Capitulo 15- "Te quiero"

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(Diana)

Me levanto de la cama ya que oigo ruidos extraños.
Voy abriendo de poco a poco mis ojos, para darme cuenta de que esta no es mi habitación.
No es mi cama, No es mi cuarto. Hay puros pósters de videojuego.
Ayy no, no, no.
Rápidamente reviso si traigo mi ropa y mi miedo de haber tenido relaciones se desvanece.
Sigo trayendo la misma ropa de ayer.
Siento que alguien entra por la puerta y me sorprendo al ver de quién se trata.
Diego. Habría jurado que estaba en la casa de James.

-Hola, te traje esto- me da un vaso de jugo de naranja y un waffle

Yo sonrió tímidamente mientras lo acepto. Le hago una pregunta que lleva en mi mente desde que me levanté.

-¿Qué hora es?

-Son las 2 de la tarde- abro los ojos como plato

-Vale y, ¿dónde estoy? ¿que pasó? ¿hablaste con mi mamá? ¿y tu fami....?- Diego no me deja acabar ya que me interrumpe.

-Wow, tranquila. Estás en mi casa, le envíe un mensaje a tu mamá desde tu celular para decirle que te quedaste con Megan y mi papá llega hasta las 8. Ahora exactamente con lo que pasó, ¿qué es lo último que recuerdas?

-Bueno, recuerdo que estaba bailando con James..- una sonrisa sale en mi boca al recordar eso- Y después no recuerdo nada más.

Diego junta sus labios en una línea fina.

-Es que resulta que ese tipo te dio a beber algo que hizo que te desmayarás , y después se largó- me dice algo molesto- así que no te le vuelvas a acercar.

Siento enfado, confusión y sorpresa de lo enojado que esta Diego.
¿Cómo pudo haberme dejado tirada James?
Lo odio, tengo que encontrar otro platónico. Y como sí lo hubiera invocado mi celular empieza a sonar con una llamada entrante de un número desconocido.Dudo en contestar y al final lo hago.

-¿Hola? ¿Diana?

Es la voz de James

-Hola imbécil- respondo enojada

-¡O por Dios, estas bien!. Pero, ¿porqué me llamaste así?

-Porque es lo que eres

-No entiendo, ¿qué pasa Diana?

-Pasa que me dejaste tirada en el suelo después de darme no se qué maldita cosa- mientras digo todo esto, Diego sólo me ve serio, con algo de furia en sus ojos.

-No. Cuando te desmayaste yo fui a buscar ayuda a un amigo que sabe que hacer en esos casos. Pero cuando regrese ya no estabas.

Me quedo callada, ¿eso había echo?

-¿En serio?.- un momento- ¿Cómo tienes mi número?

-En serio. Tu amiga Katherin me lo dio, es una larga historia.

-Tengo tiempo.

Suelta un suspiro frustrado.

-Mi amigo se besó con tu amiga. Ese amigo era el que me iba a ayudar, cuando fui y le dije: amigo necesito ayuda, una chica que conocí, Diana, se desmayó. Tu amiga escucho y pregunto: ¿Diana Levine?. Yo le dije que sí, corrimos hacia dónde te había dejado y no estabas. Me quede preocupado y le dije a tu amiga si me pasaba tu número. Ella no dudo en hacerlo.

Me quedo callada, porque no se sí sea verdad o no.

-Tendré que preguntarle a Katherin si es verdad.

-¿No confías en mi?

-Nos conocemos hace 14 horas, o al menos tu sabes de mi existencia desde hace poco.

-Tienes razón, pregúntale a tu amiga. Siento tanto lo que pasó- hay un silencio incómodo- ¿Podemos salir a algún otro lado para compensarte?

Me ruborizo y una sonrisa de tonta enamorada se dibuja en mis labios.

-¿En serio me lo estas pidiendo?

Diego me sigue viendo fijamente y me hace sentir incomoda. Salgo de la habitación al pasillo para tener algo más de privacidad.

-Tienes de nuevo razón, como después de lo que te hice se me ocurre preguntarte eso. Es obvio que me vas a rechazar porque....

-No, no quería que entendieras eso. Te pregunto porque se me hace imposible que me invites a salir.

-¿Porqué? Eres hermosa

Sonrió de nuevo.

-¿Entonces sí vamos a salir?- me pregunta después de que no contestará su cumplido.

-Si, pero esta vez no hay que tomar. La verdad yo no tomo.

Ríe. ¡Oh por Dios!
Es la risa más sexy que e oído.

-Trato echo.

-Entonces luego te veo, supongo.

-Te veo en una semana.

-Trato hecho- imito sus palabras

Después de decir eso cuelgo. Vuelvo a ingresar a la habitación y Diego me mira más furioso que antes.

-¿Lo perdonaste?- casi puedo ver como saca humo por los oídos.

-Si, me explicó todo. Ahora, ¿cómo llegamos aquí?

-No ves lo que te hizo Diana, te dejo tirada.

-¿Y tu porque estas molesto?- pregunto algo confundida y fastidiada

Se queda callado.

-Porque soy tu amigo- me dice lo más serio posible

Lo se, no tienes que recordármelo Diego. Se qué sólo somos amigos.

-Exacto, y entiendo tu preocupación. Pero es mi vida Diego, te agradezco que me trajeras hasta acá.

El solo asíente con la cabeza.

-Ahora si me vas a decir cómo llegamos aquí

-Te traje en tu auto

-Vale, entonces creo que me voy

Pasa el por delante de mi mientras me guía por su casa. Salimos de su cuarto a un pasillo con 2 puertas más. Bajamos las escaleras que dan directo a la puerta principal. Como no hay muchas paredes puedo ver la cocina, la sala y el comedor. Todo muy hermoso.
Hay fotos en la pared y me quedo observando dos especialmente.
En la primera hay un niño y un hombre que carga a un bebé. Y en la segunda una señora con el mismo niño y bebé. Rápidamente sacó una conclusión. Pero decido confirmarlo después ya que no creo que sea el momento de preguntar.

Abre la puerta principal y en la calle veo mi carro.

-Toma- me pasa las llaves- Te veo después

No lo puedo evitar y lo abrazo. A lo que él corresponde segundos después.

-No te molestes, por favor

-No estoy molesto Diana, es sólo que me preocupo por mi amiga- me susurra en el oído.

-Gracias, por todo. Eres mi mejor amigo..

Siento que se tensa un momento.

-Y tu mi mejor amiga.- me contesta, haciendo más fuerte el abrazo.

Me separo y lo veo a los ojos con la vista un poco borrosa gracias a las lágrimas que retengo.

-Adiós- digo en apenas en un susurro.

-Adiós.- me doy la vuelta y comienzo a caminar a mi carro cuando siento una mano en mi brazo que hace que me gire.- Te quiero.

Me quedo un poco sorprendida por lo que dice.
Yo solo callo y vuelvo a seguir mi caminata al coche.

Cuando subo echo un último vistazo a la banqueta, donde Diego todavía esta parado. Observándome completamente serio.
-Tienes que olvidarte de el Diana- me dice mi mente

-Lo se- digo en un susurro para mi misma

Mi infierno favoritoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora