Capitulo 2

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Tristes pañuelos de seda

-Estoy aquí!-exclamó.

-Oh, has llegado, fabuloso.-sonreí colgando mi bolso en la entrada.

-Dónde le dejo las bolsas señorita?-me pregunto el asistente que me llevaba las bolsas.

-En nuestra habitación, por favor, Dios te bendiga.

El asistente subió cordialmente las bolsas.
Oí unos pasos que corrían.

Michael estaba corriendo por los pasillos para venir a saludarme, como un niño que quiere ver a papa noel.
Mientras llegaba colocaba mis gafas en la mesilla de la entrada, preparandome para mi terremoto.

-Mi rosa especial-Me levantó en volandas una vez llegado a su objetivo, yo.

Reí enternecida.

-Mi niño.

Nos dimos un beso que significaba tantas cosas, podía decir "te echo de menos", "no he dejado de pensar en ti" y la más preciada para mi, "te quiero".

-La comida ya esta lista.-me dijo sonriente, poniendo su mano en la mia, feliz, incapaz de soltarmela. Sus preciosas manos, tan trabajadas,
hablaban de su experiencia en los escenarios.

-Fántastico, tengo un hambre voraz.


Fuimos al comedor.


-Dónde has estado?-me cuestionaba mientras nos sentabamos en las elegantes sillas, echas de madera y forradas de una suave tela beis.

-He ido a las tiendas de Los Ángeles, por la zona en la que siempre solemos ir, me he comprado ropa para esta noche.

-Oh, en referente a eso, mi vida, te amo, pero me han exegido trabajar esta noche en la discografica.-Miraba su plato haciendo circulos
con el tenedor, no deseaba ver la cara de decepción que me había creado.

-Ah, esta bien... en fin, es tu trabajo, ya tendremos otro día.-le tranquilizaba con mi voz un poco entrecortada, mirandole para
crear un ambiente de relajación.

-Estás enfadada?-me preguntó sin dejar de mirar el plato.

-No lo estoy, del mismo modo que yo tengo compromisos, tú también los tienes, lo comprendo.

Alzó la vista hacía mi y me regaló una sonrisa de alivio.

-Te lo compensare.

-No hay nada que compensar, Mike.-le devolví la sonrisa.

-Y... has visto a alguien en Los Ángeles?-me cambió de tema mientras se metía un trozo de verdura estofada.

-No, me encontre con la prensa, pero no es nada nuevo, mejor no hablar de ello... también pase por delante de un local que iba a dar un concierto de rock.

-No suelen dar muchos conciertos de rock por donde están ese tipo de tiendas.

Michael había dicho justo lo que había pensado en ese momento.

-Eso pensé!... sinceramente, no comprendo ese estilo de vida.

-Estilo de vida?-me quito la mirada un momento para beber de su copa con zumo de naranja.

-Ya sabes, sexo, drogas y rock n' roll, actitud un tanto desagradable...

Michael volvió a mirarme dejando la copa en su sitio.

-Es un prejuicio eso que oígo?

-No, claro que no!-mire a mi plato.

-Rock n' roll suele significar para mi, sexo, pero... no todos los cantantes de ese ámbito, aunque no soy partidario de las etiquetas, son así,
muchos son muy agradables.

Michael se llevaba al completo con la frase "las etiquetas no existen", de hecho, aunque él es denominado "rey del pop", sus canciones
han ido desde gritos un tanto heavys hasta preciosas baladas lentas.

-Los que he conocido yo no lo han sido, no te acuerdas de aquel grupo que conocimos? me pidieron que le enseñara los pechos, además,
esta mañana, la gente que hacía cola me enseñaron el dedo, solo porque le dije al guardaespaldas que no iba a entrar a ver la actuación.-le
volví a mirar.

-...Te lo demostrare, estos días estoy contando con la colaboración de un grupo de rock, The Doners, ellos son autenticos mounstros en la música,
pero tienen una personalidad muy amistosa, ya verás, te los presentare.-dejó el tenedor en el plato, había comido su última verdura estofada.

-He oído alguna canción de ellos, son muy actuales.-dejé mi tenedor en el plato, había acabado también con mi plato de verduras.

-Entonces, una barbacoa en Neverland? invitare también a sus familias.

-Esta bien, cuando quieras.

Michael se levantó.

-Tengo que irme.-me besó la cabeza con una increible ternura, sellando el trato.

-Dormiras en casa esta noche?

-No lo se...

Mire mis manos con desilusión, el trabajo de Michael a veces le obligaba a dormir en el estudio.

-Ok.

-Adiós, te quiero muchisimo.

Me levanté.

-Espera.

Michael se giró para atenderme, sabía lo que le iba a pedir, un beso, pero esta vez en los labios, un beso pasional, que me llevara lejos.

-Quiero que este beso te acompañe en tu larga noche.-le rodeeé con mis brazos y le besé.

Haciendo un pequeño baile en circulo y con respiraciones entrecortadas, nos despedimos uno del otro.

-Me haces sentir único.-me susurró al oído, una voz de aire mágico solo para mi.

-Es solo mi forma de amar.

-Amo la forma en la que me amas.-se separó de mi lentamente.

Le respondí con un suspiro.

-Hasta pronto.

-Que Dios te abrige, mi amada.

Michael recorrió lentos pasos, llegó al pasillo, oí como abria la puerta y la cerraba con su delicadeza especial.

Todo se volvía triste sin su presencia en las noches, además, le necesitaba a cada momento de mi vida.

S.e.x, Drugs & Pop  (Michael Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora