Sentía que con James solo hacía cosas nuevas. Pasé mi primera noche en Japón con él, fue el primer extraño que besé, el primer extraño al que me entregué. La primera persona que beso en el área de trabajo y la primera persona con la cual por poco termino teniendo relaciones sexuales en su oficina. Era la primera vez que entraba a detener una pelea, la primera vez que curaba a alguien después de pelear y la primera vez que me quedaría en la casa de un hombre. Nunca me quedé en la casa de mis antiguos novios.
Me encontraba sentada en el medio de su cama. Me había dicho que vendría con ropa para mi. En mi espera la puerta se abrió y pensé que era James, pero era una de las sirvientas. -Perdone, no sabía que estaba aquí.- Se disculpó la señora.
-No se preocupe.-
-¿Dónde está el joven James?-
-Salió a buscarme ropa.-
-¿Se quedará? ¿No tiene hambre?-
Pensé en decirle que no, pero la verdad era que sí. -Para serle sincera sí.-
-La cena estará lista en un momento, avisaré para que le sirvan también. Usted debe ser importante para el joven James o si no, no se quedaría.-
-No es para tanto.- Le dije riendo incómodamente. No creo que sea eso.
-Por favor, cuando el joven James llegue, dígale que se tome estas pastillas. Es para que no le duela mañana.- Me dijo dejando las pastillas con un vaso de agua en la mesita.
-Claro, se lo diré.-
Segundos después de que la señora se fuera, James entró con un montón de ropa entre los brazos. La colocó toda en la cama y se acercó al vaso. -¿Qué es esto?-
-Te lo dejó una de las sirvientas, es para que no te duela la cara mañana.- James se dispuso a tomarse las pastillas y yo me puse a mirar la ropa que trajo. -¿De dónde sacaste tanta ropa?-
-De mi hermana, no sabía si te serviría así que traje varias cosas.-
Habían trajes, camisas, faldas, mahones largos y cortos. Probaría con los trajes primero, pues pensé que sería lo más fácil para medirme... -James voltéate.- Le pedí.
-Lo dices como si no te hubiese visto sin ropa.- Me recordó sentándose a mi lado. -Quiero ver como te quedan.-
-Pero puedes mirarme una vez los tenga puesto, estúpido.- Estaba completamente abochornada por recordarme eso en un momento como ese. ¡Me iba a quedar a dormir en su casa!
-¿Por qué tan molesta?- Me preguntó con gracia. -Además, ¿Qué importa? Ya todos tuvieron que haberte visto las bragas en medio de la pelea. ¿Qué haces vestida así?- Me regañó. Probablemente era cierto. Mi traje era muy corto.
-Dios, no lo menciones. Estaba limpiando mi cuarto cuando pasó todo... ¿Qué pasó exactamente?- No le había preguntado y la verdad estaba muy curiosa. ¿Qué los había llevado a pelearse?
James suspiró y se recostó en la cama. -Pues cuando llegué del trabajo Edmond y Payton estaban hablando en el patio. Estaban sentados en las sillas pegadas a la piscina y me pregunté si habían vuelto. Me acerqué a ellos completamente normal, pero cuando me acerqué Edmond se levantó y me agarró del cuello de mi camisa. Le pregunté que le pasaba, pero no me dijo nada, solo me miraba mal. Mi hermana se asustó y comenzó a pedirle que me soltara, pero él solo estaba ahí haciendo nada. Ahí comenzó a llover y mi hermana se fue bajo el techo y como si la lluvia lo hubiera traído de vuelta, Edmond me lanzó un puño a la cara. Le pregunté: "¿Qué diablos te pasa?". Y me dijo "¡Te dije que si la tocabas te partiría la cara!". Supongo que se refería a que te besé. Me molesté porque yo le había dicho lo mismo con mi hermana. Así que le devolví el puño y le dije "Lo mismo va para ti por mi hermana". Me miró sorprendido y por un momento pensé que había parado la pelea. Pero entonces ignoró lo que le dije y me amenazó "No te atrevas a llegar más lejos con ella porque te mato". Me molestó más aun el hecho de que quería que respetara su regla, pero él ignoraba la mía y le dije "Oops". Y bueno... Cumplió con su amenaza, por poco me mata.-
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James.
RomansaMi sueño siempre fue poder ir a Japón. ¡Y por fin estaba haciendo ese sueño realidad! Nunca esperé que conocería a James ese día. Y tampoco pensé que al conocerlo mi vida cambiaría completamente. James me hacía hacer cosas que jamás hubiese hecho y...