No quería escribir nada hoy, pensé que realmente no me sentía del humor para hacerlo pero ¿qué cosas digo? si cuando estoy así es cuando más puedo escribir porque ciertamente, mi cabeza está repleta de pensamientos que varían de uno a otro, que están en la montaña rusa de mis emociones y lo que un momento puede ser un "me siento bien" al siguiente se convierte en un "odio mi vida". Dicen que es parte de la adolescencia esta clase de bipolaridad y me hace sentir comprendida el saber que por algún lugar, quizá no muy lejos de donde estoy, haya alguien sintiendo esto que yo siento, quizá no de la misma manera pero sí de alguna en la que logre entenderme y compadecerse como yo me auto-compadezco. Es inútil hacerlo, pero lo hago.
En fin, en el capítulo anterior de éste diario, dije que le dedicaría uno entero a esa otra chica en la vida de Alonso y como intento ser una chica de palabra, cumpliré y me dedicaré a hablar de ese asunto; no específicamente de ella porque (afortunadamente) no le conozco. Pero sí hablaré sobre eso que siento por su aparición en esta que fue alguna vez, nuestra vida y ahora pareciera ser solamente mía.
Tengo entendido que, ella es una chica que conoce desde hace un año o más (más tiempo del que lleva conociéndome a mí), que fue algo así como su mejor amiga o su crush, y que el re-encontrarse con ella fue algo que él había deseado desde hace bastante tiempo. Alguna vez me la mencionó, me pidió que le ayudara a tener contacto con ella nuevamente y no voy a negar que cuando le escuché hablar de ella y lo mucho que necesitaba encontrarla, me invadió la inseguridad. Quizá es cierto que tengo un sexto sentido, pero bueno, lo presentí. Como sea, no sé cómo ni cuándo pero la encontró, o ella a él y bueno, algo floreció. El problema es, que ella vive en la ciudad a la que él se mudó hace poco, es decir... pueden verse, pueden tocarse y díganme entonces ¿cómo competir con eso? no puedo, porque aunque el amor entre él y yo haya sido grande, hay necesidades que no puedo cubrir del todo y lo quiera o no, una presencia física en su vida que le de todo el amor que se merece, siempre le ganará a lo único que puedo darle: mi voz del otro lado del teléfono. Ella puede tocarlo, puede abrazarlo, puede besarlo, puede ayudarlo de verdad sin sentir esa impotencia que yo por nueve meses vengo sintiendo cada que él se pone mal o lo que sea...
En fin, ¿cómo me lo dijo? bueno, fue simple. "¿Recuerdas a (no le pondremos nombre, únicamente diré X porque la quiero dejar como una incógnita para mí, aunque gracias a una foto sé incluso, que es más bonita que yo... mucho más bonita) X? la encontré, y pues ella vive aquí, y blahblahblah algo floreció" nuevamente no lo recuerdo. No sé, es tan raro cómo recuerdo pocos detalles de esta clase de momentos, en parte lo agradezco porque en realidad mi memoria está repleta de sus palabras bonitas, sus promesas y todo lo grato y maravilloso que pasamos y me deshago casi involuntariamente de esos momentos en los que me ha roto el corazón. El punto es, que yo ya lo presentía. Recién llegaba de mis tres días fuera de casa, ansiaba escucharlo, abrazarlo besarlo y decirle cuánto lo amo: contarle todo lo que me pasó, todo lo que pensé y lo mucho que lo extrañé, pero lo que recibí fue ésto; la peor noticia que me pudo haber dado.
No estoy muy segura de, si ya están juntos como pareja o simplemente están "en algo" que aún no es tanto y para serles sincera, creo que no quiero saber. No me interesa en absoluto su situación sentimental: miento, sí que me importa, más si dejé de estar incluida en ella pero me refiero a que, intento restarle importancia porque así menos mal me hace.
He llorado muchísimo; estoy del peor ánimo, con ganas de nada... sólo sé que necesito uno de esos abrazos que te hacen sentir que tu alma se repara desde los primeros dos segundos.
Más que llorado, he estado pensando en toda la situación, en cómo me siento exactamente y qué es lo que voy a hacer. Estoy en un grado de confusión bastante grande: claro que no es fácil dejar ir nueve (hermosos) meses de relación en un par de semanas (o mejor dicho, un par de días).
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Diario de una relación a distancia
SachbücherTener una relación a distancia es tan difícil y tan hermoso a la vez; es algo que solo se puede entender viviéndolo y aún así quedarían espacios vacíos porque cada relación así sea a distancia o "normal" es totalmente diferente. En éste diario, veng...