Me levante con pocas ganas, mis ojos dolían y los sentía hinchados, ¿por que habré de llorar tanto?, de verdad tenia pena el día de ayer, la suficiente como para haber llorado toda la noche pero no lloré, quise ser fuerte pero hoy no funciono, lloré casi toda la mañana soy un insensible que nisiquiera sabe por qué llora, no tengo idea por que tengo el corazón lleno de melancolía, tendría que haber una explicación lógica para aquello pero me atrevo a decir que no la había.
Camine hacia mi living aun en pijama, Venus venia atrás de mi, no me dejaba solo en ningún momento y lo agradecía de verdad, los días domingos no me gustaban, eran fríos y sombríos sinceramente era un día de melancolía, la cocina era el mejor lugar para estar lejos uno de los mejores.
Me apoye en la mesa mientras bebía un sorbo de mi amargo cafe, Venus en mis pies se restregaba para que la subiera y eso hize, la subí y la puse a mi lado mientras me miraba atenta como tomaba de mi café, era una gata melosa y me gustaba eso, me gustaba como me miraba y cuando se paraba como sariguella, era una gata realmente hermosa, vendigo el día en el cual la dejaron en mi puerta.
Deje la taza vacía en el lavadero y con Venus en mis brazos salí hacia el comedor, otro sobre blanco me llamo la atención y solo rode los ojos.
"Al parecer eres feliz con alguien más, ninguna letra lograra tenerte"
Reí divertido, ya parecía chiste todo esto dolo deje el papel sobre la mesa y salí de allí con la gata aun entre mis brazos, mientras me acomodaba nuevamente en la cama, abrí los sorprendido.
Yo le había dado mi numero telefónico a Frank y aun que luego de eso me enviara solo un 'estoy bien' en respuesta a lo que le había pedido, que me avisara cuando llegara a su casa, busque por la habitación mi teléfono y lo encontré en la encimera del buró, lo tome y lo desbloquie rápidamente, busque entre los mensajes el de Frank y mire el numero, que obviamente no guarde por que no lo encontré necesario, ahora salían un par de números sin nombre.
Mordi mi labio nervioso, no, no le iba a mandar un mensaje, que tal si el esta ocupado o quizás este en otra, no lo sabia, mis dedos teclearon en un movimiento nervioso, antes de enviarlo lo leí un par de veces.
Pero lo borré.
Bloquie el teléfono y lo deje lejos unos minutos, si el decidió alejarse de mi fue por algo, pero estaba terriblemente preocupado por el y necesitaba saber como estaba, una idea fugaz se me vino a la cabeza.
¿Y si salgo a buscarle?
Caminar como cualquier otra persona por la calle, solo caminar y mirar a mis alrededores, quizás podría verle en mas de una ocasión.
Me puse de pie mientras caminaba hacia mi closet lleno de ropa y busque algo casual, me vestí rápidamente y tome las llaves, mientras terminaba de poner correctamente la chaqueta y subía el cierre, camine por el largo pasillo hasta el ascensor, apreté los botones con algo de inseguridad, el ascensor se abrió y había una chica que nunca había visto en mi vida, quizás era nueva pero pude notar lo nerviosa que estaba y como mordía su labio inquietamente, yo solo mire al frente muy serio y la chica me miraba me sentía algo incomodo pero no me importo, apenas el ascensor se abrió en el piso principal salí apresurado y sin saludar ni ver a nadie salí de ahí lo mas rápido que pude.
Una vez fuera en la calle, mis manos se posaron en mis bolsillos y comenze a caminar en dirección a lo mas central del lugar, donde había ido aquella noche y lo había visto, si lo vi cerca de ahí es por que cerca de ahí debe estar, no creo que se haya ido lejos, solo lo alejaron de mi.
Mientras caminaba recordé que por aquí vivía Liz y era lo que menos quería, encontrarme con ella en estos momentos, así que me puse la capucha de mi chaqueta y camine para pasar desapercibido.
Luego de estar horas dando vueltas en lugares donde estuve aquella noche me rendi, ya no podía hacer nada, no le encontraría tan fácil, que tonto fui, si el no quiere estar cerca de mi ¿por que voy a insistir?
Derrotado decidi caminar de vuelta por donde había venido, quizás dios escucho mis plegarias pero por el otro lado de la calle había un chico con capucha al igual que yo y tenia mucho parecido con Frank, cruce no tan desesperadamente para no parecer un loco y al parecer el chico se dio cuenta, comenzó a caminar mucho mas rápidos, trate de alcanzarle y lo logre al momento de darle la vuelta Frank soltó un alarido, cuando por fin lo tuve en frente sonreí, al parecer el no estaba de la misma forma ya que sus ojos ya estaban rojos y llenos de lágrimas, mi sonrisa se deformó, su cara estaba lívida y sin vida, sus labios partidos como dije anterior mente el día que lo vi y su expresión era de tristeza, pedía con los ojos que lo dejara ir.
—Frank? —le dije tratando de soltarle y acariciarle el rostro.
Al parecer fue el peor error que pude hacer, el salio corriendo nuevamente, estaba enojado y ganas no me sobraron de gritarle <<Cobarde>> pero no lo haría, Frank sufría de varios trastornos y peor era si no estaban controlados, eso era lo que me preocupaba, que nadie estuviera controlando y que estaba haciendo de su vida una locura.
Después de quedarme segundos ahí sin hacer nada y pensar solo en Frank y como deje que se me fuera de las manos, volví a caminar hacia mi casa mientras pensaba en lo sucedido volvían las ganas de llorar y quedarme en casa con mi chica y no salir nunca más.
Capitulo cortito)':
ESTÁS LEYENDO
Lost Cause (Ferard)
Roman d'amour"Quiero informarte; estoy enamorado, quiero ser yo el que te haga feliz, quiero ser tu ángel, tu ángel de la muerte" anónimo Gerard Way un famoso psicólogo que recibe anónimos. Frank Iero un paciente, mas bien...