S.e.x, Drugs & Pop (Michael Jackson)

Capitulo 9

Oscuridad

Envueltos en la terrible tristeza, aquella noche, donde a pesar de todo las estrellas brillaban dando un pequeño lote esperanza, nos mantuvimos completamente a oscuras bajando las persianas y acostandonos pronto, algo que salía de lo habitual, algo que la situación creó por si sola.

En ese lugar silencioso, en la cual no habíamos mediado palabra desde que salímos del baño, (pues que se podía decir cuando las palabras no querían salir), Michael me habló por primera vez en mitad de la noche.

-Julia, estás despierta?

-Sí.-contesté, estaba de espaldas suya en un lado de la cama.

Michael pasó su mano por mi delgada silueta, tranquilizandome un poco más, quería hablar del tema.

-Desde cuándo... desde cuándo?-trataba de preguntarme buscando el orden de lo adecuado de pronunciar por sus labios.

-Desde antes de conocerte...

-Dios mío...-pude oírle decir muy bajo, era una pensamiento suyo escapado sin querer por su boca.

-Hace mucho tiempo, lo se, yo creía que lo podría solucionar algún día... solo fue a más.

En ese corazón abierto, con los sentimientos a flor de piel, decidí no callarme nada, era un ahora o nunca.

Me di la vuelta para ponerme delante de él en un cara a cara, a pesar de que la oscuridad no me dejase verle.

-Mañana iremos a un médico, hoy es ese día en el que todo se acabó, tu pesadilla se ha acabado, Julia.

Dios quisiese que eso fuera verdad, el fin de una pesadilla.

-Vale...pero por favor, no me dejes sola en esto, me va a costar.

Buscó en la oscuridad mi carita y cuando logró localizarla, la frotó con calma.

-No vas a estar sola.

-Michael, yo, lamentó que por culpa de esto, no podamos ser padres.

Pude sentir a Michael un poco sorprendido, parecía que aún no había caído que la bulimía era el motivo de mi infertilidad, de que tuviera ovarios poliquísticos evitando su sueño de ser padre, nuestro sueño de ser padres.

-Esa enfermedad de la que me hablabas...

-No poseó esa enfermedad, tengo ovarios poliquísticos por culpa de la bulimía.

Un silencio de un par de segundos se apoderó de la oscuridad.

-Eso no cambia lo que siento por ti y por mi idea de otros métodos.-me dijo finalmente.

Pasó su mano por mi cuello con la misma delicadeza que con la cara y del cuello, a mis brazos.

-Lo siento tanto...

-Ahora lo más importante es que te recuperes.

-Te quiero, estás aguantando demasiado por mi.

-No estoy aguantando nada, yo también te quiero muchisimo y estoy contigo en lo bueno y en lo malo.

-Dulce, dulce hombre hecho de corazón.