Capitulo 17

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Necesito respirarte

Tirada en la cama, cantando una canción dolorosa, entre lágrimas, suplicaba su piel, su presencia aquí donde estaba...

Estaba en la cama, sin tapar, cantando al compás de una canción de la radio que decía lo que sentía, pronto terminaría la canción e iría a drogarme con cocaína, de la cual me había hecho adicta.

Según pasaban los días, se me hacía más dificil, porque a cada segundo me daba cuenta de lo que había perdido, todo por culpa de errores del corazón y de las *beep* mentiras.

Me levanté de la cama, tomé su foto de mi mesilla, la empañe de lágrimas, en casi la oscuridad, porque las persianas estaban todas bajadas menos una entreabierta, la de mi habitación, que solo dejaba pasar unos cuantos rayos de sol, lo justo para mirar las lágrimas sobre el marco de fotos.

-Michael...

Respiré ondo y... grite muy fuerte desgarrando toda mi garganta.

-Ahhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!!!!!!-lancé la foto lejos.

Lloré alterada según los cristales caían rotos en el suelo, con mi alma entre ellos, todo pasaba en una cámara lenta en blanco y negro, el marco se rompía, y mi corazón ya llevaba roto desde hace tiempo.

Ya no confiaba en nadie, ni en nada, me mantenía alejada de todos, de toda la sociedad, apenas comía porque no quería encargar la comida, alguien tenía que traerla a mi puerta y no quería ver a nadie.

Era una completa sedentaria, no vomitaba, pero estaba muy delgada porque apenas comía, daba vueltas por la casa vestida con ropa vieja, despeinada y sin maquillarme, no tenía ganas de nada...

Las primeras semanas allí, los vecinos o algún falso amigo mio venían a verme, pero según vieron mi estado empeorar y que pocas veces abría la puerta, decidieron dejar de venir... solo venían camellos a traerme la cocaína y alcohol una vez al mes y a ellos si que les abría rápido.

Llorando sobre el suelo hecha polvo oí el timbre de repente.

Pensando que sería el camello corrí tratando de esquivar los cristales rotos.

Mire por la mirilla, no podía creer lo que veía, el corazón se acelero, mis pupilas se dilataron y mi mente comenzó a pensar que era una alucinación por efecto secundario de las drogas y el alcohol.

Sombrero, cabello rizado, tez blanca y profundos ojos chocolate oscuro, no había duda de que había recibido la visita por aquel que lloré durante casi tres largos meses... Michael.

Había pasado tiempo... que había sido de él? que quería? que iba a decirme? sería bueno o malo? total, que más daban esas preguntas, él estaba al fin al otro lado de mi puerta...

Dios santo...

Un poco de luz entre tanta oscuridad

Limpie las lágrimas de mi cara con las mangas, aunque tuviera ojos que delataran que estaba llorando, al menos no tendría todos los lagrimones por la toda la cara.

Abrí la puerta con el corazón en un puño, allí estaba, a escasos centímetros de mi, de brazos cruzados.

-Julia...-susurró mi nombre.

-Hola.-dije seca.

Sus ojos, mostraban algo que nunca había visto, era una mezcla entre perdón, preocupación y una pizca de ilusión por volver a verme.

S.e.x, Drugs & Pop  (Michael Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora