Normalidad

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Nuevamente, lamento la ausencia. Han pasado muchas cosas desde la última vez que escribí, tantas que podría creer que hace meses no escribo (exagero, realmente) así que supongo que habría mucho que contar pero dado que tengo una memoria pésima, es probable que me salte uno que otro hecho ocurrido, pero afortunadamente tengo memoria selectiva así que me ha quedado bien grabado lo más importante de todo así que comenzaré de la mejor forma que pueda.

El capítulo anterior les dije lo confundida que me sentía, ¿no? les dije que me había arrepentido de haber vuelto con Alonso y bueno, ahora solo les puedo decir que me arrepentí de haberme arrepentido. Aquella noche, después de haber escrito aquí lo que hice fue escribirle algo, donde le explicaba cómo me sentía y por qué, él después de un rato llegó y me dijo "sólo leí lo primero, ¿me vas a terminar?" y me acobardé. Hablando con una amiga, me dijo que me apresuré al arrepentirme, habían pasado apenas un par de días, no di oportunidad a que las cosas tomaran un curso y así después me sería fácil evaluar si había sido la decisión correcta o no; tenía razón, ¿cómo arrepentirme de haber vuelto con él si apenas pasaba tiempo? le encontré sentido, es decir, duramos un mes estando "separados" aún así nos hayamos tratado bonito más de una vez, habláramos normal y lo que sea, por un mes no fuimos nada (y lo fuimos todo) así que de repente volver a intentar ser lo de antes, supongo que es difícil y lleva su tiempo, era demasiado rápido para arrepentirme. 

Él me llamó, me preguntó si terminaríamos y sólo se me ocurrió preguntarle si me amaba a lo que respondió casi inmediatamente que sí, entonces sonreí y suspiré. Le dije que no terminaríamos, que olvidara esa parte de todo lo que le dije. Él tenía poco tiempo, asuntos en su casa, así que no pudimos hablar mucho esa noche... no estoy muy segura si fue esa noche, pero hace unos días después de haberme dicho que tenía cosas que hacer, que quería dormir con su mamá o que simplemente no quería dormir conmigo (ahora que lo recuerdo, fue otra noche pero bueno, prosigo) me llamó de la nada, atendí y no estoy segura de qué ocurrió exactamente, él estaba dormido. No me llamó, me dijo hola y se durmió, no, cuando me llamó ya estaba dormido. Fue demasiado tierno, no sé cómo fue que logró llamarme, si fue por error o qué pero esperé a que me colgara o algo y no, entonces le dije "te amo" en un susurro, él hizo un ruido entre gemido y no-sé-qué, dijo "ñamñamñam" de esa forma tan tierna en la que sabe hacerlo y luego me dijo "yo más, mi reina" y segundos después (no minutos, segundos, sí) siguió roncando como un osito bonito, de verdad que me dio mucha ternura. 

Seguimos, después de no arrepentirme (o mejor, haberlo pensado bien y tomar la decisión de seguir) la relación ha seguido de la mejor manera que podemos, no voy a decir que todo es exactamente normal o igual que antes, que somos los mismos y nada ha cambiado cuando tenemos ya la cicatriz imborrable de lo que pasó hace semanas atrás... lamentable o afortunadamente, yo no soy una persona que olvida fácil, realmente nada se me olvida (creo que a nadie), sí aprendo a superar todo pero me tomo un tiempo y no sé realmente cuánto me lleve ésto. Apenas comenzaba a superar el tropezón que tuvimos por allá en abril y pasó ésto, así que básicamente sino fue crear una herida más, fue ponerle sal a la que ya teníamos, o quizá ambas. Todos los días he despertado con su "buenos días, mi reina" y sus hermosos besitos. Debo admitirles que ha sido un chico maravilloso éstos días, si bien las cosas no son iguales, no puedo decir que ésto es para mal, porque al menos por ahora, estamos mejor que nunca. Si antes ya nos creía muy enamorados e invencibles, ahora creo que lo somos muchísimo más. Últimamente duele todo, el no tenerlo aquí, el no verlo, el sentir que en cualquier momento podría dejarme de nuevo pero él como siempre, de alguna forma encuentra la manera de hacerme sentir bien. Hace unas noches, yo no podía evitar sentirme tan mal, que ni quería hablar, sólo escucharlo hablar de lo que fuese pero yo, me mantenía en silencio (lo cual es muy raro y difícil para mí ya que hablo y hablo a montones, siempre), él se desesperó mucho, no entendía por qué yo me comportaba de tal forma. Estuvo a punto de llorar mientras me explicaba la impotencia que sentía al no poder hacer nada por mí, sin saber que realmente estaba haciendo todo o casi todo lo que puede ayudarme... el estar ahí conmigo, dándome su compañía y su amor, es la mejor medicina que puedo recibir. 

Diario de una relación a distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora