-¿Qué haces tú aquí, idiota?- pregunté furiosa. Jackson se limitó a mirarme y reírse.
-No sabia que estabas aquí, preciosidad, sino te habría traído una corona, princesa- me respondió acercándose a mi y cogiendome una mano para besarla.
-Mira, no se te ocurra volver a acercarte a mi. No te quiero volver a ver en mi vida, estúpido- le respondí saliendo del restaurante y yéndome a casa. Entonces sentí una mano que agarraba mi brazo.
-Eheheh, esperame, Arianne. Te llevo, sube- me dijo Hugo invitándome a subir en su coche para irme a casa. Yo lo acepté y me llevó...
A la mañana siguiente
La luz que entraba por mi ventana era demasiado fuerte, y además, en la planta de abajo había un ruido estruendoso. Bajé para saber el por qué de el ruido, y allí me encontré a mi madre, mi hermano, Leo, Hugo, mi tía Ana y mi prima Eva.
-¿Por qué coño hay tanto ruido a las.....- miré el reloj- 11 de la mañana un puto sábado?- pregunté de muy mala leche.
-Y aquí está Arianne con su espíritu mañanero- dijo Dallas. Yo rodé los ojos.
-Hola cariño- me saludó mi tía con un abrazo y un beso.
-Hola prima- me saludó mi prima igual que mi tía.
-Hola a todos. Vale, ahora ¿quién me explica por qué hay maletas en la entrada, y tanto alboroto?- pregunté.
-Cielo, tu tía ha venido a darnos nuestro regalo de bodas por anticipado, porque quería dárnoslo antes. Y nos ha regalado un viaje a las Bahamas, con todos los gastos pagados, y el billete sale hoy- explicó mi madre. Yo fui asimilando toda la información que me daba.
-Aaah, vale. ¿Y por qué no ha venido Sandra?- pregunté. Sandra es mi prima, hermana de Eva e hija de Ana. Sandra tiene un año menos que yo, 16, y Eva tiene 10 años. Sandra y yo somos, a parte de primas, muy muy muy amigas desde pequeñas.
-Porque ella está en un campamento con sus amigas. Pero ya os veréis, te lo aseguro- respondió mirando a mi madre.
-Mm...Vaale. ¿Y este idiota qué hace aquí?- pregunté señalando a Hugo. Él rió descaradamente.
-Éste idiota- respondió mi madre furiosa- se va a quedar aquí en casa con vosotros hasta que nosotros volvamos del viaje ¿queda claro, Arianne?- preguntó mi madre con los ojos llenos de fuego.
-Pfff... Sí, señora. Y ¿cuándo volvéis?- pregunté.
-El sábado de dentro de dos semanas es la boda, así que nosotros volvemos el domingo de la semana que viene, una semana antes. Quiero que os portéis bien. A cargo de la casa y, o de vosotros se queda Hugo. Bueno, Dallas, a ti tampoco hay que controlarte; pero a esta señorita sí. Vas a hacer todo lo que Hugo te diga sin rechistar. Os queremos- se despidió mi madre con dos besos a cada uno.
-Adiós sobrinos- se despidió mi tía.
-Adiós primos- se despidió mi primita Eva. Y nos quedamos los tres solos.
-Oye, yo he quedado con una chica. Volveré a la hora de la cena. Te quiero enana- se despidió mi hermano, y se fue.
-Bueno, Arianne, nos hemos quedado solos. ¿Qué quieres hacer? ¿Quieres ir algún sitio? A mi cama por ejemplo....- me preguntó Hugo con voz descarada mientras se acercaba a mí peligrosamente.
-Contigo no voy ni a coger billetes de 100€, gilipollas- respondí intentando salir de la cocina, pero él me cogió del brazo.
-Escuchame, niña. Tu madre me ha dejado a cargo de la casa, y de ti. Y vas a hacer lo que yo te diga sin rechistar. Y necesito que me acompañes es a un sitio si confías en mi- me dijo.
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El idiota de mi hermanastro
Romansa-Hugo, esto no está bien, somos hermanastros- le dije. Él apretó su agarre en mi cintura. -Tú lo has dicho, hermanastros, no tenemos la misma sangre- respondió él con su perversa sonrisa. Sabia que esto no estaba bien, y también sabia que no acabarí...