LOS CAMBIOS

171 11 10
                                        

El omega ya no podía ver a los alfas de la misma forma. Aunque en un inicio los odiaba, con el tiempo comenzó a sentir algo parecido al "amor" por ellos; más, sin embargo, con esta nueva revelación no podía verlos de esa forma.

Algo en el se rompió, no una grieta, sin un hueco. Ya no sería ese omega frágil y sumiso, se se dejaba manejar por otros, ahora el dominaría el juego.

Con la fecha del parto acercándose, y sus posibilidades de escapar disminuyendo, decidió no escapar, no iva a huir más; se enfrentaría a lo que se que le esperase pero no con golpes, sino con astucia.

Y comenzaría por manipular discretamente,  a su alrededor, comenzando por los alfas, los sirvientes. Jina.





A la mañana siguiente luego de haber encarado a douma, este fue a verlo. Toco la puerta suavemente con manos temblorosas, pero no obtuvo respuesta. Volvió a tocar, esta vez con más fuerza; akaza le permitió pasar. Douma estaba nervioso, con la mirada baja, sin poder mirar directame a akaza.

Por otro lado akaza en el balcón tomando una taza de té de manzanilla, con una expresion serena pero fría y calculada viendo se imperturbable ante la presencia del alfa que ahora Lucía menos intimidante e imponente.

El alfa, con un paso temblorosos que reflejaba su inseguridad y miedo se aserco hasta el, manteniendo una distancia respetuosa. No sabía cómo comenzar ni que decir, su mente estaba en blanco con un lienzo sin pintar; sus dedos se movían con nerviosismo entre sus manos tratando de conservar la compostura para no derrumbarse pero era más que evidnete lo amcioso que estaba.

_Toma asiento _ dijo el omega, con voz tranquila mirnandolo con un expresión indescifrable. El alfa aunque nervioso y asustado por la reacción que podría tener el omega, obedece casi mecánicamente y se sienta con cuidado aún manteniendo do su mirada fija en el suelo. _ ¿qué tienes para decir _ dijo con indiferencia, mirando al alfa frente a el, que Lucía como un niño asustado a punto de ser regañado como sus padre. Ya no tenía un porte imponente ni autoritaria, ahora era más como un conejito asustado de que el lobo lo devora se.

_ Akaza yo...yo... _ era incapaz de terminar la frase, no sabía cómo terminarla. Sabia que no tenía ninguna excusa válida. "Me decían dinero y por eso los mate" ¿qué clase de excusa era esa? Nada justificaría sus acciones ni su comportamiento. _ se que no hay excusa para lo que hice _ hablo después de una larga pausa, con la voz baja, cargada de culpa y arrepentimiento. _ no intetere justificar mis acciones,  lo que hice...fue imperdonable y lo se. Nada justifica lo que te hice; y esto más que apenado, arrepentido _ dijo tratando de mantener estable pero la fragilidad en su voz lo delataba completamente, como se iva quebrando, tratando de contener las lagrimas. Lagrimas que por años estuvieron guardadas negándose a derramarse por las razones incorrectas, pero que ahora; no podía  seguir conteniendose. _ estoy arrepentido,  de verdad,  por todo lo que he hecho. Nunca quise que te enteraras y menos de esa forma, pero se que en primer lugar nunca devi hacerlo... _se detuvo brevemente parpadeando para evitar llorar _ te quité momentos preciosos con tus padres, te aleje de tu hermana, abuse de ti en muchas formas...te obligue a continuar con un embarazo que no querias, te quite tu vida y tu libertad y...me arrepiento. No pido tu perdón, se que no me lo merezco después de tanto daño que he hecho _ su voz se quebró finalmente, con lagrimas derramamdose por sus mejillas, pero no eran falsas, eran lágrimas reales de arrepentimiento. Después de tanto mostró lo vulnerable que era en realidad _ Akaza lo lamento, de verdad, se que no hay palabras que alivien tu dolor, ni dinero que compense todo el daño _su voz termino de quebrarse en pedazos, sus manos temblaban en su regazo, la armadura que llevo puesta durante finalmente sucumbió ante el tiempo y se quebró al igual que su corazón.

_ Mirame _ dijo el omega, quien todo ese tiempo escucho pacientemente las palabras de aquel alfas frente a el que intentaba dejar de llorar sin éxito. _ Mirame _ repitio en un tono más elevado al ver que el alfa no era capaz de levantar la mirada, pero este seguia en negación. Fue así que akaza ya casado lo toma del mentón con firmeza llevando su rostro para que lo mirase directamente. _ ¿porque no puedes verme a los ojos ahora? _ preguntl con voz firme, autoritaria mirando al alfa con una mirada fría y calculada buscando cualquier rastro de que em estaba actuando, que solo fingía, pero no encontró nada. Lo que veía no era un alfa, era un niño, ese niño de seis años que vio morir a sus  padres, que fue prostituido y utilizado como un juguete. Un adolescente que solo conocía el sufrimiento y el abuso a manera de amor. Alguien que a pesar del duro y abusivo entorno en le que vivía, deseaba más que nada tener hijos más que nada, pero una y otra vez se le arrebató esa oportunidad. Por primera vez, no veia a un alfa cruel y despiadado,  que creía que el abuso, el control, la dominación y manipulación eran amor, veían verdadera vulnerabilidad. Honestidad. Una transparencia que jamás había visto en ninguna otra persona, por primera vez veía solo a un niño pequeño al que le fue arrebatado todo y se redujo en la oscuridad negándose a ser ayudado, pero, que ahora se mostraba realmente. Se veía en sus ojos en deseo de cambiar para bien, de soltar el pasado que lo atormentaba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 14 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

VIOLACIÓN (DOUKAZA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora