¿Sabéis esa preciosa sensación de despertarte tarde y porque los rayos del sol te dan en la cara suavemente? Pues yo no lo se, porque en la vida me he podido despertar así.
-Ari, despiertate- me dijo una voz ronca meneándome. Yo abrí los ojos y le miré mal.
-Dallas, ¿por qué me despiertas a las...- miré el reloj del movil- 10 de la mañana?- pregunté enfadada.
-Porque ha llamado Leo y ha dicho que como vienen del viaje en 2 semanas, quiere que vayamos llevando las cosas de esta casa a la otra- respondió mi hermano. Yo agaché la cabeza. No me quería ir de mi casa.
-Vale, ¿qué tengo que llevar yo?- pregunté levantándome.
-En el salón hay un montón de cajas, te subes las que necesites, y metes tus cosas en ella. Si necesitas que te ayude, está Hugo, yo voy a llevar las cosas de mi habitación- me dijo él dándome un beso en la coronilla y yéndose al coche.
Vale, empecemos. Primero bajé a por las cajas y me subí 5. En la primera metí fotos y recuerdos de mi habitación. En la segunda metí toda mi ropa y complementos. En la tercera mis zapatillas, zapatos, tacones.... En la cuarta metí todas las cosas del baño. Y en la quinta metí las cosas electrónicas, colchas y sábanas, y las cosas de mi mesita de noche.
Me faltaba por coger una cajita en la que guardaba los anillos, pero estaba muy alta y no llegaba, así que fui a Hugo a pedirle que me ayudara a cogerla.
Entré en su habitación sin tocar y le vi en calzoncillos.
-Ups, perdón- dije dándome la vuelta para irme, cuando su mano agarró mi brazo e hizo que me diera la vuelta bruscamente.
-Nono, tranquila. ¿Qué querías?- preguntó mirándome con una sonrisa.
-Mm..eem, yo...quería....no me acuerdo- dije sin poder evitar mirarle los abdominales.
-Si querías verme sin camiseta sólo tenias que habérmelo dicho- me dijo sonriendo de lado. Yo rodé los ojos.
-No, idiota, venía para que me ayudaras a coger una caja a la que no llego- le respondí. Él asintió y yo le guié hasta la caja.
-¿Es esa?- preguntó.
-Sí, esa es- le respondí.
Él intentó cogerla pero no llegaba, así que en un momento desprevenido, me cogió del culo y me elevó para que pudiera coger la caja. Y así lo hice, y después me bajó.
-Estás loco, haberme avisado de que me ibas a coger, me podría haber caído- dije yo respirando entrecortadamente.
-No te iba a avisar porque sino no me habrías dejado cogerte de tu lindo culo; y que te quede claro que jamás dejaría que te cayeras- me respondió dándome un abrazo por la cintura.
-¿Sabes? Eres idiota y un completo creído, pero te quiero- le confesé.
-Y tu eres una tonta y muy fea, pero te amo- me respondió.
Mi corazón comenzó a latir 20.000 veces por minuto. La sangre se subió a mis mejillas, y el calor bajó a mis partes íntimas.
-Bueno, yo tengo que ir a ordenar la habitación de mi madre, tú sigue con lo tuyo- le dije separándose de Hugo. Él me miró raro.
-¿Siempre que estemos juntos vas a huir?- me preguntó con una expresión de aburrimiento.
-Hugo, no es que huya, pero es que tengo que hacer eso y...- no me dejó acabar.
-Siempre que estamos los dos solos es la misma escusa. Mira, haz lo que quieras, y mejor que te decidas ya porque hay muchas chicas esperándome, y no pienso estar toda la vida detrás de una que huye de mi- y dicho eso se fue a su cuarto y cerró la habitación de un portazo.
ESTÁS LEYENDO
El idiota de mi hermanastro
Roman d'amour-Hugo, esto no está bien, somos hermanastros- le dije. Él apretó su agarre en mi cintura. -Tú lo has dicho, hermanastros, no tenemos la misma sangre- respondió él con su perversa sonrisa. Sabia que esto no estaba bien, y también sabia que no acabarí...