Mi infierno favorito

Capitulo 26- Vecinos

(Narrador anónimo)
Toco la puerta y espero a que me habrán. Una mujer de unos 40 años me abre la puerta.

-Hola, tu debes ser la nueva- me estrecha la mano y me invita a tomar asiento

Estoy nerviosa, muy nerviosa.

-Bien aquí tengo todo lo que necesitas, de mi parte te doy la bienvenida.- me da una sonrisa

Yo solo tomó lo que necesito y me voy. En los pasillos me encuentro con demasiadas personas, apenas y puedo caminar. Parece que todos van a sus clases.

-¿Ya está todo resuelto?- me pregunta esa voz tan familiar

-Si, me dio todo lo que necesito. Ahora alejate de mi- dicho esto me voy a mi coche. Se supone que mañana empiezo.

En la entrada veo a una chica y un chico sonriendo, con sus caras algo cerca. Que asco, una chica que está con ellos pone cara de asco y se va, caminando a mi dirección. Me ve de pies a cabeza con el ceño fruncido y después se va. Que rara.

-Tu tampoco eres muy normal- me dice mi mente

¡Oh cállate!
Decido comprobar de una vez cual es mi casillero. "234"
Busco el número y curiosamente está al lado de esos dos chicos muy de cerca. Me acerco lo más discretamente posible. Para mi suerte ellos se van. Abro mi casillero y veo lo que hay.
Esto es demasiado estrecho. Bufo y lo cierro. Me voy a mi coche cuando de nuevo esa persona se vuelve a acercar.

-¿No vas a entrar?- me pregunta confundido

-No, carajo. Empiezo mañana. Que no entendiste de que te alejarás de mi- digo rodando los ojos.

-Que carácter- dicho esto se aleja

Por fin subo a mi carro y vuelvo a casa.

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(Diana)
Estuve la mayor parte del día con Diego. Extrañaba tenerlo cerca.
Se ha comportado muy lindo conmigo hoy, tal vez le gusté......
Aleja esos pensamientos Diana. Nunca pasara ni en un millón de años. Sólo son amigos.
Llego a casa y veo que los nuevos vecinos ya llegaron, trato de ver a las personas, pero no distingo nada. Tal vez los visite más al rato. Sólo espero que no sean unos viejos gruñones.
Entro a casa. Encuentro a mi mamá en su habitación.

-¿Ya viste a los nuevos vecinos?- pregunto

-No, todavía no- se ve muy deprimida. No lo he mencionado pero mi mamá esta pálida, justo ahora sólo esta recostada en su cama.

-Te dejo descansar. Yo recibo a los nuevos vecinos- le doy un beso en la mejilla y me voy.

Decido ponerme una blusa sin mangas negra y un short de mezclilla, con unas botas moradas. Si, creo que estoy bien. Tengo la esperanza de que mis nuevos vecinos sean chicos o chicas de mi edad. Eso me gustaría. Me asomo por la ventana y veo que todavía no desempacan todo. Tal vez les pueda ayudar. Camino a su casa, y como la puerta está abierta, ingreso.
En la que supongo es la sala, está un señora y un señor instalando una televisión.

-Y si mejor llamamos a alguien que si sepa conectar esta cosa - pregunta la señora desesperada

-Esto es fácil, puedo hacerlo- por lo visto el señor es orgulloso

-H-hola- saludo tímidamente

Los dos señores se voltean a verme sorprendidos. No creo que les gusté mucho que una extraña esté en su casa. Decido presentarme rápidamente

-Me llamo Diana Levine, soy la vecina de enfrente- juego con mis manos por lo nerviosa que estoy.

-Ohh, hola- la señora se acerca y me da un estrechon de manos.

-Mucho gusto- saluda el señor con un asentimiento de cabeza y sigue instalando el televisor.

-Perdona, mi esposo está concentrado

-Vine para saber si les puedo ayudar en algo- digo algo incómoda

-Si, claro. Gracias, ven vamos por las cajas de la camioneta.

Caminamos a la camioneta.

-Wow, todavía les falta bastante- digo sorprendida. Quedan mínimo unas 90 cajas.

-Si, perdona. Mis niños no están y todas estas cosas son suyas

Me ilusiono con la esperanza de que haya niños de mi edad.
Empezamos a cargar todas las cajas, nos tardamos al rededor de 2 horas.
La señora Rogerts es muy amable. Aunque su apellido y su apariencia se me hacen conocidos.

-Gracias de verdad por ayudarme- me dice con una sonrisa

-No hay de que. Si me disculpa me tengo que ir, espero conocer a sus niños en otra ocasión.

-No hay problema. Yo les digo cuando lleguen que vayan a saludar.

Sonreí y me fui a mi casa. Como no he comido nada decido ir a la cocina y prepararme algo.
Mi papá todavía no llega del negocio y mi hermano la verdad no me interesa donde este.
Tardo al rededor de una hora en comer, subo a mi cuarto y me meto a bañar. Salgo envuelta en una toalla, camino hacia mi espejo y por el reflejo veo la silueta de alguien parado en mi puerta. Me giró sorprendida.

-¿Qué haces aquí?- para mi mala suerte mi toalla es muy pequeña y apenas me cubre las piernas.

-Vine a saludar- no deja de verme las piernas, pero eso es lo que menos me importa en este momento.

-¿A saludar?- pregunto confundida

-Soy tu nuevo vecino

Oh, no.

-¿Es una broma?

-Si, fíjate que sólo fingo ser tu vecino para molestarte- dice sarcástico

-Suena como algo que tu harías

-Bueno créeme o no, es tu decisión- dicho esto se da la vuelta pero lo detengo

-¿Cómo entraste?

-Toque pero nadie abría, entonces decidí pasar. Primero encontré una habitación vacía y luego camine hacia aquí y estabas saliendo de lo que supongo es tu baño.

Me sonrojo

-A, por cierto. Te vez sexy, tienes unas piernas hermosas- se va corriendo

-¡Idiota!- grito, pero es en vano.

Genial, mi nuevo vecino es Axel.

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(Narrador anónimo)

Llego en mi coche. Hoy empiezo en esta escuela de mierda. A quien engaño, todas las escuelas son de mierda.
Camino a mi casillero. La tipa de ayer esta cerrando el suyo con furia y se va caminando molesta. Su amiga se queda ahí, paralizada. Yo las ignoro y sólo meto mis cuadernos en mi casillero.

-Hola- me saluda la chica

-Que tal- la verdad no vengó a hacer amigos.

-Me llamo Dayana.

-Que interesante- cierro mi casillero y me voy caminando

-Ayer te vi, pero no pensé que fueras una alumna nueva- Dayana me alcanza

Yo solo pongo los ojos en blanco.

-No pareces muy social- comenta Dayana

-Eres muy observadora

-¿Quieres juntarte conmigo y mis amigos hoy?- me pregunta

-Si, ya que

-¡Genial!. Perdona que lo pregunte pero, ¿de que año eres?

-De primero

-¡Qué lástima! Pensé que nos había tocado juntas, yo me tengo que ir a clases. Adiós

Se va corriendo pero se da la vuelta

-¡¿Cómo te llamas?!- me grita a lo lejos

-¡Ashley!
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Marely Howard en multimedia (Amanda Seyfried)