Mi periodo siempre fue raro. A veces me llegaba antes, a veces me llegaba atrasado. De mil en cien me saltaba un mes sin periodo, pero nunca le di importancia. No hasta hoy. Llevaba un mes, casi dos sin caer en menstruación. En todos mis encuentros sexuales con James no habíamos usado condón. Y con los pequeños mareos que me estaban dando llegué a la conclusión que podía estar embarazada. Caí en pánico ante tal conclusión. James y yo no éramos novios. Tenía miedo que lo que tuviéramos se acabara por eso. Lo amaba mucho como para perderlo. Estaba completamente asustada. Llamé a Michelle y le conté mis preocupaciones. Me mandó a comprar una prueba de embarazo y me dijo que la hiciera en su casa, para que mis padres no vieran. Así que le hice caso. Fui a una farmacia, compré una prueba de embarazo y unas galletas, porque le tenía ganas. Al llegar a su casa, quien me abrió la puerta fue Paul.
-¿Cómo está ese bebé?- Me molestó.
-Cállate.- Quería tirarle con la prueba de embarazo.
Michelle tomó la bolsa de mis manos y sacó las galletas. -¿Qué es esto?-
-Le tengo ganas.-
-Olvídalo, ya es oficial...- Eso me asustó más. -Vamos.- Me acompañó al baño, sacó la prueba de la caja y me la entregó para leerme las instrucciones. -Te espero afuera.- Hice lo que Michelle me dijo que hiciera y al terminar salí del baño con la prueba en manos. Ahora faltaba esperar. -Parece que viste un muerto, todo saldrá bien. Que estés embarazada no es el fin del mundo.- Me dijo tocando su barriga de cuatro meses. Claro, ella podía decir eso porque estaba casada junto al hombre que amaba. Pero lo mío era distinto. ¿Este era el regalo de navidad que me dejaría Santa este año? Estábamos solo a una semana de navidad. ¿Qué haría si James no quería al bebé? -Ya es hora.- Me avisó sacándome de mis pensamientos. Los tres miramos la prueba que tenía en mis manos y positivo... ¡Positivo!... Me quedé totalmente asustada e impactada mirado la marca de positivo mientras Michelle me abrazaba. -¡Felicidades! Nuestros hijos podrán ser amigos después de todo.- Me levanté del sofá sintiéndome más pesada. Boté la prueba en el zafacón y me fui de la casa. Incluso les dejé las galletas.
¡No podía creerlo! Estaba embarazada. Comencé a conducir de camino a casa, pero a la mitad del camino tuve que parar. Las lágrimas habían comenzado a bajar de mis ojos y casi no veía bien. Me estacioné y dejé que las lágrimas salieran. Tenía mucho miedo. No quería que James me dejara. No quería que James me dijera que no quería al bebé. ¿Podría aguantar su rechazo en este estado? Mi celular comenzó a sonar, era Michelle. Pero no tenía ganas de hablar con alguien en estos momentos, solo quería llorar. Cuando pude tranquilizarme, sequé el rastro de lágrimas y volví a seguir mi camino de vuelta a casa. No quería que mis padres me vieran así, no quería que se enteraran de mi embarazo. No quería escuchar sus historias de que ellos esperaron a casarse para tener relaciones sexuales y que me tuvieron a los cinco años de casados. No estaba para escuchar una relación perfecta en estos momentos.
Al llegar a mi casa, fui directo a mi habitación. Me recosté en la cama y suspiré. Instintivamente llevé mis manos a mi estómago. Ahora tenía alguien vivo dentro de mi y ni siquiera lo sentía. ¿Realmente estaba ahí? Esas pruebas podían fallar. ¿Cierto? Tal vez era un error... Una pequeña ola de nausea me atacó, haciéndome sentar. ¿Qué iba hacer si no era un error? El celular comenzó a sonar sobre saltándome, esta vez era James. -¿Hola?- Contesté.
-Hola cariño. ¿Qué hacías?-
-Recostada. ¿Y tú?-
-Pues solo... Edmond se fue a un viaje de negocios y tengo la casa para mi solito... Y quería saber si querías quedarte a pasar la noche.- Pasar la noche... Mis pensamientos volvieron a rondar en el embarazo... Pero... Tal vez lo que necesitaba era estar a solas con James y contarle todo... Tal vez lo entendería... Tal vez...
-Sí, me gustaría.-
-Pues paso por ti en veinte minutos.- Hice un bulto con las cosas necesarias para pasar la noche en casa de Edmond y cuando finalicé, James ya estaba esperando por mi afuera. Me fui sin decirle a mis padres donde estaría y entré al auto de James con una sonrisa fingida. -¿Qué te haces que te vez tan hermosa?- Me preguntó antes de darme un corto beso en los labios y simplemente le sonreí. Llegamos a casa de Edmond y la miré con mucha atención. Nunca había ido a casa de Edmond. Era más grande que mi casa, pero no más grande que la de James, ni si quiera se comparaba. -Ven.- Me tomó de la mano y me llevó adentro de la casa. Me senté en el sofá mientras James fue al congelador y sacó una botella de margarita. -¿Quieres?-
Pensé en decirle que sí, pero después pensé en el bebé. -No.-
-Bien.- James se sirvió en un vaso y se sentó a mi lado. -Pediré Pizza, tengo hambre. Déjame chequear cuanto dinero en efectivo tengo.- Cuando abrió su billetera lo vi. Tenía un condón dentro de su billetera. ¿Siempre tuvo eso con él? ¿Por qué nunca usamos? -No me va a dar, tengo que sacar dinero.-
Me mató la curiosidad. Necesitaba saber el porqué. -James.-
-Dime.-
-¿Por qué nunca usamos condón?-
El me miró sorprendido por la pregunta, pero después me sonrió. -En Japón se suponía que había ido a ayudar a mi padre. No pensaba enredarme con nadie y las japonesas no son mi estilo. Así que no tenía conmigo en aquel momento. Y el resto de las veces simplemente no he querido usarlo.-
¿No había querido usarlo? ¡Por eso estaba embarazada! -¿No te asusta que quede embarazada?-
-¿No usas pastillas?- No me digas que creía que usaba pastillas y por eso no lo usaba. No estaba en una relación como para usarlas.
-No.- Miré bien sus facciones, para ver si notaba algo, pero simplemente se encogió de hombros.
-No es como si lo estuviera evitando.- ¿Qué no estaba evitando? ¿No estaba evitando el bebé? No sé porqué me sentí tan cohibida en preguntar más. Simplemente me quedé en silencio. James terminó su copa y al finalizarla se acercó para besarme. Le respondí el beso, pero íbamos en ritmos diferentes. Él me besaba con deseo y yo lo besaba con miedo. Dejó de besarme para quitarse la camisa y pensé en nosotros teniendo relaciones sexuales y en el bebé. Cuando se acercó a mi para volver a besarme me levanté del sofá. -¿Qué sucede?- Me preguntó sin entender.
-No puedo.- Le dije mientras sentía que mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.
-¿Por qué? ¿Qué te pasa?- James se levantó del sofá y colocó sus manos en mi rostro. -¿Por qué lloras?-
-James.- Le dije soltando algunas lágrimas. -Yo... Estoy embarazada.- El me miró sorprendido y poco a poco soltó mi rostro.
-Emma...- James se quedó un rato mirando al vacío, pero luego volvió agarrar mi rostro y me besó. -¿Por qué lloras?-
-¿Por qué lloro? Porque tengo miedo que no quieras al bebé y me dejes.-
-Pero, te acabo de decir que no lo estaba evitando.- Me explicó secando mis lágrimas. -¿Tú no lo quieres?-
-Sí, pero... Solo no quiero que me dejes...-
-Emma, mírame. No te voy a dejar. ¿De acuerdo?- James suspiró y me miró directamente a los ojos. -Yo también te amo.-
-¿Qué?- Le pregunté confundida.
-Le dijiste a mi padre que me amas, te escuché y mi respuesta es que yo también te amo.- No podía creerlo. Había escuchado todo y no me había dicho nada al respecto. Pero lo más importante. ¡Me amaba! James me amaba.
Ahora sí lloré más fuerte. -James. Te amo mucho.- Le dije abrazándolo.
-Yo también te amo mucho, Emma.- James volvió a limpiar mis lágrimas y me besó. Esta vez pude contestarle el beso de la misma manera, aunque un poco torpe, ya que temblaba por llorar.
James me amaba.
ESTÁS LEYENDO
James.
عاطفيةMi sueño siempre fue poder ir a Japón. ¡Y por fin estaba haciendo ese sueño realidad! Nunca esperé que conocería a James ese día. Y tampoco pensé que al conocerlo mi vida cambiaría completamente. James me hacía hacer cosas que jamás hubiese hecho y...