POV'S HUGO
-Ari, ¿podemos sentarnos ya? Estoy molido- le dije sentándome en un banco enfrente de la fuente.
-Ay, nene, no aguantas nada- me respondió ella sentándose a mi lado.
-No es que no aguante nada, es que llevamos como que 5 horas comprando, y tengo hambre- le respondí. Ella me miró y me sonrió.
-Que mono eres- me dijo mirando fijamente los labios.
Me acerqué a ella lentamente para intentar besarla, y cuando estuve apunto, ella se apartó.
-Tengo hambre, vamos a cenar- dijo levantándose con energía.
-Vale, sosa- le dije siguiéndola.
Buscamos varios sitios para cenar, pero al final elegimos un restaurante italiano.
Nos sentamos en una mesa al lado de una pecera con langostas, y cuando estuvimos acomodados, una chica de mi edad más o menos, rubia y bastante mona se nos acercó.
-¿Qué van a pedir?- nos preguntó, bueno, más bien me preguntó.
-Yo quiero una pizza de barbacoa y carbonara, todo junto en la misma pizza- le respondí con una mirada coqueta. En realidad lo hacia porque sabia que molestaba un montón a Ari.
-Pues yo quiero un risotto de setas y queso- pidió con un poco de mala leche.
-Enseguida te lo traigo- me dijo antes de irse. Yo le sonreí en forma de agradecimiento.
-Emm oye nene, cortate un poco cuando yo esté delante, que solamente te ha faltado tirartela encima de la mesa- dijo molesta. Yo le sonreí y le agarré la mano.
-Pequeña, eres solo mía, y yo soy solamente tuyo ¿entiendes? Además, ella no te llega ni a la suela de los zapatos- le dije. Ella se tranquilizó y me sonrió.
La camarera apareció con mi pizza en su mano derecha, y con el risotto de Arianne en la izquierda. En su brazo llevaba mi cerveza, pero no llevaba la bebida de Arianne.
-Perdona...- miré el cartelito con el nombre de la camarera-. Nuria ¿podrías traerle a mi novia su bebida? Por favor- le dije.
A la chica se le puso la cara blanca, y a Arianne, se le puso roja como un tomate.
-E-Enseguida- dijo antes de retirarse.
-¿Estas tonto? ¿Por qué le dices que somos novios?- preguntó roja. Yo reí.
-Porque, a parte de que más o menos es así, sé que lo estabas deseando; te ha faltado poco para que te tiraras encima de ella a estirarle del pelo- respondí sin cesar la risa.
-Eres un idiota, yo no iba a hacer eso- dijo enfadada.
-Vale, lo que tú digas, princesa; ahora vamos a cenar en paz- le dije calmando a la fiera. Ella me sonrió y comenzó a comer su risotto.
Después de cenar fuimos al coche a dejar las cosas que habíamos comprado.
-¿Conduces tú o yo?- preguntó ella.
-No, aun no nos vamos. Ven conmigo- le dije extendiéndole mi mano. Ella me sonrió y me agarró.
-¿Dónde me llevas?- preguntó ansiosa. Yo reí.
-Simplemente vamos a tomar un helado, pesadita- le respondí cariñoso.
Cuando entramos a la heladería, ella pidió un helado de nutella y oreo, y yo de vainilla y cookies. Nos sentamos enfrente de la gran cristalera. Arianne parecía no estar muy feliz.
-Ari, ¿no te apetece estar aquí?- le pregunté.
-Nono, no es eso- dijo ella. Yo le agarré la mano.
-¿Y entonces?- le pregunté. Ella inspiró y luego expulsó todo el aire.
-A ver, no quiero parecer borde ni nada, pero es que creía que me ibas a llevar a un sitio romántico y allí me dirías cosas bonitas, y nos besariamos...- me respondió avergonzada. Yo reí levemente.
-Princesa, poco a poco. Mira, a partir de mañana te voy a enamorar- le dije. Ella sonrió como una niña pequeña.
-Pero si ya lo estoy- me dijo. Yo me sonroje un poco, aunque ella lo notó y me sonrió.
-Bueno, yo soy un caballero, y por eso mismo voy a seguir conquistándote aunque ya te tenga- le dije.
-Te amo- dijo.
-Yo te amo más, princesa- le respondí.
-Bueno, rubio, ¿nos vamos a casa?- me preguntó pícara. Yo me reí.
-Anda, vámonos, morena- le respondí.
En el coche íbamos cantando a todo pulmón las canciones de Florida y de Magno. Cuando llegamos a casa, ella se quitó las sandalias y yo los zapatos para no molestar. Cuando la vi que se iba a subir, la cogí del brazo y la giré hacia mi.
-¿No me vas a dar un besito de buenas noches, princesa?- le dije susurrando.
-¿Y por qué no subimos y me lo das tú mismo?- me respondió subiendo las escaleras. Ella contorneaba su cuerpo más de lo que debía simplemente para calentarme. Y lo estaba consiguiendo.
Dejé las bolsas en la entrada y subí detrás de ella. Cuando entramos en su habitación, no me dio tiempo a cerrarla cuando ella estaba subida encima mía.
-Arianne, para. Nos pueden oir- le dije yo. Ella siguió.
-No nos van a oír, están todos durmiendo- me respondió besando mi cuello sensualmente.
-Para- la conseguí apartar. Ella estaba confusa.
-Pero, ¿por qué no quieres hacerlo conmigo?- me preguntó con los ojos rojos. Yo me acerqué a ella.
-No, princesa, no es eso, es que contigo quiero ir despacio- le respondí.
-Bueno, vale- dijo ella un poco enfadada. Me acerqué a besarla pero apartó la cara.
>>Será mejor que te vayas a dormir. Es tarde y si te ven aquí van a sospechar. Buenas noches.
Yo asentí y me fui a mi habitación un poco confuso.
A ver, no me faltan ganas de hacer el amor con ella, pero no quiero precipitarme. No con ella. Arianne es diferente a todas las demás chicas con las que he estado.
Me quité la ropa y me quedé en boxers; me tumbé en la cama y me quedé pensando en cuál seria la primera sorpresa que le tendré a Ari para enamorarla durante esta semana...
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Holiiiiiisssss.
Espero que os encante este capitulo tanto como a miiii.
Bueno, quería deciros que como en una semana va a enamorar a Ari, serán 7 capítulos y cada uno irá de, bueno, a parte de su día, de las sorpresas de Hugo.
En el próximo capítulo no, pero al siguiente ya irán al colegio, y ahí se va a formar una masacre, os lo aseguro.
Bueno, os dejooooo.
(Hugo y Ari en multimediaaa)
Besisisisis♥♥♥♥♥♥♥♥
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El idiota de mi hermanastro
Roman d'amour-Hugo, esto no está bien, somos hermanastros- le dije. Él apretó su agarre en mi cintura. -Tú lo has dicho, hermanastros, no tenemos la misma sangre- respondió él con su perversa sonrisa. Sabia que esto no estaba bien, y también sabia que no acabarí...