Andie (6)

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"Subo la apuesta a doscientos dólares" dijo Jake moviendo una judía cruda hacia el centro de la mesa.

Él y sus amigos llevaban así toda la tarde. Cuando le dije a Jake de venir a su casa no era precisamente para verle perder dinero que no tenía.

Uno de sus amigos se echó hacia atrás en una carcajada. Era repugnante; calvo, dientes marrones y sudor por la frente. Jake siempre decía que era su amigo, pero no se lo creía ni él. Aquellos tipos solo estaban con él para poder estafarle.

Me removí en el apoyabrazos de la silla de Jake. Era fino y de plástico, incómodo de narices. Era un maldito apoyabrazos, no un apoyaculos, pero ahí estaba yo, cual muñequita de trofeo.

"Y aquí van tres ases más" dijo un melenas a mi derecha al que ni había visto en mi vida.

"Cabrón" le respondió Jake tirando sus cartas sobre la mesa

Después las voces de todos en la sala comenzaron a resonar por las paredes. Que sí uno había hecho trampas, que si el otro se había saltado un turno... me daba igual. Yo solo estaba ahí con una pierna cruzada sobre la otra y mi cara apoyada en mi mano intentado mejorar mi táctica de dormir con los ojos abiertos.

Debería haber insistido en quedarme en casa con Soraya. Después de todo por lo que he estado pasando sentía que me estaba distanciando de ella. Y lo peor de todo es que era consciente de aquello. Ella me conocía mejor que nadie y con que me mirase un par de veces sabría lo que sucedía y no estaba dispuesta a pasar por eso.

"¡Y yo te he dicho que eso no es así!" dijo el hombre calvo arrojando un vaso medio vacío de wiski contra el suelo.

Estos debían ser descendientes directos de los bárbaros del siglo diecisiete. Ya ni me impresionaban sus movimientos bestias contra el inmobiliario de Jake.

"¿No te aburre este tipo de cosas?" dijo Freddie, un amigo de Jake.

"No, en realidad estoy que tiro cohetes" le contesté sin mover ni un músculo de mi cuerpo.

Jake se había levantado para poder mamporrear la mesa como el resto de orangutanes en la sala.

"Eres muy guapa para estar con nosotros. Y también muy lista"

"Verás Freddie, te conozco desde el día que conocí a Jake y estoy totalmente segura de que desde el momento en el que me viste sabías que no encajaría aquí nunca, pero aún así insistes en preguntar"

No estaba de humor para tener una charla filosófica con aquel chico.

"Debí haberte advertido" dijo encogiéndose de hombros. Cuando Jake se emborrachaba o se metía en líos siempre era Freddie quien le sacaba de los apuros, y si no era él, era yo.

"Eso ya no me sirve" rodé los ojos y dejé que los gritos interrumpieran la conversación.

"¡Se acabó! Andie vámonos" dijo Jake dándole un último golpe a la mesa.

"Esta es tu casa Jake, que se vayan ellos" Jake se giró para mirarles y comenzó a gritarles que se fueran. Era realmente estúpido. Una vez todos fuera Jake me agarró de la muñeca y me levantó con fuerza de la silla.

"No vuelvas a dejarme en ridículo" su cara a escasos centímetros de la mía, con los ojos casi fuera de sus órbitas y la frente roja marcándosele las venas.

"Si te hubiera dejado irte..." noté como su mano golpeaba con fuerza mi mejilla. Levanté lentamente la cabeza recuperando mi pose inicial y le miré a los ojos. Era inútil poner la excusa de que estaba borracho porque esta vez no lo estaba. Tampoco puse cara de sorpresa, tan solo de odio.

Me alegré de no tener nada de ropa u objetos en aquella casa para así poder largarme lo antes posible. Pero antes de poder darme la vuelta, Jake agarró mi mano de nuevo y me tiró hacia él. Forcejeé con él hasta que me tiró al suelo con él encima.

"¡Para!" le grité todavía sacudiéndome.

"Estoy harto de esta actitud negativa contra mí" dijo atrapando mis muñecas y pegándolas con fuerza contra el suelo. Esto dejaría marca sin duda.

Paré de moverme. Jake seguía en la misma posición, con los ojos inyectados en sangre y sudor bajándole por la frente.

"Antes esto no era así"

"Siempre ha sido así Jake" se me quebró la voz, no tenía fuerzas y si las tenía no quería utilizarlas.

"Fue así cuando nos conocimos, fue así en nuestro primer beso y fue peor cuando decidimos establecer algo inestable"

"Siempre he estado ahí puta desagradecida" Jake seguía apretando mis muñecas.

"En eso tienes razón, siempre has estado ahí" mi tono de voz era relajado, cansado, casi apagado. Por un segundo Jake desaflojó el agarre y frunció el ceño. Le sorprendió que le diera la razón.

"Es verdad. Estuviste ahí incluso cuando me estampabas contra la pared como si fuera un mosquito o cuando me tratabas cual muñeca de trapo para hacer conmigo lo que quisieras"

Jake apretó la mandíbula con fuerza y levantó su brazo dispuesto a asestarme otra bofetada, pero ya era tarde. Mis palabras no iban a parar de salir.

"Siempre has estado ahí, excepto la vez en la que me tiré a otro tío" cerré los ojos con fuerza. Puse mueca de dolor para ir ajustándome al golpe, pero éste nunca llegó. Cuando abrí los ojos Jake seguía sobre mí, con la misma pose pero con los ojos vidriosos.

Escuché el silencio en su apartamento por primera vez desde que estábamos juntos, y era horrible. Llegué a echar de menos el bullicio que habían estado formando sus amigos hace un par de minutos.

No entendía por qué me había dado la vena suicida de soltarle aquello en aquel momento. Supongo que mi subconsciente ya no podía más. Sobre todo cuando el único motivo por el que había decidido venir a verle era para poder darme cuenta de lo mucho que le quería, cuando en realidad en el único en el que estuve pensando toda la tarde fue en Calum.

"Largo de aquí" esas fueron sus últimas palabras antes de separarse de mi.

"Jake..." me incorporé e intenté alcanzarle pero él tan solo llevó sus manos al aire pidiendo que no soltara ni una sola palabra más.

Ni en un millón de años habría pensado que esto acabaría así.


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⏰ Última actualización: Nov 15, 2015 ⏰

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