Capítulo 10: Pelea.

22 1 0
                                    

-De acuerdo. ¿Qué tienen para mi esta semana?- El Sr. Peterson se acercó al escritorio y yo salí de la oficina. 

Me puse a recoger el escritorio por segunda vez. Vi unas manos masculinas ayudándome y supe que era Edmond cuando habló. -¿Cómo estás heroína?

-Bien, ¿Y tú?

-Bien... ¿Toda esa historia fue real?

¿No la creyó? -Sí. ¿No le crees?

-No.- Me dijo serio. 

-¿Por qué no?- Esta vez era real, claro, quitando el hecho de que nos besamos. 

-Tal vez el Sr. Peterson no se dio cuenta, pero yo sí.- Lo miré confundida mientras Edmond quitaba la distancia entre nosotros. Pasó su pulgar por el borde de mi labio inferior y al terminar su recorrido me enseñó el dedo lleno de labial rosa claro. -James también tiene un poco en sus labios.- Me dejó saber. 

Me asusté un poco al principio, pero no debía demostrárselo. -¿Qué insinúas?

-Pienso que quienes tumbaron las cosas del escritorio fueron ustedes, así.- Edmond me trepó al escritorio igual que lo hizo James, tumbando todo lo que habíamos recogido. Claro, la computadora nunca se vio afectada en ninguno de los casos. -Y que no hay ninguna chica acosadora sexual.

-Sí la hay.

-¿Vemos la grabación?- Me retó. 

-Deberíamos, para que veas que si existe la chica.

-¿Estabas teniendo sexo con James?- Me preguntó yendo al grano. 

-¡No!

-¿Y el labial?

No me convenía que viera el video, él no lo vería solo, también lo vería el Sr. Peterson. -¿No es obvio? Nos estábamos besando antes de que llegaran.- Se lo dije como si no fuera la gran cosa y probablemente eso lo molestó. 

Me miró completamente molesto, se alejó de mi y se pasó la mano por el cabello. -¡Maldición Emma!- Tomó la grapadora de mi escritorio y la tiró contra es suelo rompiéndola en cantos. Eso me asustó completamente, no esperé que hiciera eso. Luego de tal acto, se dirigió al ascensor. 

-¿Qué pasó?- Preguntó el Sr. Peterson saliendo de la oficina con su hijo. 

-No lo sé.- Le contesté bajándome del escritorio. 

James recogió los pedazos del piso y cuando su padre volvió a la oficina se acercó a mi. -¿Estás bien?- Me preguntó poniendo su mano en mi mejilla. -¿Te hizo algo?

-Edmond lo sabe.

-¿Qué sabe?

-Que nos estábamos besando.

James me miró sorprendido y molesto a la vez.-¿Le dijiste?

-No exactamente. Lo supo porque tienes mi labial en tus labios.- Era cierto. Tenía los labios de un ligero color rosa. Cuando se lo dije, se limpió el labio y al ver el color en su mano me miró con los ojos bien abiertos y luego miró hacia la oficina. -No creo que se haya dado cuenta.

-¿Por qué Edmond tiró la grapadora y por qué estabas sentada en el escritorio?

-Porque acepté que nos estábamos besando y Edmond me trepó.- 

-¿Te besó?- Me preguntó notablemente molesto, simplemente negué con la cabeza. -Bien, voy a regresar a la oficina.

-Bien, yo terminaré de recoger esto por terce- James me interrumpió agarrándome la cara con las dos manos y me dio un beso en los labios. Se alejó y entró a la oficina con una sonrisa... ¿Qué le pasaba? Ahora tendría más labial... No tenía remedio. 

James.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora