-Luke-
–¿Cómo crees que pueda decirle a una persona que me gusta?
–Bueno...no sabría decirte con claridad, pero sé como te sientes. Me pasa igual
–¿Enserio? ¿También te gusta alguien y no puedes decirle?
–Sip.
–¿Quién es?
–Uh, aún no puedo decirte.
–¿Porqué no? Somos amigos
–No sé como te lo tomes. Es un poco raro.
–Que, ¿es alguien fea?
–Pues...no lo digo exactamente por eso. Es decir, no importa si no es una persona linda para tí, sino para mí.
–¿Ves? Entonces puedes decirme.
–Mejor te ayudo con lo de Michael, ¿quieres?
–Oh...bueno.
–Mira, yo creo que lo principal es que no actúes muy...ummm...miedoso. Debes actuar normal y sin miedo a decirle lo que sientes, porque, además Michael es tu mejor amigo y no te diría nada, sólo dos posibles respuestas: si le gustas o no. Y se notaría mucho que le gustas si tienes miedo y eres inseguro.
–Mierda.
–¿No crees poder dejar de ser una nena miedosa?.–carcajeó Cal.
–...No, la verdad no.
–Pues, te digo que lo principal sería eso. ¿Sabias que a él no le gusta la gente miedosa?
–Joder, no me digas eso.
–Te estoy motivando, pendejo.
–Ah.–reí
–Michael también podría estar incómodo si te ve con miedo, porque piensa que te intimida.–yo asentí con la cabeza.–¿Te quedó claro?
–Si.
–¡Que bueno, Lukey! Ahora, ¿le vas a decir que te gusta?
–No.–salí corriendo hacia el baño, sabría que Calum tomaría mi mano y me arrastraría hacia Michael, como otras veces que intenté decirle lo que siento. Aún no estoy preparado.
Y sí, Calum me tomó de la muñeca y me hizo ir a donde estaba Michael.–¡CALUM, SUELTAME!
–¿Entonces para qué te di consejos si no le dirás nunca?
–¡Te prometo que le diré algún día, pero hoy realmente no puedo!.-él me soltó de su agarre.–Calum...tengo miedo
–Luke.-suspiró.–...¿entonces cuando?
–Sólo...ahora no puedo. ¿Qué tal si no me quiere de la misma manera que yo lo hago?
–¿Quieres que responda eso? Yo no lo sé, tú puedes responder esa pregunta sólo. Lo único que tienes que hacer es decirle y...si no te quiere...–sentí mi corazón detenerse por un segundo.–...no sé que hacer. Tal vez debas rendirte.
–Entiendo, pero...creo que se me quitaron las ganas de hablarle. Aunque gracias.–dicho eso, me fui a otro lugar. Lejos de todo.
-Calum-
Joder, no sé si se deprimió porque le dije que puede que Michael no lo quiera o porque de verdad está asustado. Yo...bueno, enserio sé como se siente; aterrado, inseguro, con temor al rechazo. Y estoy pasando por eso. Sé como se siente Luke, porque de hecho, yo tampoco le he dicho a Ashton que me gusta. A veces tengo un poco de miedo a que él me pregunte por mi nerviosismo al estar cerca de él, o incluso cuando hablamos; tartamudeo.
Creo que por eso no puedo ayudar a Luke. ¿Cómo puedo ayudarlo a resolver el mismo problema que yo si ni siquiera tengo la respuesta para mí? Sólo le comparto mis malos pensamientos a él.
Debo disculparme.
¿Pero donde coño está?–¡Luke!.–grité sin obtener respuesta.
Busqué por todos lados, pero creo que sabría donde estaría. En la biblioteca. Según Luke, los libros lo distraen mucho y lo hacen sentir mejor.
Pude ver de lejos a alguien rubio sentado en el piso, en un pasillo de libros de ciencia ficción.–Luke...
–¿Qué?.–me miró con lágrimas en sus ojos. Me sentía terrible.
–Escucha, yo...quiero pedirte disculpas. No quería decirte que te rindieras, no era mi intención hacerte sentir mal. Lo lamento.–abracé a Luke con fuerza. Al principio no respondió el abrazo, pero luego fue levantando sus brazos y atrayéndome a él.
–Es-está...bien.–le dí un papel para que limpiara sus lágrimas.
–Ignora la pendejada que dije, ¿si?. Tú nunca debes rendirte ante nada, eres fuerte.
–Gracias, amigo.
Los dos salimos de ahí, si no fuera por mi odio a los libros seguriamos ahí. Como ya era tarde, los dos nos dirigimos a nuestras casas. Vivíamos cerca, así que no nos separaríamos mientras pudiéramos seguir juntos.
-Luke-
Eso fue raro, porque Calum me dijo que debía rendirme, y él siempre me anima. Pero...recuerdo que él me dijo que se sentía igual que yo, así que tal vez me haya dicho eso porque él cree que podría pasar eso con él: ser rechazado, como yo lo siento. Y aún sigo preguntandome: ¿al rechazo de quién le tendrá miedo?
–Calum.
–¿Mmh?.-preguntó algo distraído.
–Amm...¿recuerdas que dijiste que te sentías igual que yo?
–¿Sí?
–Y ¿recuerdas que dijiste que tampoco podías decirle a esa persona lo que sentías?
–Luke, ¿a que viene todo esto?
–¡Que quiero que me digas quien es esa persona!
–No, Luke. Es algo que aún no he estado seguro de confesarte.
–¡Porfavor! ¡Yo te dije que me gustaba Michael casi el primer año que nos conocimos! ¿Cómo tú no puedes decirme ni a los 4 años que llevamos de estar en la preparatoria y de ser amigos?
–Es que no sé si...
–¿Dudas de que le diga? ¿Dudas de que te diga algo malo?
–No, es que...
–¿Qué? No importa el sexo, el amor es amor. ¿De que tienes miedo? No diré nada ni aunque hable mucho con esa persona, o ni que fuera un...
–¡ES ASHTON, ¿SI?! ¡ME GUSTA ASHTON! ESE CHICO DE CABELLO RIZADO. ÉL CHICO CON EL QUE HABLAMOS TODO EL TIEMPO. ES ÉL. ¡¿CONTENTO?!
–Si, más que eso. Entonces ¿aun no le puedes decir, ah?
–Me pasa igual que a tí.
–¿Desde hace cuanto que te gusta?
–Desde hace 3 años.
–Awww.
–¿Quieres callarte? Jura que no le dirás a nadie.
–Pues...ya lo gritaste a casi toda la cuadra.
–Joder. Bueno, pero nadie de la escuela está aquí. Sólo jurmelo, Luke.
–Claro, nunca le diría a alguien un secreto de la persona que guarda los mios.
–Por eso te quiero, tonto.–me alborotó el cabello.
–Bueno, yo vivo por esta calle. Te veo mañana, nigga.
–No me digas así, rubia pálida.
–HA HA LOL.–reí sarcásticamente.
–Adiós, Luke
–Adios, Cal.–y caminé a la calle contraria que él.