Capítulo 15

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Apunté con mi arma, pero antes de poder reaccionar:

PUM

Resonó en mi cabeza ese ruido estridente que hizo la pistola del enemigo. No pudo volver a disparar, ya estaba muerto cuando volví a abrir los ojos. Bueno al parecer mi instinto me había salvado, no me había planteado dispararle, aunque ya tenía la pistola apuntando su cabeza, pero se ve que mi dedo tomó la decisión por mí.

Estaba en el suelo completamente muerto. 

A ver revaluando la situación. Una bala me había rozado el brazo, tenía un disparo en la pierna izquierda y Thomas estaba...

¿Dónde estaba? 

Detrás del cuerpo sin vida del rubio, le vi tirado en el suelo. Me acerqué a él como pude. Me dolía al andar, no estaba acostumbrada a ser yo la que recibía los disparos. 

Le vi empapado en su propia sangre. La camiseta, antes blanca, ahora parecía el traje de Papá Noel por lo roja que estaba. Me agaché hasta él, haciendo una mueca con la boca por el dolor punzante que tenía en la pierna. 

Vale, la situación era mala. Muy mala, dos disparos en su abdomen y no dejaba de sangrar a borbotones. Llamé enseguida a los gemelos y cuando contestaron solo dije que moviesen su culo aquí ahora mismo. 

- ¿Me escuchas? - pregunté a un inconsciente Thomas.

Le abofeteé tres veces y le acabé gritando:

- Despierta imbécil.

Abrió un ojo lentamente. Creo que ni él mismo sabía muy bien donde estaba o qué narices había pasado. Puso una mueca de dolor al ser consciente de su cuerpo. 

- Ahora vienen Christian y Allen a sacarnos de aquí - le dije intentando sonar convencida. 

La verdad, es que dudaba que saliese de esta con vida. Se estaba desangrando demasiado.

- Cuando no vean la droga - tosió escupiendo un poco de sangre. Me quité la sudadera y apreté sus heridas con ella. Volvió a toser y continuó - Vendrán a buscarles.

- Nosotros ya nos habremos ido - comuniqué firme.

- Vete ahora que puedes. 

Calculé el tiempo. Los gemelos tardarían unos quince minutos en venir, quizá algún miembro de Gale vendría antes para comprobar el retraso. 

- ¿Podrías levantarte? - pregunté inocentemente. En realidad nunca había presenciado casos como estos.

Yo mataba directamente, no dejaba heridos. 

Me levanté como pude. Me quité mi camiseta de tirantes, quedándome solo en sujetador para tener algo con lo que presionar mi propia herida. Digamos que yo tampoco estaba en mi mejor momento, la verdad.

- Voy a traer el coche aquí - grité alejándome a paso de tortuga.

Arrastraba la pierna y el camino se me hizo eterno. Me planteé como coño iba a conducir con una bala en una de las extremidades más importantes. Suspiré pesadamente y arranqué el motor como pude.

Me dolía horrores. No había experimentado un dolor más agudo en mi vida, ni cuando me operaron de apendicitis. Mira que me dieron palizas cuando entré en este mundo, cuando aprendí a boxear y a defenderme, pero como esto... Nunca. La herida ardía.

Paré justo al lado de Thomas. Volvía a estar inconsciente. Me planteé seriamente dejarle. Si ni yo misma creía que iba a sobrevivir... ¿Por qué gastar energías?

Porque en el fondo quería proteger a los miembros de mi grupo. No quería ser mal líder, quería merecerlo, que me considerasen la mejor. Ya que, para que negarlo, lo era.

Te enseñaré a tenerme miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora