Te dedico mis insomnios.

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« I wonder if I ever cross your mind, for me it happens all the time. It's a quarter after one, I'm all alone and I need you now, said I wouldn't call but I lost all control and I need you now and I don't know how I can do without
I just need you now. »

Hace varios días que no le dedico tiempo a éste diario; he pasado por momentos difíciles. Lo único que día a día me inspira y me anima a seguir adelante, es Alonso.

Es difícil vivir de esta manera, dependiendo de una persona.

Él está pasando por momentos difíciles en su familia, hemos hablado quizá una hora en cinco días y ¿saben lo que es eso para mí? Nada.
Acá estoy, a las tres de la mañana sin poder dormir y llorando cual cascada. Lo extraño; lo necesito.
En momentos cómo éstos maldigo con toda mi alma los mil kilómetros que nos separan; es jodido sentir toda ésta impotencia.

Lo único que me mantiene (aunque sea un poquito) positiva, es que algún día, todas éstas noches llorando porque me hace falta, van a valer la pena.

Un día, despertaré en medio de la noche y en vez de ponerme a llorar porque no está él del otro lado del teléfono diciéndome "todo está bien mi reina" simplemente lo abrazaré más fuerte porque ahí va a estar, justo a mi lado en nuestra cama. Algún día, todo ésto va a valer la pena.

Lo extraño, me hace una falta increíble... siento que mis días sin él son días que no ocurren realmente y son como un recuerdo borroso. ¿A qué grado he llegado?

Daría todo por estar junto a él ahora mismo.

Lo único que puedo hacer ahora, es pensar en su voz diciéndome todos esos planes de nuestro futuro; las princesitas que tendremos y mi sapito (príncipe) por supuesto.

Sólo puedo fantasear sobre ese hermoso futuro, hasta que de una forma u otra Morfeo me tome en sus brazos y me deje descansar.

Pero es difícil, muy difícil si lo que no dejo de hacer es llorar de impotencia por no tenerlo aquí. Y no puedo creer que hasta ruego a Dios saber algo, o que en un par de horas él me despierte como en un día normal y luego no me deje... por Dios que...

Te necesito, bichito.

Diario de una relación a distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora