Andie (3)

42 7 6
                                    

"No lo entiendo" decía Jake con las manos tensas sobre el volante "Llevamos casi un mes sin hacerlo"

"Simplemente no tengo ganas" dije hundiéndome en el sillón del copiloto. Durante el regreso a casa a su casa, Jake no paraba de preguntarme por que no quise acostarme con él ayer. Joder no era tan difícil, estaba en casa de mis padres, no quería ni que entrase a mi habitación mientras estuviéramos allí.

"Nunca tienes ganas, empiezas a comportarte como una monja" sus palabras ni siquiera me hirieron porque en realidad lo sabía. Todo este último mes Jake había estado demasiado ensimismado con sus amigos y las apuestas entre ellos que ni siquiera quería acostarse conmigo, pero en cuanto le separé de ellos no tardó ni dos segundos en querer distraerse con su segundo plato, yo.

Me quedé callada mientras miraba los arboles pasar, cada vez que intentaba mirar a Jake éste apretaba con fuerza su mandíbula y cogía aire. No me gustaba aquella situación porque sabía que se estaba conteniendo, en cuanto llegásemos a casa comenzaría a gritar y a dar patadas al aire como si fuese la vida en ello. El único motivo por el que se estaba conteniendo en aquel momento era por su querido coche, no quería que por alguna estúpida razón su coche sufriera algún rasguño.

"Eres una inútil" dijo Jake a regañadientes.

"¿Y eso a que viene?" me incorporé en mi asiento con los brazos cruzados sobre mi pecho dispuesta a intentar defenderme de las gilipolleces que Jake estaba a punto de soltar.

"A que no sirves para nada"

"Soy tu novia maldito capullo, no una muñeca hinchable"

"Tienes razón, porque una muñeca hinchable haría mejor trabajo que tu" Agarré el pomo de la puerta y tiré de él aún sabiendo que el cerrojo estaba puesto.

"Para el coche" dije intentando oprimir mis sollozos.

"¡No tires del pomo o me joderás los seguros!" pero yo le ignoré y seguí tirando de ellos esperando a que parase el coche. Jake gruñó y dejó el coche aparcado a un lado de la carretera que por la cual no circulaba ningún coche. Me gustaría volver andando a casa de mis padres junto a ellos y mi hermana, y dejar que Jake volviese a casa solo. Pero me encontraba a kilómetros de allí y lo único que pude hacer fu adentrarme en el bosque. Jake ni siquiera se molestó en perseguirme, sabía que al fin y al cabo volvería.

Bajé una cuesta enterrada por hojas secas caídas de los árboles ya desnudos a mi alrededor. Deslizaba mis pies con cuidado de no caerme y llegué hacia una pequeña llanura, seguía habiendo muchos árboles pero mas dispersos los unos con los otros. Me paré en seco y cogí aire lentamente. Esta vez había reaccionado antes de tiempo, no dejé que Jake continuara insultándome y me alejé de él lo antes posible.

Después de pasar quince minutos a solas decidí volver al coche. Jake se encontraba frente al coche fumando, ni siquiera le dirigí la palabra y me metí de nuevo a dentro. Dos minutos más tarde entró él.

"He quedado esta noche con mis amigos, te dejaré en tu casa" dijo él con voz seca. Asentí con mi cabeza y guardé silencio. Me alegraba de que me dejase en casa, prefería pasar la noche sin su compañía. A demás, tenía que disculparme con Sori por no haber podido hablar con ella durante estas últimas semanas.

Jake me dejó en frente de mi piso, saqué yo misma la maleta y apenas tardó dos segundos en arrancar el coche una vez ya hube cerrado el maletero. Eran casi las ocho y el cansancio se apoderaba de mi a cada segundo que transcurría, por suerte teníamos ascensor en nuestro bloque.

Metí mis llaves en la cerradura y estas abrieron al instante, señal de que Sori seguía despierta.

"Hola sori, soy yo" dije nada más entrar por la puerta. Llevaba mi mirada sumergida en la pequeña maleta que llevaba, que siempre se me quedaba atascada en el felpudo. Para cuando quise ascender la mirada me encontré un rostro totalmente diferente al de mi amiga, pero que aún así me era familiar.

"¿Kian?" pregunté apartándome algunos mechones de mi cara como si aquello fuese a aclarar la escena a la que estaba sometida.

"¿Andie?" dijo él al igual de confuso que yo. Soraya asomó su cabeza desde el umbral de la cocina y dirigió su mirada directamente a mi. Pensé que me recibiría con sequedad pero en lugar de eso se acercó a mi lo más rápido que pudo y me abrazó con fuerza. Aproveché que mi amiga se encontraba dándole la espalda al compañero de piso de Calum para dirigirle una mirada de súplica ya que Sori no sabía nada sobre la relación entre él y yo.

"¿Qué tal has estado?" me preguntó Sori con sus ojos llenos de preocupación.

"Bien, yo... fui a ver a mis padres" dije intentando no entrecortarme ante la presencia de Kian.

"Oh, si perdona Andie, éste es Kian, un amigo mío" dijo Sori presentándonos a ambos. Kian me sonrió y tendió su mano haciéndome entender que había captado bien mi anterior mirada.

"Encantado" dijo alegremente.

"Se iba a quedar en tu cuarto estos días, pensé que no vendrías y su compañero de piso tiene a su hermana en casa y..."

"Oye, yo puedo dormir en el sofá" dijo Kian sin darle más vueltas al asunto "o contigo Sori, a mi el roce no me importa"

Mi amiga rodó los ojos y se los tapó con las manos.

"En el sofá irás más que servido" le respondió cansada.

"¿No te importa?" le pregunté a Kian aunque no se si me refería a lo de que ocultase lo de Calum o a que durmiese en el sofá.

"Tranquila, todo está bien" dijo el chico con amabilidad. No se de que se conocían Sori y Kian, aquello supondría que era cuestión de tiempo que mi amiga se enterase de mi relación con Calum. A demás no sabía si esto impediría del todo mis visitas a casa de Calum, tenía ganas de llamarle y preguntarle por todo aquello, pero ya llevaba bastante carga encima aquel día y me moría de ganas por dormirme aunque fuese cinco minutos, por lo que dejé aquello para otro momento.

Last hopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora