pero el chico miró el recibo del como si no fuera gran cosa. Supongo que era una de las ventajas de que tu abuelo dirigiese uno de los restaurantes más extravagantes de Norte América.

La oscuridad casi se había apoderado de las calles, y eso que todavía eran las seis de la tarde. Aún así el ambiente estaba tan animado que no hacía falta mucha claridad para saber en donde te encontrabas. Seguimos a un par de personas hacia el centro común de todas las calles.

"Esto es una locura" dijo Shawn mirando expectante de un lado para otro. Los edificios estaban decorados con llamativos adornos navideños, todos los pubs a nuestro alrededor tenían luces de colores por todos lados y la gente se amotinaba en colas interminables para poder entrar en ellos.

"¡Ven, mira esto!" grité para que me escuchara entre todo el barullo, y por si acaso no me había escuchado agarré su brazo y tiré de él para que me acompañara. La gente pasaba por nuestro lado disfrazados de la cabeza a los pies, Shawn miraba atontado hacia todos los lados con una sonrisa llena de sorpresa, como si se tratara de un niño pequeño.

Primero le llevé a una de las tiendas más ridículas en estas fechas, quise comprarle una pajarita rosa brillante pero acabó insistiendo en pagar él, después me compró una diadema con unos emojis de marcianos saliendo de ella.

"Te queda muy bien" dijo señalando mi querida diadema. Nunca le había visto rebosar tanta felicidad, es decir, le había visto sonreír varias veces, pero ahora se estaba riendo a carcajadas.

Last hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora