El Diario de Annalisa

II.

16 de agosto, 2009.

Echo de menos a mi padre.

Hace varias semanas que no lo veo.

Al parecer se ha olvidado de mí.

No me gusta contar esta parte de la historia, porque es la más dura de escribir. Siempre. Siempre termino llorando, pero lo intentaré, una vez más:

Cuando tenía apenas 9 años, mi padre le fue infiel a mi madre, entonces ella cayó en un estado de depresión profunda -supongo que es por eso que a ella no le gusta verme triste-. Además, tiempo después nos enteramos de que tenía dos hijos más con la otra mujer.

Obviamente se divorciaron.

A mí me dolió muchísimo, fue como si me hubiesen tirado desde el rascacielos más alto del mundo y nadie hubiese amortiguado la caída. Pero él tenía que irse de casa para siempre, porque nos había provocado un gran dolor incontrolable, a mi mamá y a mí. 

No soy quien para juzgarlo, sólo sé que ella no merecía eso, creo que nadie se merece que le traicionen de ninguna manera.

Joder, aquí viene otra vez la inundación en mis ojos.

Me voy.

Esto ha sido demasiado.