Doce minutos.

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Estaba tan molesta hoy por la mañana. 

Hoy por fin hablé con él; me despertó a eso de las once de la mañana. Estaba recostada boca abajo sobre mi cama, más dormida que despierta y sin duda me despertó inmediatamente el sentir cómo con gran frecuencia vibraba mi celular sin parar, levanté un poco la cabeza y entonces confirmé mi muy vaga sospecha: él por fin me estaba llamando. Por un par de segundos por su puesto que pensé "¿Estoy soñando o de verdad me está llamando?"

Le contesté, creo que inmediatamente y me quedé sin habla, no sabía que decir o quizá él habló tan rápido que no me dejó decirle ni hola.  "Antes de que hables, déjame decirte algo, no hables, escúchame" me espanté, de verdad me asusté así que le dejé hablar. Me informó a pequeños rasgos lo que está pasando en su casa y después de todo solo le dije "¿Estás bien?" me dijo que sí y por fin pude sentir que mis pulmones se llenaban de nuevo de aire. 

Fueron doce minutos los que hablé con él, y ¿saben qué fue eso para mí? nada. Fue nada pero fue todo. Sé agradecer por los pequeños detalles; esos que nos da la vida y ésto, esos doce minutos los agradezco como no se imaginan, porque yo lo que quería era saber de él, específicamente que estaba bien, porque me tenía literalmente con "el Jesús en la boca".  Al terminar los doce minutos de aquella llamada, sentía una gran punzada en mi corazón; fue raro, sentí el vacío, sentí el coraje por que ese pequeño momento fue realmente eso, pequeño. Lo pienso ahora y sigo enojada, porque yo quería más, por Dios, sigo ampliamente queriendo más. Recuerdo que una y otra vez le dije "no quiero que te vayas, no quiero que me dejes sola" y lloré tanto tanto que fácilmente me pude haber deshidratado.  Lo necesito tanto, pero de verdad agradezco de todo corazón haber pasado esos doce minutos con él, y después de casi una semana haber escuchado al fin sus "te amo" sus "mi reina, mi chiquita, mi bebé" que me hacen sentir completa, segura, y en paz. No había llorado en todo el día, me había mantenido cuerda pensando en esos doce minutos y que debo estar agradecida por ello, pero justo ahora sin poder evitarlo he derramado un par de lágrimas y algo me dice que nuevamente lloraré hasta quedarme dormida... ¿saben que es lo peor? que me dijo que ésto durará más, que no sabe cuánto, pero que necesita más días para arreglar cosas y ¿qué es eso para mí? un infierno. Todo el mundo me dice "debes ser paciente, debes entenderlo" . Por Dios que estoy siendo paciente y le entiendo, pero es muy diferente eso al hecho de que lo necesito demasiado, me hace una falta tremenda y más que nunca en éstos nueve meses que llevo metafóricamente a su lado, siento la impotencia de no poder hacer nada más que esperar. 

No lo escuché bien, pero tampoco lo escuché mal. Es decir, le conozco y noté en su voz que las cosas no van del todo bien pero puedo estar segura de que está siendo fuerte, a decir verdad, él siempre es fuerte y quiero confiar en que realmente está bien sin mí, que no me necesita tanto como yo a él porque de ser lo contrario, más desesperación sería la que yo sentiría. Hay tanto que quiero decir, tanto que necesito expresar pero no sé de qué forma hacerlo; siento una opresión en el pecho que me dificulta respirar, no sé si es miedo, impotencia, ansiedad o todo junto. Ésto es lo jodido de las relaciones a distancia; tener que esperar. Él está mal, está teniendo problemas que le dificultan el hablar conmigo por teléfono o algo y, me llena de coraje porque qué fácil sería ir a su casa y abrazarle cuando sé que se siente mal, o si quiera acompañarle pero estar ahí... con él y sino al menos el estar cerca y tener noticias fácilmente sobre cualquier cosa que pase con él pero ahora simplemente estoy a la espera de que vuelva otra vez para hablar ¿cuánto, cinco minutos? no puedo. Estoy cansada de esperar, tengo ganas de llorarle a mis papás y rogarles una y otra vez que lo único que necesito es estar a su lado, que me lleven con él ya mismo porque no soporto estar aquí atada de manos sin saber qué hacer mas que solo esperar. Pero no puedo, ¿no lo mencioné? mis papás ya no aprueban nuestra relación. Cosas que han pasado, no sé si es reciente o realmente nunca la aceptaron pero de una para acá, están más histéricos, más temerosos y dos de cada tres frases son como "esa relación no te conviene" y me tienen horriblemente harta. Así que no, no puedo ir a rogarles que me lleven a donde él vive, y me quedo igual, esperando. 

Lo único que me mantuvo y me sigue manteniendo cuerda hasta ahora, es el saber que él está bien, y sobre todo, que me ama. Intento mantener fresco en mi memoria el recuerdo de sus "te amo" que me dijo hoy por la mañana, y son increíbles las ganas de llorar que tengo ahora, ¿a qué santo le tengo que rezar de nuevo, específicamente? estoy cansada de esperar, agradezco esos doce minutos y la media hora que tuvimos cinco días atrás, pero extraño esas tardes enteras juntos. Esas noches en las que despertaba a plena madrugada y el único ruido que escuchaba era su respiración al otro lado del teléfono y esos tiernos y hermosos ruidos que hace como "ñam ñam ñam" y los "te amo mi reina" que estoy segura, dice inconscientemente mientras duerme. Quiero poder llamarle si tengo un mal día, poder contarle todo lo que ha pasado; que me he cortado el cabello, que mi madre me ha llevado a terapia de nuevo e incluso que, no he discutido con mis padres en tres días (lo cual ya es un enorme récord).  Quiero poder despertar y que lo primero que escuche sea su voz diciéndome "buenos días mi reina". Quiero ver una serie o una película animada con él porque así nos divertimos a veces; quiero acostarme en mi cama, abrazar con los ojos cerrados a mi gran oso de peluche imaginando que es él al mismo tiempo en el que él me hace pensar en nuestro futuro juntos.  Por Dios, quiero nuestra vida de vuelta. Quiero más que doce minutos, más que media hora, más que saber que está bien y conformarme con eso... dicen por ahí que cuando realmente deseas algo, el universo entero conspira para que ese deseo se cumpla; pues yo llevo nueve meses deseando con toda mi alma tenerlo aquí a mi lado, que no se vaya nunca y nomás no veo que se cumpla ¿qué pasa universo, qué hace falta que diga o haga para que me ayudes con ésto? no soy una persona ambiciosa. Jamás estoy pidiéndole "al universo" o lo que sea, que me de una gran casa, un auto, mucho dinero y mucha ropa: Literalmente lo único que quiero es a él. No deseo otra cosa que no sea él.

Vaya, ya llegué a un grado de amor y codependencia demasiado alto. 

No es que lo necesite exclusivamente para "sobrevivir" pero sí que le necesito en mi vida, sí que le requiero y qué daría por volver aunque sea a la normalidad de tenerlo al teléfono el tiempo que sea, sin límites exactos. 

¿Qué puedo hacer, a quién le tengo que rezar para tenerlo de vuelta al menos de la forma en la que estoy acostumbrada? Por favor, por favor, por favor. Lo necesito conmigo. 



Diario de una relación a distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora