Capítulo 19

5.3K 464 84
                                    

Corrí al cuarto de la perra en cuanto el psicópata se fue. 

No había nada, su cama había desaparecido, las bolsas con la comida no estaban... Incluso sus juguetes faltaban desordenados por toda la habitación. Lo único que sí había en el suelo, en medio de la nada, era una nota:

El juego consta de cinco preguntas. Si aciertas todas tu perra no sufrirá ningún daño... Al menos no muchos. Y sino... Te lo dejo a tu imaginación princesa.
Investiga Brooky, pero con cuidado que quien juega con fuego se acaba quemando. 
Tu más reciente amigo, Gale.

Apreté mis dos manos en puños hasta clavarme las uñas en mis propias palmas. El muy imbécil me la estaba jugando. Era bueno, no había visto venir nada de esto... He estado tan cegada por otro problemas, esto me pasa por inconsciente. 

Noté que una gota de sangre cayó al suelo. Me había hecho heridas con mis uñas... La limpié con un dedo y casi quedó peor de lo que estaba. 

Fui hacia la habitación de Thomas, para encontrármele tirado en el suelo y sin moverse. Corrí hacia su cuerpo y comprobé su pulso.

Estaba vivo.

- Despierta - le dije mientras le daba golpes en la cara - Levántate joder.

Abrió los ojos de par en par y yo respiré tranquila. Al mirarle la cara vi que tenía un rastro de mi sangre. Me tenía que lavar las manos cuanto antes.

- ¿Estás bien? - me preguntó intentando levantarse.

Le ayudé a ello, porque aún seguía algo convaleciente por los disparos y le tumbé en la cama de nuevo. 

- ¿Qué te ha hecho? - pregunté yo obviando lo que él me había dicho.

- Fue todo muy rápido yo estaba durmiendo y cuando me despierto estaba con la cabeza pegada a la mía observándome atentamente. Intenté defenderme, pero no sé cómo acabé en el suelo y me llevé un buen golpe en la cabeza - me contestó mientras se la tocaba.

Yo asentí y con una toalla que estaba cerca le limpié la sangre de la cara.

- ¿Y tú estás bien? - me volvió a preguntar.

- No me ves... - respondí de mala gana.

Físicamente estaba perfecta, no me había ni rozado. Pero bien no estaba, me había quitado a mi perra a lo que más quiero en el mundo. Junto a mi padre. Bueno a él a ratos...

Frunció el ceño a mi respuesta y con un tono de incredulidad y duda me cuestionó:

- ¿Lo has... matado?

- No.

- ¿Se fue sin más? 

Me estaba cansando de su interrogatorio así que de carrerilla y sin darle tiempo a comentar nada le conté lo que había sucedido, el juego, mi perra, la nota... Todo.

- Hijo de puta - maldijo por lo bajo.

Pues sí, era un cabrón, un mal nacido, un imbécil, un prepotente, un psicópata, estaba perturbado, necesitaba tratamiento y realmente me estaba poniendo de los nervios. 

-Yo quizá pueda... - dijo en un susurro - Quizá sepa de alguien... 

- Acaba la puta frase de una vez - repliqué ya histérica.

- Conozco a alguien con respuestas a sus posibles preguntas, con información sobre él, quizá pueda... Ayudarnos o...

- Perfecto, mañana me paso a ver a tu conocido. 

- No te va a contestar si no voy yo - comentó con lastima - Es muy cerrado desde lo que le pasó y no se fía de nadie.

- Pues mañana vamos los dos - refunfuñé como respuesta.

Te enseñaré a tenerme miedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora