Capítulo Final: Charlotte.

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Esa mañana me levanté al escuchar una chillonsita voz llamarme. -¡Mamá! Un diente se mueve.- Me dijo mientras meneaba uno de los incisivo central de arriba con sus deditos.

-Se te va a caer un diente.-

-¡Se va a caer! ¿Por qué?- Me preguntó asustada sentándose al pie de la cama.

-Porque te va a salir uno nuevo, es algo normal.-

-¿A ti también se te caen?-

-Cuando tenía tú edad sí.-

-¿Tuviste cinco años?-

-Sí, tu papá y los abuelos también.- Mientras le explicaba noté que eran las 6:26 am. En cuatro minutos sonaría mi alarma.

-Papá está en la cocina.- Me dejó saber, antes de salir del cuarto dando brinquitos.

Quité la alarma para que no sonara y me recosté en la cama. Hacía cinco años que había nacido Charlotte. James y yo habíamos peleado por el nombre, pero al final él ganó. Gracias a Charlotte, mi suegra aceptó nuestra relación, porque no quería que su nieta se quedara sin su abuela de parte de padre. Desde entonces es muy buena conmigo. También aceptó la relación de Payton y Edmond y actualmente Payton tiene cuatro meses de embarazo. Muy pronto tendremos un nuevo bebé en la familia. Charlotte había salido completamente al Sr. Peterson. Aunque tenía mis labios y la nariz de James, el resto de su carita era del Sr. Peterson. Tenía el mismo color de ojos y de pelo. Creo que la gente a veces no cree que es nuestra hija por eso.

Me levanté de la cama y me puse hacer lo acostumbrado en las mañanas para llevar a Charlotte al "Kinder" e irme al trabajo. Aun trabajaba como secretaria para James. Después que Charlotte nació, James me había pedido que no trabajara más y que él traería el dinero a casa. Pero realmente quería valerme por mi misma y no dejaría que le pusieran otra secretaria a James. ¿Y si era una cachondosa como la rubia de hace años y no respetaba que estaba casado? No quería ni imaginármelo. Así que aun sigo trabajando con él. Incluso nos vamos por las mañanas en un mismo auto. Solo nos vamos en autos distintos si tenemos que ir a otro sitio luego del trabajo.

***


Al salir del trabajo, nos dirigimos a la mansión a buscar a Charlotte. Cuando Charlotte sale de la escuela, uno de sus abuelos la busca. Una semana mis padres y otra semana los de James y así sucesivamente. Charlotte tenía preferencia entre sus abuelo. Aunque no me gustara admitirlo porque son mis padres, ella tenía más preferencia con los Peterson. Mientras mis padres le regalaban quince regalos al año, los Peterson le regalaban como docientos al año. Y aunque tuviéramos piscina en casa, a ella le encantaba meterse en la piscina de la mansión. Era una niña mimada por todos.

Cuando llegamos el mayordomo nos dijo que Charlotte estaba en su habitación, así que yo subí a buscarla y James se fue a saludar a sus padres. Cuando entré a la habitación la encontré en la cama jugando con algo. Y cuando me vio corrió donde mi con ese algo en los brazos.-¡Mamá mira lo que me regaló el abuelo!- Era un gatito. Un gatito naranja y peludo. -¿Me lo puedo llevar a casa?-

-Claro.- ¿Cómo no? Si era una cosita muy linda.

-Mira.- Volvió a decir caminando a una esquina de la habitación. -El abuelo le compró comida, los platitos, la caja de arena y la arena. No tenemos que ir a comprarlo.-

-Perfecto.- Tomé la mochila de su cama y la empujé suave para que saliera de la habitación conmigo. -Hay que decirle a tu papá que nos ayude a llevar eso al auto.-

James.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora